martes, 15 de noviembre de 2011

Sobre las lenguas de la educación

Debate acerca de las políticas lingüísticas y la integración latinoamericana


Investigadoras y funcionarias analizaron cómo incide la enseñanza de lenguas extranjeras en los procesos de inclusión social e integración regional. Las Jornadas de la Lengua continúan hasta mañana en la Biblioteca Nacional.

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En el marco de las Jornadas de la Lengua, investigadoras universitarias y funcionarias analizaron la política educativa y su relación con la enseñanza de lenguas extranjeras, reflexionaron sobre planificación lingüística y su relación con la integración latinoamericana. Las jornadas, que comenzaron ayer y se extienden hasta mañana en la Biblioteca Nacional, reúnen a docentes, lingüistas, escritores y semiólogos. “La política lingüística está al servicio de un proyecto político de país”, destacó Lía Varela, coordinadora del área de Lenguas Extranjeras del Ministerio de Educación.
Doctora en Filosofía y Letras por la UBA, donde también es docente, María Eugenia Contursi disertó sobre políticas lingüísticas en los primeros diez años del Mercosur, creado en 1991. “La incorporación del campo educativo al proyecto de regionalización –dijo– abrió la posibilidad de que, a través de los ministerios nacionales, se impulsara un doble movimiento: hacia adentro de los Estados, incluyendo las lenguas de los otros y, hacia afuera, la expansión de la propia lengua.”
Sin embargo, Contursi advirtió que en la década del ’90 la inclusión del portugués en la currícula oficial argentina “es resistida, porque se rechaza una integración latinoamericana estratégica, frente a la entrada al Primer Mundo, que es propiciada por el regionalismo abierto neoliberal”. Esto incrementó la enseñanza del inglés frente a todas las demás lenguas extranjeras y, para contrarrestarlo, Contursi sostuvo que “es preciso profundizar una política lingüística que sea cultural y que se involucre decididamente con la integración latinoamericana”.
A su turno, Lía Varela, doctora en Ciencias del Lenguaje, aseguró que la situación descripta por Contursi ya no es la misma: “Yo hubiera cambiado tus verbos al pasado”, le dijo. Varela sostuvo que hoy “la política lingüística está al servicio de un proyecto político de país. No es autónoma, no tiene un fin en sí misma, debe pensarse al interior de un proyecto educativo. La Ley de Educación Nacional –agregó– tiene como meta ofrecer una educación de calidad para todos los chicos, independientemente de las condiciones en las que se encuentren. En línea con esta política, nuestra misión es universalizar la enseñanza de lenguas extranjeras”.
Desde 2010, integrantes de los ministerios provinciales y representantes sectoriales se reúnen para definir nuevos lineamientos sobre la enseñanza de lenguas en el país. “Ya tenemos consensos –aseguró Varela–, el reconocimiento de que la enseñanza monolingüe es negativa, porque tiende a la exclusión y a la baja de calidad; el reconocimiento de otras lenguas, que va en el sentido del respeto a la identidad expresada en la ley; la adopción de un enfoque plurilingüe e intercultural.”
En cuanto a la situación actual de las políticas educativas de integración regional, Varela afirmó que se incrementaron las matrículas de los profesorados, así como la creación de carreras de portugués en varias universidades. “Desde las estructuras del Mercosur Educativo se promueven y realizan seminarios para la actualización de los formadores de profesores de español, guaraní y portugués. También están en marcha programas de cooperación y movilidad universitaria. Queremos convocar a investigadores, especialistas y docentes para que aporten a esta reflexión con ideas y propuestas superadoras.”
La docente de la UBA y la UNGS Natalia Bengochea expuso un trabajo sobre la comunidad boliviana en las escuelas de la ciudad de Buenos aires, donde entrevistó a alumnos del nivel primario y a docentes y directivos. “Si se les pregunta a los chicos qué idioma hablan en su casa, muchos responden: ‘En mi casa se habla normal’, y así hacen referencia al español”, dijo. Según las declaraciones de los alumnos, la mayoría no entiende ni habla las lenguas originarias de su país. No obstante, la mayoría de ellos reconoce que algún miembro de su familia habla quechua o aymara. Además, varios agregaron que los padres hablan estas lenguas solamente entre ellos, a escondidas. “Según estas declaraciones –sostuvo la investigadora–, los padres no transmitirían esas lenguas a sus hijos.” En base a testimonios de docentes y directivos, Bengochea encontró, por último, que dentro del ámbito escolar la interculturalidad se concreta a través de “expresiones culturales, de manifestaciones artísticas relativas a lo folklórico”. Pero “en cuanto a la lingüística, se sigue la tradición, contribuyendo al monolingüismo”.
Informe: Agustín Saavedra.

Página12

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