jueves, 30 de junio de 2011

miércoles, 29 de junio de 2011

GRANDES OBRAS PARA LA CIUDAD

Filmus y Tomada presentaron un plan de obras para la ciudad

  El candidato a Jefe de Gobierno porteño por el FpV, Daniel Filmus, anticipó en CN23 detalles del nuevo plan de obras que presentó en la ciudad. "Intentaremos realizar las cosas que le faltan a la ciudad en infraestructura, transporte y cultura", señaló.

  

Filmus y Tomada recorrieron Villa Urquiza
Los candidatos a jefe y vicejefe de Gobierno por el Frente para la Victoria (FPV), Daniel Filmus y Carlos Tomada, presentaron esta mañana su propuesta denominada "Plan de Grandes Obras Públicas" para la Ciudad de Buenos Aires, las que llevarán adelante de ser elegidos en los comicios del próximo 10 de julio.

"Los que amamos esta ciudad la sufrimos todos los días porque no ha habido cambios sustanciales" en la infraestructura, afirmó Filmus en referencia a las escasas obras públicas que realizó el gobierno de Maurcio Macri y a las que calificó de "maquillaje".

"El mes que viene se abre la licitación para trasladar la carcel de Caseros. Ayer le mandé una carta a Macri y espero q reflexione para que los porteños puedan escuchar las propuestas de cada uno de los candidatos. Seguimos defendiendo la idea de un debate plural y en todos los lugares donde se pueda hacer", sostuvo Filmus.

"La policía Metropolitana nos pareció una buena idea de la gestión de Macri aunque no la llevaron bien a cabo con la designación del Fino Palacios", agregó el candidato a Jefe de gobierno porteño.
23diario 
Filmus y Tomada presentaron su plan de “grandes obras” públicas para la Ciudad en caso de ganar


Los candidatos a jefe y vicejefe de Gobierno por el Frente para la Victoria (FPV), Daniel Filmus y Carlos Tomada, presentaron hoy el plan de “grandes obras” públicas que desarrollarán en caso de ser electos en las comicios del próximo 10 de julio.

En el acto que se realizó en un hotel céntrico, Filmus destacó que la mayoría de las obras “ya fueron prometidas (por distintas administraciones porteñas) y nunca fueron cumplidas”, al tiempo que afirmó que para realizarlas se necesita “el apoyo de la provincia de Buenos Aires y de la Nación”.

Acompañado por el legislador porteño y candidato a la reelección, Juan Cabandié, el senador hizo hincapié durante su discurso en que desde el FPV “no se necesita prometer porque ya se hicieron” en todo el país muchas obras como las propuestas.

El discurso del Senador y el video explicativo de los emprendimientos subrayaron la idea de que a cambio de las “excusas” que se argumentan desde el macrismo, el gobierno de Kirchnerista "demostrará que si se puede”.

"Los que amamos esta Ciudad la sufrimos todos los días, porque no ha habido cambios sustanciales" en la infraestructura, afirmó Filmus en referencia a las escasas obras públicas que realizó el gobierno de Maurcio Macri y a las que calificó de "maquillaje".

En materia de salud, se hizo foco en la necesidad de construir el Hospital de Villa Lugano, que tendrá una capacidad para la internación de 250 pacientes y que se especializará en traumatología y obstetricia.

En la planificación educativa, según se dio a conocer a través del video-presentación, se proyectan 50 escuelas y una sede de la Universidad de Buenos Aires en la zona Sur de la ciudad.

Uno de los puntos que mayor atención concitó fue el apartado para transporte público en el que se incluyó: el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, la construcción de la autopista Ribereña, una nueva línea ferroviaria que unirá el Retiro y el aeropuerto de Ezeiza.

Ante la presencia del secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, se mencionó que se planea la extensión de la red de subtes existente, con la ejecución de las líneas F, G, I; la terminación de la línea E y conexión con la H; el “loop” de la C; terminación de las líneas A, B, H y premetro.

El plan incluye la instauración de una policía de transito, y la reconfiguración del sistema de transporte automotor para mejorar su eficiencia con “carriles exclusivos y vías preferenciales según franja horaria”.

Para resolver el problema recurrente de inundaciones, se buscará finalizar las obras del Arroyo Maldonado, y la construcción de canales aliviadores en los arroyos Vega, Medrano, Erezcano y Ochoa Elía.

Además, la fórmula Filmus-Tomada proponen un plan activo de urbanización de Villas y la promoción del crédito hipotecario para que los sectores medios puedan acceder a la vivienda.

Respecto de la cuestión cultural, el objetivo se centrará en la construcción de un Centro Cultural en cada comuna que "sea capaz de revalorizar los barrios e impulse la producción y promoción cultural".

Asimismo, se planifica un Centro de Convenciones para "promover seminarios, eventos y convenciones, que muchas veces no tienen rentabilidad pero que son fundamentales para el desarrollo cultural y educativo de los porteños".

Por último, Filmus destacó que muchos de los emprendimientos tienen un horizonte de realización de ocho años, pero que es necesario comenzar a realizarlas de inmediato.
  TELAM

domingo, 26 de junio de 2011

CARTA DE ESTELA CARLOTTO

A mi querido nieto Guido

Por Estela de Carlotto
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Buenos Aires, 26 de junio de 2011
Hoy cumples 33 años. La edad de Cristo como decían, “decimos”, las viejas. Con esta inspiración pienso en los Herodes que “te mataron” en el momento de nacer al borrar tu nombre, tu historia, tus padres. Laura (María), tu madre, estará llorando en este día tu crucifixión y desde una estrella esperará tu resurrección a la verdadera vida, con tu real identidad, recuperando tu libertad, rompiendo las rejas que te oprimen.
Querido nieto, qué no daría para que te materialices en las mismas calles en las que te busco desde siempre. Qué no daría por darte este amor que me ahoga por tantos años de guardártelo. Espero ese día con la certeza de mis convicciones sabiendo que además de mi felicidad por el encuentro tus padres, Laura y Chiquito y tu abuelo Guido desde el cielo, nos apretarán en el abrazo que no nos separará jamás.
Tu abuela, Estela.


Página12

 añado esta poesía tan profunda



Foto de Gabriel Velxio
 
Me quedó poco, pero a la vez todo. Y es esta suplica hecha recuerdo, que se mece en los mismos brazos, que te dieron alas para un vuelo eterno. Te estaré aguardando, hasta que la última gota de aire que me habita, se vaya con mi sombra a otros menesteres.

