Murió Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo
Fue un emblema de los movimientos de derechos humanos. Sufrió la desaparición de tres hijos, dos yernos y el padre de sus hijos y fue una de las precursoras de la campaña internacional para que se declarara delito de lesa humanidad a la desaparición forzada de personas. Además, interpuso un recurso judicial para impedir que se privatizara el predio de la exESMA en los '90.
"Con tristeza y el compromiso de seguir firmes en la lucha, despedimos a la compañera Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo. Hasta siempre", señaló la agrupación H.I.J.O.S. Capital en su cuenta de Twitter. En la misma red social, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, escribió: "El dolor que nos provoca la partida de la compañera Laura Bonaparte, lo transformaremos en esperanza, para recordarla y continuar su lucha".
La vida de Bonaparte, miembro de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, fue relatada por la periodista francesa Claude Mary en "Laura Bonaparte. Una Madre de Plaza de Mayo contra el olvido". Durante la presentación del libro en la Biblioteca Nacional, en 2010, se destacó su “coherencia en la vida y en la acción”.
En aquel momento se resaltó, además de su militancia por los derechos humanos en el país, su trabajo en la Operación Santuario en los años ’70 y como observadora de Amnistía Internacional en campos de refugiados en El Salvador y en la frontera con Guatemala, durante la guerra en Centroamérica, mientras estaba exiliada en México. Además, más tarde viajó al Líbano para expresar su rechazo a las violaciones a los derechos humanos realizadas por la invasión del ejército israelí, y también a Bosnia para solidarizarse con las mujeres musulmanas, cuyas familias habían sido víctimas de la política de exterminio étnico de serbios y croatas.
En uno de los capítulos del libro de Mary, Bonaparte habló sobre el hecho de pasar de ser madre a ser “madre del desaparecido”:
"¿Qué queda de la identidad de una madre cuando sus hijos de saparecen? Algunas tuvieron el dolor de padecer la desaparición de todos sus hijos. Es el caso de René Epelbaum, fallecida sin nunca haber sabido algo del destino de sus tres hijos secuestrados.
¿Puede desaparecer la genealogía?
En mi caso, ¿me considero madre porque Luis está vivo? Pero ¿cuál es mi papel de madre con respecto a mis otros hijos desaparecidos? Quiero que me entiendan bien, estoy hablando de una función materna, y no de la lucha que llevaré hasta mis últimos días para aportar mi testimonio, para intentar saber cuál fue el destino de mis hijos y el de los treinta mil desaparecidos.
Sé que cuesta mucho escucharlo, pero no hay madre si no viven más el hijo o la hija.
Es el/la hijo/a quien significa a la madre. La madre cuyos hijos desaparecieron se encuentra expulsada del significante. Se vuelve el espectro de lo que ha sido. Se la llama “madre del desaparecido” en un lenguaje que la nombra al mismo tiempo que la despoja. Un lenguaje que borra lo que fue y la nombra por lo que ya no es.
Es el motivo por el cual hablo de la crueldad que esos canallas han incrustado hasta en el lenguaje.
Recuperar nuestra capacidad de pensar en medio de tanta brutalidad quiere decir recuperar nuestra dignidad.
Quisiera que estas palabras lleguen a las mujeres que en todo el mundo están viviendo situaciones parecidas a las nuestras. El surgimiento del movimiento de las Madres de Plaza de Mayo, su fenomenal continuidad hasta hoy en día no se deben a heroicas cualidades propias, de nosotras, madres argentinas."
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"Con tristeza y el compromiso de seguir firmes en la lucha, despedimos a la compañera Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo. Hasta siempre", señaló la agrupación H.I.J.O.S. Capital en su cuenta de Twitter. En la misma red social, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda, escribió: "El dolor que nos provoca la partida de la compañera Laura Bonaparte, lo transformaremos en esperanza, para recordarla y continuar su lucha".
La vida de Bonaparte, miembro de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, fue relatada por la periodista francesa Claude Mary en "Laura Bonaparte. Una Madre de Plaza de Mayo contra el olvido". Durante la presentación del libro en la Biblioteca Nacional, en 2010, se destacó su “coherencia en la vida y en la acción”.En aquel momento se resaltó, además de su militancia por los derechos humanos en el país, su trabajo en la Operación Santuario en los años ’70 y como observadora de Amnistía Internacional en campos de refugiados en El Salvador y en la frontera con Guatemala, durante la guerra en Centroamérica, mientras estaba exiliada en México. Además, más tarde viajó al Líbano para expresar su rechazo a las violaciones a los derechos humanos realizadas por la invasión del ejército israelí, y también a Bosnia para solidarizarse con las mujeres musulmanas, cuyas familias habían sido víctimas de la política de exterminio étnico de serbios y croatas.
En uno de los capítulos del libro de Mary, Bonaparte habló sobre el hecho de pasar de ser madre a ser “madre del desaparecido”:
"¿Qué queda de la identidad de una madre cuando sus hijos de saparecen? Algunas tuvieron el dolor de padecer la desaparición de todos sus hijos. Es el caso de René Epelbaum, fallecida sin nunca haber sabido algo del destino de sus tres hijos secuestrados.
¿Puede desaparecer la genealogía?
En mi caso, ¿me considero madre porque Luis está vivo? Pero ¿cuál es mi papel de madre con respecto a mis otros hijos desaparecidos? Quiero que me entiendan bien, estoy hablando de una función materna, y no de la lucha que llevaré hasta mis últimos días para aportar mi testimonio, para intentar saber cuál fue el destino de mis hijos y el de los treinta mil desaparecidos.
Sé que cuesta mucho escucharlo, pero no hay madre si no viven más el hijo o la hija.
Es el/la hijo/a quien significa a la madre. La madre cuyos hijos desaparecieron se encuentra expulsada del significante. Se vuelve el espectro de lo que ha sido. Se la llama “madre del desaparecido” en un lenguaje que la nombra al mismo tiempo que la despoja. Un lenguaje que borra lo que fue y la nombra por lo que ya no es.
Es el motivo por el cual hablo de la crueldad que esos canallas han incrustado hasta en el lenguaje.
Recuperar nuestra capacidad de pensar en medio de tanta brutalidad quiere decir recuperar nuestra dignidad.
Quisiera que estas palabras lleguen a las mujeres que en todo el mundo están viviendo situaciones parecidas a las nuestras. El surgimiento del movimiento de las Madres de Plaza de Mayo, su fenomenal continuidad hasta hoy en día no se deben a heroicas cualidades propias, de nosotras, madres argentinas."
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