jueves, 23 de mayo de 2013


  • No negociamos con genocidas
    Mientras en el TOF Nº 1 de la Justicia Federal de Córdoba se realiza, con todas las garantías del debido proceso, uno de los juicios más emblemáticos en relación a los derechos humanos violados en forma masiva, generalizada y sistemática durante el período del terrorismo de Estado en nuestro país, el gobernador de nuestra provincia expresa en una entrevista televisiva, que él es parte “de los que creen que la Argentina necesita un baño de reconciliación” porque de esta manera se hubiera podido “quebrar la coalición de los torturadores asesinos del terrorismo de estado”.
    Estas palabras vertidas por de la Sota, resultan, muy peligrosas para la democracia.
    Ello es así, porque además de ser falaces, hieren una vez más a quienes durante muchísimos años han peticionado pacíficamente una respuesta judicial de nuestro estado por las atroces violaciones cometidas, sin que durante todos esos años, “los torturadores asesinos del terrorismo de estado”, como él mismo les llama, hayan mostrado el más mínimo sentimiento de humanidad hacia las víctimas, sus familias y nuestra sociedad reclamante.
    Como puede comprobarse al repasar las diferentes expresiones públicas de “los torturadores asesinos del terrorismo de estado”, no existe en los genocidas ningún atisbo de que hayan querido o quieran quebrar “la coalición” o mejor el “pacto de sangre”. Por el contrario, ellos repiten una y otra vez que lo hicieron por la patria y aseguran que lo volverían a hacer. Extraña concepción de patria de quienes aplicando una metodología inhumana, “desaparecieron” a treinta mil argentinos, robaron quinientos niños, produjeron el exilio forzado de miles de compatriotas, destruyeron nuestro aparato productivo y nuestra industria nacional despidiendo y persiguiendo a todos aquellos trabajadores y ciudadanos que se podían oponer a tan macabro plan de entrega de nuestro país a intereses apátridas.
    Extraña también la concepción del gobernador, que en el mismo momento en que se desarrolla el juicio que va a permitir conocer quienes fueron los “torturadores asesinos” y sancionarlos en aplicación de leyes nacionales e internacionales de derechos humanos, propone una negociación o arreglo con ellos, en vez de promover la actuación de la JUSTICIA como valuarte de nuestro sistema democrático, como correspondería a un funcionario electo por la voluntad popular.
    En su afán de criticar al gobierno nacional le endilga irresponsablemente que aplica “una política del resentimiento”, sin que su propio resentimiento le permita reconocer los aciertos del gobierno nacional en materia de Derechos Humanos. Algo que ha resultado tan claro a los organismos de Derechos Humanos de nuestro país y del mundo entero, el gobernador pretende degradarlo al ponerlo en término de resentimiento. Esto nos permite suponer con alto grado de certeza, que no ha podido entender que el apoyo de los organismos de derechos humanos, como el de la mayoría de nuestra ciudadanía al proyecto nacional, se basa justamente en los aciertos del gobierno kirchnerista en su política económica, social y cultural en defensa y garantía de los derechos humanos. 
    Quienes militamos en el campo de los derechos humanos, no somos tontos ni ingenuos, sabemos perfectamente quienes defienden los intereses de la nación y del pueblo y también sabemos quienes la atacan y quienes desprecian a nuestro pueblo. 
    También podemos leer con claridad qué hay detrás de las palabras que pregonan la reconciliación, ya que, mientras se sostiene que no se daría un paso atrás en los derechos humanos, se plantea que también vayan presos los asesinos de José Ignacio Rucci, pretendiendo volvernos a tiempos pasados y precluidos en que la teoría de los dos demonios oscureció el concepto mismo de terrorismo de estado y de delitos de lesa humanidad.
    Consideramos que el discurso es parte de la decisión política de disputar las próximas elecciones nacionales, pero las palabras públicamente expresadas por el gobernador, también reflejan cual sería su política y cuales sus aliados ideológicos para concretarla. 
    Porque creemos firmemente que es a través de la Justicia como se logra la paz y la seguridad de nuestra sociedad y no mediante negociaciones espurias con torturadores asesinos, es que Abuelas de Plaza de Mayo ha definido que “NO NEGOCIAMOS CON GENOCIDAS”.
    Estamos convencidos que quienes proporcionen datos para localizar a los nietos buscados por tantos años, como así también los restos de los compatriotas asesinados, sólo lo harán si reconocen el valor de la dignidad humana y eso no se logra con negociaciones, sino porque la conciencia ha dicho ¡basta!, ¡es hora de ser un ser humano cargando la responsabilidad que ello entraña!. 
    María Teresa Sánchez y Mariana Paramio.
    Abogadas de Abuelas de Plaza de Mayo

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