Pero si volvieras después que me haya ido, no hará falta que te apures, porque llevaré conmigo todas las esperas que sean necesarias, y todos los abrazos que creía ya perdidos.

© Gabriel Velxio

viernes, 24 de junio de 2011

REFLEXIONES SOBRE LAS ELECCIONES EN LA CIUDAD


Cuadro de RODOLFO "ROLY" PEREZ

 En una charla realizada hace algunos meses en el local de “Encuentro para la Victoria”, el Lic. RICARDO ROUVIER mostró distintas encuestas sobre las preferencias electorales de los ciudadanos porteños, señalando que hay un 20 % del electorado porteño con un voto realmente impredecible  a través de las compulsas  electorales de los últimos años.
También se refirió a un estudio que realizó su empresa en base a los resultados de la última elección a Jefe de gobierno (año 2007) comparando las opiniones sobre distintos temas de los votantes de Filmus y de Macri. Lo que surgía de esta comparación era la cercanía en porcentajes  sobre los temas consultados (rol del estado, seguridad, transporte, caos de tránsito, etc.). Según  recuerdo, en lo único que había  una diferencia significativa fue  en la pregunta sobre la política de derechos humanos (había un porcentaje de aprobación  mayor  al  noventa por ciento en el votante de Filmus y casi un setenta por ciento en el de Macri). Es decir no se notaba  una marcada antinomia en estos resultados.
Esto me llevó a pensar que hoy  la derecha, “el sentido común”, “el país serio” ha evolucionado a formas menos duras en su discurso que, por ejemplo,  las que siguen pregonando ciertos sectores de las confesiones religiosas. Se han apoderado de los términos que hablan de igualdad, de democracia, de inclusión, de participación aunque en la práctica, cuando llega el momento, desalojan a los pobres con organismos como la UCEP. Pero un porcentaje de votantes compra y cree el discurso blando del marketing que es ayudado por la cobertura que los medios hegemónicos le dan a los errores de Macri.
Es por eso que un  señor como Macri que está cerca del pensamiento de la dictadura cívico-militar (aunque tenga la cara ideológicamente lavada), le hable a los “vecinos” como uno más y haya ganado en todos los barrios aún en el sur.
Todavía recuerdo cuando en la campaña electoral anterior vino al Comercial 5 en el barrio de Balvanera. Era la fiesta de San Martín, el patrono de la escuela y  al dirigirse a la comunidad escolar en lugar de reflexionar  sobre el prócer  “se metió al alumnado en el bolsillo” hablando  con humor y apelando a las emociones  futboleras sobre Boca, el club campeón que presidía. Seguramente por indicaciones de su asesor de imagen.

Estoy como muchos convencido, que sería un grave retroceso para la calidad de vida en la ciudad que Macri continúe ejerciendo el cargo de Jefe de Gobierno.
¿Pero como hacer para  inclinar la balanza a un cambio en la opinión de ese porcentaje de  votantes al que  no le interesan las escuelas públicas, los hospitales, la inclusión social, las personas en situación de calle, la falta de viviendas (todo eso no lo usan, no los afecta, no lo necesitan).Pero sí , se sienten afectados por las protestas callejeras que les generan molestias en su vida laboral y sobre todo la basura, el caos de tránsito y la inseguridad.
Creo que lo que más puede convencerlos, es hacerles notar la ineficacia de gestión.
Las múltiples promesas incumplidas. La corrupción. La nueva política que prometió. Los equipos de gobierno  que pregonó tener formados y no existían.
Duplicó los cargos políticos, duplicó la deuda pública, aumentó cuatro veces los impuestos  que había prometido bajar. Vetó como setenta leyes, hasta las aprobadas por su bloque.
No fue capaz de planificar las obras de los subtes y tuvo que poner a plazo fijo  al 6 %  los 500 millones de dólares que pidió prestados al 12,5 %, para realizarlos.
Fracasó como hacedor,  la ciudad sigue siendo  un caos: los baches, la caca de perro, los derrumbes, las calles que se inundan y encima sin dar compensaciones a los damnificados como ocurrió en Belgrano, el desastre de las bicisendas.
Hay mucho para mostrar que de política nueva Macri no tiene nada.
Ese porcentaje que lo apoyó en el 2007 debe darse cuenta que se equivocó y nos perjudicó a todos. Y no hace falta que se alabe al gobierno nacional, ni las gestiones exitosas de Filmus y Tomada como ministros.
Basta con ver lo mal que nos fue en la ciudad y que todo puede ser mejor sin Macri.
Además de la campaña que realizan los candidatos va a ser  necesario  que los que apoyamos al Frente para la Victoria, mediante el diálogo  persona a persona, logremos esas adhesiones, ese porcentaje de votantes que va definir el cambio en la administración del gobierno  de la ciudad.

EMEM N°5 JUAN MANUEL FANGIO

Se cumplen 100 años del nacimiento de Fangio

Deportes /  Para muchos, se trata el mejor deportista argentino de todas las épocas. El Chueco, nacido el 24 de junio de 1911, fue un as del volante: quíntuple campeón de la Fórmula 1 con Alfa Romeo, Mercedes Benz, Maserati y Ferrari.  

El 24 de junio de 2011 Fangio habría cumplido 100 años.
"Si mis campañas han servido para algo, si corriendo automóviles fui útil a mi patria, eso lo dirá el tiempo. Yo sólo tengo un deseo, y es que mi conducta en el mundo pueda ser aprovechada por la juventud. También del tiempo espero esa respuesta", dijo Juan Manuel Fangio, en Milán, Italia, en julio de 1958.

Hoy se recuerda su natalicio al cumplirse 100 años del hombre que para muchos fue el mejor deportista argentino de todas las épocas. De la unión de sus padres, Herminia D`eramo y Loreto Fangio, nació el 24 de junio de 1911 en Balcarce, provincia de Buenos Aires, quien sería años después el quíntuple campeón mundial, ganando los títulos de 1951, 1954, 1955, 1956 y 1957.

Tras sus comienzos en la albañilería y la herrería, junto a su padre, comenzó a incursionar en el deporte con el fútbol integrando el equipo del Club Rivadavia de Balcarce y también probó en el boxeo, aunque duró muy poco.

Luego, Fangio cumplió con el servicio militar obligatorio durante un año en el VI Regimiento de Caballería en Campo de Mayo. El 25 de octubre de 1936 debutó como piloto en una carrera no oficial en el circuito de Marcos Juárez con el seudónimo Rivadavia, evitando que su familia supiera que competía, ya que estaba totalmente en contra.

El Chueco, tal como se lo reconocería en el mundo, debutó en forma oficial el 27 de marzo de 1938 en el circuito de Necochea, como acompañante de Luis Finochietti, también de Balcarce, en el Turismo Carretera, manejando en la mayor parte del trayecto y clasificando séptimo.

Un año después ganó como piloto su primera carrera en el TC, el Gran Premio Internacional del Norte, una prueba de 9.500 kilómetros entre Argentina, Bolivia y Perú. En esa temporada, Fangio logró el título de campeón con un Chevrolet.

Posteriormente, en 1941, se consagró por segunda vez en el TC, sumando nuevo triunfo en 1942 en la carrera "Mar y Sierras", para luego suspender la actividad debido a la Segunda Guerra Mundial.

En 1946 retornó al TC disputando dos competencias en Morón y Tandil, tripulando un Ford T, en tanto que en febrero de 1947 lo hizo en la Mecánica Nacional (monoposto) en el circuito de Retiro.
Después ganó en TC la "Doble Vuelta de la Ventana", siguió sumando triunfos y, en 1948, durante la disputa del Gran Premio de América del Sur -entre Buenos Aires y Caracas- sufrió un vuelco y falleció su acompañante Daniel Urrutia.

El 27 de febrero de 1949 obtuvo su primera victoria contra pilotos europeos en el circuito del Torreón, en Mar del Plata, y meses más tarde -ya en el continente europeo- participó en 10 carreras de las cuales ganó 6 (San Remo, Pau, Perpiñan, Marsella y Albi).

De regreso a la Argentina fue recibido por una multitud para, posteriormente, participar por última vez en el TC en el Gran Premio, al término del cual el presidente Juan Domingo Perón le otorgó una medalla "al caballero del deporte" en el balcón de la Casa Rosada.

Sus logros le abren las puertas en el exterior hasta llegar a la Fórmula 1, que su primera temporada lo coloca segundo en el campeonato tras ganar tres de los siete Grandes Premios disputados en 1950. Un año después se da el gusto de ganar el primer título mundial integrando el equipo oficial de Alfa Romeo con Giuseppe Farina y Luigi Fagioli.

En 1953 vuelve a quedar segundo y en 1954 recupera el trono, ganando seis de las nueve carreras del año, con Maserati en las dos primeras y Mercedes Benz en las restantes.
La escudería alemana lograba, de esa manera, su primer campeonato mundial.

En 1954 vuelve a correr para la marca, en equipo con Stirling Moss, gana cuatro Grandes Premios y su tercer título al comando de la famosa "Flecha de Plata", para volver a lograr los títulos de 1956 y 1957.

Allí se quedó con el record de cinco títulos ganados, recién quebrado 40 años después por el alemán Michael Schumacher. Ese mismo año Mercedes Benz le regaló para su cumpleaños un modelo 300 SL color celeste metalizado.

En 1958 fue secuestrado en Cuba cuando se aprestaba a participar en el Gran Premio local.
Un comando del Movimiento 26 de Julio, liderado por Fidel Castro, lo tuvo cautivo durante 26 horas para difundir su lucha y luego liberarlo.

Retirado del automovilismo deportivo, fue nombrado Presidente Honorario de Mercedes Benz Argentina y se dedicó a construir su propio Museo, que contendría los trofeos y vehículos utilizados en su campaña, a la que luego se sumaron las de otros pilotos que hicieron la historia del automovilismo argentino.

Fangio falleció el 17 de julio de 1995, a los 84 años, y tras el velatorio realizado en el Automóvil Club Argentino sus restos fueron inhumados en el Panteón Familiar del cementerio de Balcarce, donde se hallan también sus padres y sus dos hermanos. 
23diario.elargentino

miércoles, 22 de junio de 2011

Ahora sí, háganse los rulos

Por Mario Wainfeld
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Siempre lo supe, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y no hay margen para dudarlo. Siempre se supo, podría agregar el cronista, salvo en casos de extrema ingenuidad de gentes de a pie o de marcada malevolencia (cuanto menos, intencionalidad) de ciertos dirigentes opositores o “formadores de opinión”. Cristina Kirchner es (lejos) la principal figura del Frente para la Victoria (FpV), su mejor candidata, la única que garantiza la unidad de su espacio. Aquella cuya presencia organiza la interna entre peronistas que siempre se las trae y siempre tiene como viga de estructura la perspectiva del éxito.
La continuidad de su proyecto, su trayectoria, su vocación le indicaban el camino. Un protagonista político tiene deberes o tareas ineludibles, la suya era mantenerse en la brega.
Las versiones acerca de presuntas cuitas familiares fueron, usualmente, interesadas. Y, además, muy pobres en el diagnóstico. Sin entrar en la crónica doméstica, que el cronista aprecia poco, sus hijos siempre la acompañaron. Máximo Kirchner ya no es un chico, milita en el FpV con un perfil menos alto que el que desearían su adversarios, aunque suficiente para estar consustanciado con la continuidad. Florencia Kirchner entra en su mayoría de edad y sabe en qué hogar se crió.
Siempre lo supo, porque su objetivo es seguir adelante. Apenas, manejó los tiempos como le pareció más funcional.
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Si se repasa el pasado, se advierte que el ex presidente Néstor Kirchner y Cristina Kirchner predispusieron decisiones tácticas relevantes de modo similar. Irlas instalando, suscitar que se comenten en el Agora, en Palacio, en los medios. Acostumbrar, por así decir, a la opinión pública al tema, aunque reservándose el momento del anuncio, lo que les permitió (aun en desenlaces presumibles) el plus de la sorpresa.
Cierto es que durante el mandato de Kirchner regía otro modo de insinuar sus resoluciones. Era habitual que el presidente las discurriera, con más o menos precisión, con algunos compañeros, periodistas, dirigentes políticos o corporativos. Las anticipaba, “pensaba en voz alta” alternando interlocutores. Así fue con su decisión de no ir por la reelección en 2007, introducida en 2004, cuando la viabilidad de su gobierno era todavía una hipótesis en cuestión. El desendeudamiento con el Fondo Monetario Internacional, las candidaturas de la actual presidenta en 2005 y 2007 fueron otros ejemplos. Kirchner insinuaba, escuchaba, propiciaba un diálogo en el que podía cambiar de lugar según la posición del interlocutor. Cristina Fernández restringió mucho ese tipo de conversaciones.
Claro que discurrir o analizar un tema es algo radicalmente distinto a decidir. La decisión no es un silogismo ni un acto de pura razón, es un atributo de la voluntad. La decisión puede acometerse consultando, disponiendo de buen bagaje racional, de background, de números de todo tipo. Pero es –quien frecuenta el primer nivel de la política lo sabe– un momento de intensa soledad. En algún punto, el líder decide solo, se hace cargo de las consecuencias, buenas o fatídicas.
El manejo de los tiempos le permitió organizar su fuerza, enviar mensajes a la dirigencia sindical para que moderara demandas eventualmente desbordadas, “contener” a la inmensa mayoría de los cuadros peronistas, recomponer la relación con el gobernador Daniel Scioli. Y también diferir entreveros palaciegos acerca de otras candidaturas, como la de vicepresidente, que ahora debe zanjarse en cuestión de horas.
Ese enigma subsiste, la oradora sugirió (sin decirlo del todo, lo que le deja las manos libres) que contemplará la incorporación de nuevas generaciones. El concepto “generación” es de ardua traducción en política, no se compadece del todo con las edades. Por ejemplo, los comedidos de Palacio se preguntarán (por contados días) cómo “calza” el ministro Amado Boudou, que está más cerca de los 50 años que de los 40, aunque se inició en la política mucho después que la Presidenta.
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Algo de mayor volumen supo la Presidenta, que fue construir el escenario para que esa candidatura tuviera las mejores chances para los comicios de octubre. En primer término, junto a su compañero, supo remontar dos derrotas fuertes (la resolución 125 y las elecciones de hace dos años), recuperar terreno, reconquistar adhesiones y sumar nuevas, recobrar legitimidad.
Supo hacerlo después del fallecimiento de Kirchner, cuando el sentido común de los medios dominantes la decretó incapaz de proseguir sin él. Faltó poco para que se dijera que no embocaría con la puerta de la Casa Rosada, que no sabría usar el teléfono. Que (mero espejo o delegada del poder de Kirchner) no daría en el clavo.
La ausencia del ex presidente dista de ser baladí. Es verosímil que hubiera ayudado a ahorrarle algunas dificultades o goles en contra en el lapso posterior a octubre, aunque conviene precaverse de atribuir infalibilidad a los que ya no están. El criterio es excesivo, máxime cuando se sabe que en vida cometieron errores severos, como todos los humanos o como todos los dirigentes, aun los mejores.
Lo real es que la Presidenta ejerció el comando, asumió su rol, adecuó su discurso y hasta su transmisión emocional a las nuevas, difíciles, circunstancias. Hoy día tiene la mejor imagen y la mayor intención de voto de todo su mandato, si se ponen entre paréntesis los poquitos días de la “luna de miel” postelectoral.
Nadie gana las elecciones en las vísperas, ningún horizonte está sellado a cuatro meses vista en un país dinámico inserto en un mundo en crisis. Pero su posición relativa es óptima, lo que también le sirve para disponer del manejo interno. Su liderazgo es una consecuencia de la gestión y la aprobación. Un buen tramo, el final que vale doble, lo recorrió sola.
Siempre lo supo, porque un dirigente de raza sabe que le están vedados determinados escondrijos o ausentismos (imaginables, y hasta por ahí no más, en las vidas privadas). Supo cómo llegar a una compulsa con la oposición dividida, con varios presidenciables que se apearon porque no les dieron el cuero o los sondeos. Con un gobierno que conserva sus coordenadas básicas, discutibles y mejorables, pero en cualquier caso previsibles en su direccionalidad. Y porque dobló la apuesta en las coyunturas más desafiantes y desalentadoras. Así llegó al anuncio de ayer, que todos descontaban en una política con vocación.

sábado, 18 de junio de 2011

Debtocracy (2011). Versión con subtitulos integrados en español

ESTA BUENO PARA COMPRENDER LA CRISIS EN GRECIA

Girar

Por Sandra Russo
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Las Madres tienen entre 80 y 90 años. Cuando se habla hoy de ellas, se habla de las que quedan, de ese puñado de viejas alrededor de las cuales vuelve a partirse la lectura política, mientras ellas siguen girando obstinadas alrededor de la Plaza. Desde que nacieron todos los argentinos menores de 35 años, hay mujeres girando los jueves alrededor de la Plaza.
Ningún artista plástico de ninguna corriente contemporánea podría concebir lo que son, esa performance histórica que nos ha tocado presenciar, esa obra de arte conceptual en el sentido más político que son cuando giran. Las que piensan de un modo y las que piensan de otro, las que se quieren y las que se odian, todas giran, las vivas y las muertas, en la ronda tribal de la memoria. Están condenadas a girar porque no han podido enterrar a sus hijos. La ronda es su letanía, su lamento y su flor en la tumba.
Lo que los grandes medios fogonean con el tejido turbio de sus coberturas sobre el caso Schoklender, lo traducen literal y bestialmente los “trolls” –los “rompe-facebook” a sueldo– en la blogosfera. Se trata de un mismo movimiento de sentido, que en la web se abandona descarnadamente a su propósito. Uno que apareció con mucho brío esta semana usó de falso nombre “Shocochorro Chorrafini”. Otros mensajes de ese estilo, que aparecieron en manada, con perfiles falsos, a veces con fotos obscenas y otros con fotos de un universo de ídolos como Pamela Anderson o David Beckham, decía “Hebe a la cárcel!”. Otro, “Es un buen momento para que aparezcan los hijos de Hebe que viven en España”. Otro, “Por los 30.000 $$$ desaparecidos”.
La derecha les ladra a las Madres y algunos sectores de la izquierda la dejan hablar. Uno no siempre es dueño de sus silencios. A veces es esclavo. Sabrán los que callan qué defienden, pero si alguna vez las abrazaron, hoy las sueltan.
Esta mirada recelosa y acusatoria que cae sobre Hebe, la que la insinúa o la declara “chorra”, es exactamente la misma que sostuvieron siempre los sectores más reaccionarios y hoy hacen suya algunos más por cálculos electorales. Pero lo abismal de esa mirada es que se posa hoy como ayer, pero hoy la Justicia ya investigó, probó y está condenando el terrorismo de Estado. Ya se sabe qué pasó. A las Madres y a las Abuelas les mataron los hijos, y se robaron sus cuerpos, incluso los de las prisioneras que dieron a luz en cautiverio. Cuando a alguien se le hace un tajo tan grande, nadie puede pedirle que no sangre.
Ayer, para resguardar “la salud de su madre, que es una señora mayor”, según indicaron sus abogados, los hermanos Noble Herrera anunciaron su decisión de cumplir con lo que desde hace diez años reclaman otras “señoras mayores”, las Abuelas. Los abogados dicen que la decisión de los hermanos obedece a poner fin a un “sufrimiento inenarrable” a raíz de las “presiones recibidas”. Nadie puede dejar de admitir ese sufrimiento, aunque tampoco se puede evitar concluir que si esta misma decisión hubiese sido tomada hace una década, cuando otros decidían por ellos, ya estaría resuelto el tema de sus identidades. De esta década de demora y de las tensiones que produjo no se le puede hacer cargo a nadie, salvo a quienes obstruyeron la causa.
En un exabrupto del año pasado, supo decir el ex juez Cavallo, defensor de la señora de Noble, que llegado el caso no le alcanzaría un ADN para confirmar la identidad de los nietos buscados. “Si el ADN dice Pérez, yo quiero el hueso de Pérez”, dijo. Los huesos de Pérez no existen, pero si alguien ha peleado en este país por Pérez, por esa abstracción que es Pérez, por ese cualquiera que es Pérez hablado por los que obstruyen el camino a la verdad, es Hebe. Desde sus posiciones más extremas, desde su versión más brutal, desde su decisión de sacar los nombres de los pañuelos para fundir lo personal en lo colectivo.
Durante muchos años se entretuvo a la sociedad argentina con cuentos de una perversidad atroz, como la que da cuenta de que los hijos de Hebe vivían en España. Eran parte de esos desaparecidos que andaban presuntamente por Europa y a cuyas madres, esas viejas locas, se quería silenciar. Del cuento ahora se hacen cargo los anónimos que escriben con tremendas faltas de ortografía en las redes sociales, porque a esta altura nadie se atreve a poner la firma a algo que es mentira y es cosa juzgada. Pero ahí, en esos mensajes sucios como la guerra que no hubo, y en las coberturas que les dan letra y paño, hoy se cierra el círculo de una Argentina que apesta.
Atacar a esta altura de la conciencia política argentina a los organismos de derechos humanos, hacer este picadillo mediático de Hebe, es ignorar la claridad que ilumina la escena para millones de personas. Se está tensando el abrazo que las rodea y las rodeará, giraremos a su alrededor para que ellas sigan girando, y siempre habrá quienes sientan que sangran por el mismo tajo que les hicieron a ellas.

Página12

domingo, 12 de junio de 2011

ESTELA DE CARLOTTO, PRESIDENTA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, SOBRE EL CASO SCHOKLENDER Y LOS MEDIOS

“Buscan la oportunidad para disolvernos”

“Deformaron lo que dije, lo tergiversaron con mala intención”, explica la presidenta de Abuelas sobre sus supuestas declaraciones contra Hebe de Bonafini. Carlotto asegura que hay una campaña para enemistar a los organismos de derechos humanos.

Por Victoria Ginzberg
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“Tratan de dividirnos, de que nos desconfiemos”, asegura Estela de Carlotto. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo dice que se sorprendió al ver declaraciones suyas en la tapa los diarios Clarín y La Nación con las que supuestamente acusaba a la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, de estar comprometida en los delitos por los que fue denunciado el ex apoderado de la Fundación de las Madres Sergio Schoklender. “Deformaron lo que dije, lo tergiversaron con mala intención”, explica. No niega las diferencias que tuvo y mantiene con Bonafini, pero también destaca la historia en común. Y está convencida de que hay una campaña para enemistar a los organismos de derechos humanos y obstaculizar las políticas implementadas en ese área. En el mismo sentido, Abuelas junto con Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas e HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) dieron a conocer un comunicado en el que señalan que “la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia no puede ser manchada ni atacada por ningún grupo económico ni político que intente desprestigiar el arduo y comprometido camino que hemos recorrido en más de treinta años” (ver aparte).
Carlotto habla con Página/12 después de haber sido presentada como jueza y fiscal de Bonafini. Explica que luego de que se conocieran las denuncias contra Schoklender no quiso opinar sobre el tema a pesar de los insistentes llamados de distintos medios, pero que decidió decir algo cuando escuchó que algunos periodistas o presentadores de radio y televisión no diferenciaban a las Madres de Plaza de Mayo que lidera Bonafini de Abuelas de Plaza de Mayo, institución de preside: “No es que por aclarar yo estuviera responsabilizando ni juzgando a nadie, simplemente quería decir que somos dos organizaciones distintas y que el momento que estamos pasando es muy doloroso para nosotros también, porque todo lo que concierne a un organismo de derechos humanos nos afecta a todos. Somos todos parte de una historia. Tenemos en común el haber iniciado hace tantos años una lucha con un dolor muy grande”.
La presidenta de Abuelas sostiene que “lo que dije es que, confiando en la Justicia, lo que esperamos es que se aclaren las responsabilidades de quienes cometieron delitos. La propia dirigente del organismo los denuncia. Pero cuando yo hago esas declaraciones, sin acusar a nadie, la prensa que está buscando la oportunidad agazapada para ver cómo puede desunirnos, disolvernos, atomizarnos y además directamente quienes involucrar la gestión del Gobierno, tergiversan los dichos, los ponen en otro contexto, los aíslan y ponen palabras que no son ciertas. Son medios que no nos convocan absolutamente para nada para hablar de cosas que son inherentes a Abuelas, como la búsqueda de nuestros nietos, no cubren juicios ni restituciones con la repercusión con que cubren estas cuestiones. Ahora hay un aprovechamiento de un momento tan duro, y que todos estamos expectantes de que tenga un final deseado, que se esclarezca todo, que se sepa qué responsabilidades hay y tratan de enfrentarnos entre nosotros, los compañeros de ruta.
–Las diferencias entre los organismos de derechos humanos existen. Pero si uno se rigiera por lo que publicaron algunos medios, parece que se están acusando entre ustedes.
–Tratan de dividirnos, de que nos desconfiemos, que nos reprochemos. En una historia de 34 años no tuvimos siempre las mismas opiniones. Hemos discutido, hemos resuelto las cosas y seguimos juntos. De ninguna manera esto va a romper una amistad, ni un afecto de tantísimos años. Lo siniestro es que quieren con esta situación entintar las gestiones tanto de Néstor Kirchner como de Cristina, que fueron las que más hicieron por reconocer nuestra historia, de respetarla y darnos respuestas de manera permanente sobre lo que queremos, como verdad, memoria y justicia.
–¿Para usted el objetivo es electoral o hay una intención de obstaculizar, por ejemplo, los juicios contra los represores?
–Hay un motivo electoral. Lo que quieren es desprestigiar la gestión de Cristina, como lo han querido siempre, sólo que ahora hay una campaña muy fuerte para que la gente que no tiene acceso a la lectura fina de la historia haga alianza con esas infamias y que esto tenga un resultado en las elecciones. Están peleando para que no se ponga en vigencia la Ley de Medios. Es un ataque a un proyecto de país. Y sobre los juicios, también, porque todos ellos han estado juntos desde la época de la dictadura, para poner un ejemplo, Clarín con Papel Prensa y (Jorge Rafael) Videla. Todos estos que estamos buscando como responsables del genocidio, de una manera u otra han sido partícipes de la apropiación de bienes, de concentración de poder en lo mediático. No quieren que hablemos, no quieren que se juzgue, no quieren que encontremos niños, porque, justamente, están en este momento en el tapete dos criaturas, un hombre y una mujer hoy, que pueden ser los nietos que buscamos, en poder de la dueña de un monopolio.
–De todas formas las denuncias contra Sergio Schoklender existen, la misma Hebe de Bonafini las respalda, ¿cuál es su postura sobre ese tema? Para que quede claro...
–En principio nadie tiene derecho a juzgar a las personas si no existen las pruebas contundentes. Creemos, por lo que la propia Hebe dice, porque ella misma los denuncia, que hay un grupo de 16 personas que serían responsables de los delitos de los que se los acusan. Ella dijo abiertamente que se iba a avenir a lo que la Justicia resolviera. No niega que se investigue y, lógicamente, si está exenta de esto nada la va a tocar. No tenemos que acusar injustamente pero tampoco endiosar, porque todos somos seres humanos. La exageración en cualquier sentido no es buena. Somos nada más que mujeres en lucha.

Página12

sábado, 11 de junio de 2011

El día que los derechos humanos aparecieron en los medios hegemónicos

Los medios cómplices de la dictadura empezaron a hablar de derechos humanos. Mientras tanto, Marcela Noble se va del país en medio de un proceso judicial y Lanata es el principal portavoz de los grupos hegemónicos que antes repudiaba.
11.06.2011 | 16.33   |   

Los medios hegémonicos después de 35 años hacen referencia a las Madres
Por Guadalupe Carril

Las patéticas declaraciones del Dr. Eduardo Duhalde en su ya conocida oposición a la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo son una clara muestra de la falta de coherencia con la que se está tratando el tema del fraude realizado por Sergio Schoklender no solo a Hebe sino a toda la sociedad Argentina.

Duhalde manifiesta peyorativamente que Bonafini utiliza "la bandera de la muerte como una causa política". Recordemos que el gobierno de facto que torturó, hizo desaparecer y asesinó a los hijos y nietos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, persiguió con fines políticos a las víctimas y eliminó a quien no concordaba con el modelo social que quisieron imponer.

Las declaraciones de Taty Almeida en el día de ayer, dejaron en claro la falta de ética de ciertos medios, que no solo deformaron sus palabras, sino que por primera vez después de muchos años empezaron a tocar temas relacionados con los derechos humanos.

No es casual que desde el grupo Clarín estén titulando las notas con fuertes críticas hacía la figura de la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo. Hebe acusó durante años el hecho delictivo realizado por la socia mayoritaria del multimedio, quién actualmente y desde hace 10 años está siendo juzgada por presunta apropiación ilegitima de dos niños durante la dictadura

Es evidente que los medios que han ignorado el movimiento de defensa de los derechos humanos hacen aparecer ahora en las portadas de sus periódicos informaciones con una connotación negativa hacia el trabajo realizado por las Madres y hacia los logros generados desde la asociación en nuestra sociedad.

En entrevista con ElArgentino.com, el escritor argentino Osvaldo Bayer definió la estrategia comunicacional de estos medios de la siguiente manera: "Diarios como Clarín y La Nación, que solamente defienden los intereses empresarios, apoyaron durante la dictadura la desaparición de personas, crímenes espantosos. Por supuesto que les viene bien este hecho para confundir a los lectores".

Sería fácil recordar la oposición directa a la hegemonía empresarial que llevó a cabo el gobierno nacional en los últimos años y por la cuál es depositario de varias difamaciones intelectuales de los grupos que se vieron beneficiados en procesos dictatoriales o de neoliberalismo extremo. También sería sencillo recordar que el apoyo continuo de esos multimedios durante las décadas de los 70´ y 90´ al gobierno de turno fue en aumento, al igual que la deuda externa del país o la venta de empresas nacionales al extranjero.

Todos esos son breves recuerdos de nuestra historia. Hoy parece estar el tema de los derechos humanos en muchos medios que antes no hubieran tenido espacio. Todo a causa de que un psicópata evidenció su falta de recuperación y defraudó la confianza de una asociación de derechos humanos, la de una luchadora que fue agredida verbal, física y emocionalmente por muchos costados. Pero, por sobre todas las cosas, Sergio Shocklender defraudó la confianza de una sociedad.

EL ARGENTINO

miércoles, 8 de junio de 2011

ES LA IDEOLOGIA

  


¡Es la ideología, estúpido!

Por Ricardo Forster
El papel de los medios de comunicación concentrados ha sido y sigue siendo fundamental en la estrategia neoliberal allí donde las fuerzas tradicionales han quedado desguarecidas y sus recursos políticos devaluados ante la opinión pública.
Beatriz sarlo. Con la escenografía de 6, 7, 8 detrás, criticó los informes del programa y dejó alguna frase festejada por la oposición.

Es la ideología, estúpido! Esta podría ser la frase con la que dar cuenta de lo que viene sucediendo en el panorama político argentino. Una frase que, cambiado el adjetivo que en su momento había utilizado Bill Clinton para desarmar a los republicanos, nos remite a la insistencia con la que la derecha autóctona proclama, más por ignorancia que por convicción, que da lo mismo ser de izquierda o de derecha, liberal o dirigista, seguidor de Perón o de Alsogaray, nostálgico de la Unión Soviética o fervoroso apologista de Ronald Reagan; lo importante, agregan frunciendo las cejas y tratando de ofrecer una imagen de seriedad y concentración intelectual, es darle forma a “una gestión que resuelva los problemas de la gente”. Eso le ha permitido a Mauricio Macri, por ejemplo, ir por el mundo dando pruebas irrefutables de su analfabetismo político enmascarado, como no puede ser de otro modo, por la abrumadora tilinguería de sus frases ahuecadas. Sorprende que algunos intelectuales con alto predicamento en los medios hegemónicos recurran al mismo arsenal argumentativo del macrismo, es decir, a la más ramplona desideologización, a la hora de eludir analizar qué está en juego en nuestro país.

Frase rutilante aquella que apela a “la gente”, con la que creen zanjar cualquier discusión y, sobre todo, cualquier desafío en el que se ponga a prueba desde dónde dicen lo que dicen. A ellos, a los actuales herederos de la despolitización de los noventa, a los cultores de un posmodernismo hueco y banal, ese que les permitía regocijarse con el fin de las ideologías anunciado a los cuatro vientos por los voceros del neoliberalismo triunfante, los sigue seduciendo el enlace entre “la gestión”, entrecomillada porque es la palabra con la que más se llenan la boca, y la lógica que emana del mundo empresarial, santo y seña de lo que mejor expresa el desplazamiento de la política a cuarteles de invierno en donde apenas si deberá prepararse para escribir sus memorias.

Sin ninguna incomodidad, y como si desde siempre se hubieran instalado en ese tipo de argumentación, escuchamos por doquier que lo que importa es la gestión, la buena administración de los asuntos gubernamentales desprovistos de cualquier forma de “contaminación” ideológica o de cualquier referencia que establezca las relaciones entre un determinado discurso y las formas del poder económico. Del mismo modo que la derecha suele bregar por la lógica del olvido a la hora de revisar el pasado, sabiendo que de esa manera intenta ocultar a los ojos de la sociedad sus propias responsabilidades en lo peor de ese pasado, los promotores de la despolitización buscan silenciar sus dependencias con los poderes de las grandes corporaciones económico mediáticas que siguen ejerciendo su capacidad de cooptación sobre políticos de distinto pelaje e intelectuales que incluso se reclaman como progresistas mientras vuelcan sus intervenciones públicas en los grandes medios del conservadurismo vernáculo.

En esta danza en la que nadie tiene pasado ni es deudor de ninguna tradición previa, todos parecen gozar del anonimato que nace de estar reciclándose permanentemente. No es casual encontrar ex menemistas en el seno del kirchnerismo (estarían con cualquiera que les garantizara un lugar bajo la sombra del gobierno y no han dejado de travestirse de acuerdo al cambio de los vientos de la historia), de la misma manera que antiguos izquierdistas han olvidado su procedencia a la hora de cerrar filas con los poderes concentrados del capital o, más elocuentemente, al elegir escribir o hablar desde las empresas comunicacionales que expresan los intereses de los grupos económicos concentrados o que desde antiguo son la voz doctrinaria de la derecha argentina. Todos prefieren mirar hacia el costado con cara de yo no fui. O, para simular más y mejor, atrincherarse en la agudísima reflexión que nos recuerda aquello de que vivimos en una época posideológica, que nada es igual después de la caída del Muro de Berlín y que sólo los testarudos y los dogmáticos que habitan fuera de la realidad todavía insisten con reclamar esa antigualla de la pertenencia ideológica.

Todo, absolutamente todo, se ha convertido, para nuestros amnésicos, en lenguaje enmascarador que no oculta otra cosa que el dominio absoluto de la forma por sobre el contenido. Para los propagadores enfervorizados de los lenguajes empresariales como núcleo de la nueva administración de los asuntos sociales, lo importante es el envoltorio, el giro esteticista que transforma a un candidato sin ninguna dote en una estrella rutilante del firmamento mediático. Es el tiempo de los magos del marketing y de los encuestólogos, de todos aquellos que desprecian cualquier referencia a la ideología como expresión de anacronismo insostenible. Pronunciar una palabra que remita al territorio de las ideas políticas supone, para esta visión, una caída en lo arcaico, la manifestación de una melancolía insoportable. Por derecha se afirma, una vez más, el arribo a una época sin identidades ni tradiciones, carente de ideología y dispuesta sólo a dejarse conducir por los lenguajes del pragmatismo y la gestión empresarial y, por izquierda y arropado en sutiles retóricas a la moda, escuchamos a prestigiosos críticos culturales reducir lo caudaloso de la escena argentina a una extensión, algo más sofisticada, de la espectacularización mediática desplegada por el menemismo en los ’90, como si lo que viene aconteciendo desde mayo de 2003 no fuera otra cosa que una prolongación de las estéticas audiovisuales promotoras de la lógica de lo que una autora ha denominado el predominio de “celebrityland”. La palabra que suele utilizarse desde una cierta oposición que se dice progresista es “impostura”. Todo sería un juego de espejos que escondería la continuidad perversa de las políticas neoliberales enmascaradas en retórica nacional popular. El kirchnerismo, para estos sectores, constituiría el grado máximo de la ficcionalización de la política con lo que estaríamos situados plenamente en un tiempo posideológico. Esta rara pirueta teórica sitúa a esta crítica en un andarivel semejante al de la derecha que se apresura a darle cobijo en sus espacios comunicacionales.

De ese modo, tanto la oposición política como algunos intelectuales que reivindicándose como progresistas escriben sesudas columnas desde el diario liberalconservador, no sienten ningún reparo al mezclar el agua con el aceite o, simplemente, al desnutrir de cualquier referencia ideológica tanto sus decisiones a la hora de darles forma a las alianzas electorales o al analizar el funcionamiento de los medios de comunicación concentrados. Me explico. Para los radicales que orbitan alrededor de Ricardo Alfonsín parece ser lo mismo cerrar acuerdos con De Narváez que con los socialistas de Binner; se trataría, en todo caso, de aspirar a englobar a toda la oposición para dar una batalla con posibilidades de ir más allá de lo testimonial en las elecciones de octubre. No hay, como es obvio, ni programa ni ideas que le den una pista al ciudadano de cuál sería la matriz ideológica que subyacería a esos acuerdos. ¿Para qué distraerse con esa antigüedad que huele a naftalina?

No muy distinta fue la respuesta, a medias, que dio Beatriz Sarlo cuando en su tan festejada participación en 6, 7, 8 se negó a indagar por la estructura del poder que habita el universo de los medios de comunicación, señalando que casi todo se reducía a un tema de rating vinculado al negocio empresarial en el que la ideología poco y nada tiene que ver. Para Sarlo, Chiche Gelblung es apenas una pieza en el esquema empresarial del Grupo Clarín que, como buen exponente de la época, no tiene inconveniente alguno en darles la franja de la tarde a Tenembaum y a Zlotogwiazda. En estos tiempos sin ideología regresamos a la poética de Cambalache, y el señor Magnetto no es otra cosa que un hábil programador que tiene como único objetivo dominar la franja del prime time radial. Lo que en todo caso no ve o no quiere ver Sarlo es que allí radica el núcleo del discurso y la práctica de la ideología neoliberal de época. En esa mezcla de la que nadie tiene que dar explicaciones, en ese rejunte de lo distinto como manifestación de “la amplitud” democrática de la empresa. Declarar, entre sorprendida e irónica, que no hay respuesta a la pregunta por el lugar del poder a la hora de analizar el funcionamiento de los medios de comunicación concentrados, constituye un ingrediente más en la cocina de esta crítica desideologizante que prefiere surfear por las olas autónomas de los lenguajes mediáticos descomprometiéndose de cualquier referencia a la significación política del lugar de enunciación. Dime desde dónde hablas y te diré qué intereses defiendes.

Alfonsín, hijo, es más pedestre a la hora de justificar su decisión de ir con De Narváez pero reclamando, eso sí, su condición de “progresista”. Para él se trata de capturar votos sin importar de dónde provengan. La máquina electoral, finalmente capturada por los tecnócratas del mercado comunicacional que han querido transformar la política en una mercancía más, se desplaza ausente de ideología por todo el espinel de las ofertas partidarias con el solo objetivo de vender mejor y a más votantes su producto cuidadosamente pasteurizado. Sarlo, que dice que lee La Nación y Página 12 para abarcar el arco que va de la derecha a la izquierda, elige finalmente escribir semana tras semana en “la tribuna de doctrina” junto a los Grondona, los Pagni y los Morales Solá o, cuando es más juguetona, prefiere utilizar los micrófonos de Radio Mitre junto a Zlotogwiazda para mostrar su amplitud discursiva. Para ellos, claro, la forma es el contenido aunque, estimado lector, eso nunca hay que decirlo porque a esta altura de las sofisticaciones teóricas ya nadie habla de ese modo y apelando a tan vetustas y arcaicas categorías. Cuidado, nos dicen, con recaer en la visión sesentista, con perder de vista que estamos situados en otra época del mundo.

Lo cierto es que los años que se abrieron desde 2003 entre nosotros pero que encuentran su correlato en otros países de América latina, constituyen la expresión de un elocuente y decisivo giro histórico que, entre otras cosas, nos plantea la necesidad de aguzar la perspectiva de la crítica sabiendo que el proyecto neoliberal no sólo se ha desplegado en el ámbito de las relaciones económicas y en su conquista brutal del mercado mundial, sino que ha tenido un correlato indispensable en la construcción de nuevas formas de subjetivación y en el emplazamiento de dispositivos cultural simbólicos que apuntalan esas transformaciones estructurales de la vida social y económica. El papel de los medios de comunicación concentrados ha sido y sigue siendo fundamental en la estrategia neoliberal allí donde las fuerzas tradicionales han quedado desguarecidas y sus recursos políticos devaluados ante la opinión pública. Tal vez por eso sea conveniente insistir, una vez más como lo hace cierta interpretación en clave “progresista”, que da lo mismo “la Biblia que el calefón” y que la actualidad argentina no es otra cosa que una astuta y enmascarada prolongación de los ’90 menemistas. Mientras tanto, y como un modo de ejercer la independencia, se elige escribir y hablar desde los órganos del poder mediático pero todo en nombre de los ideales de una verdadera república saqueada por la impostura populista y su máquina propagandística. Claro que, como decía Bill Clinton, una vez más: ¡es la ideología, estúpido! 

DIARIO VEINTITRÉS

lunes, 6 de junio de 2011

Fueron las resistentes de la ilegalidad y la violencia






La trayectoria de Hebe y de las Madres de Plaza de Mayo vuelve innecesario todo intento de justificación acerca de quiénes son ellas, y de lo que hacen. De manera tal que si alguien que trabajó con ellas cometió  un delito o incurrió en una falta, es un problema personal que no atañe a las Madres.
Sí creo que de parte de los grandes poderes mediáticos y de la oposición, donde resulta cada vez más clara la derrota que van a sufrir en octubre, hay una actitud que quiere perjudicar a las madres, y a su relación con el gobierno nacional. Primero, demonizando a Moyano, tiroteando al gobierno, y ahora con el intento de desprestigiar a las Madres.
Nosotros, con la Discépolo, hicimos con las Madres cuatro tomos de los Malditos. Ellas justamente nos pusieron su editorial a nuestra entera disposición. Las iniciativas de las Madres son muchísimas. Resulta muy doloroso que traten de envolverlas en esta cuestión, cuando fueron ellas las verdaderas resistentes de la ilegalidad y la violencia. Como dice Hebe, ella y las Madres han convertido una cuestión de muerte en una cuestión de vida.
En vez de dejarse ganar por el rencor y la venganza, han dado vida, han dado casas, barrios, solidaridad, honestidad, calidez. Hoy las Madres son una bandera de solidaridad en el futuro.
Acompañaremos totalmente a las Madres en esta instancia. Sería muy bajo que ensucien su trayectoria por un tema generado por un personaje que debe ser investigado.

TIEMPO ARGENTINO

domingo, 5 de junio de 2011

Hebe de Bonafini

“No vamos a poner en riesgo todo”



La titular de Madres de Plaza de Mayo rompió el silencio en una extensa entrevista con Tiempo Argentino en la que anunció que decidió separar a Pablo Schoklender y otras 16 personas de la conducción de la Fundación “para que quede todo claro”. Hebe reveló que las diferencias con Sergio Schoklender comenzaron cuando el ex administrador quiso transformar a la Fundación en una empresa. Prometió profundizar las obras.
  Hebe es fuerte. Está algo débil de salud, pero es fuerte porque es de esas mujeres que siempre van para adelante. Después del abrazo popular que recibió el jueves en  Plaza de Mayo, tuvo un ataque de asma, le subió la presión y el azúcar en sangre. Los médicos la medicaron y le prohibieron salir porque “tiene que cuidarse”, cuenta sin dramatismos. Desde ese día, su hija Alejandra no se separa un minuto de ella. La protege en su casa de La Plata, donde la titular de Madres de Plaza de Mayo recibió a Tiempo Argentino. Ni bien empieza el diálogo, ayer, bien entrada la noche, Hebe Pastor de Bonafini aclara que no quiere mezclar los sentimientos personales cuando habla del mal momento que está viviendo desde que el ex asesor de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Sergio Schocklender, fue denunciado por supuestas operaciones de lavado de dinero y malversación de fondos públicos.  La titular de la Asociación decidió hablar sobre esas denuncias y sobre la investigación a cargo del juez Norberto Oyarbide y el fiscal federal Jorge Di Lello. Anuncia, firme, convencida, que también decidió apartar de la Fundación Madres de Plaza de Mayo a Pablo Schocklender y a 16 personas. “Si cometieron delito tendrán que pagar. A través de esta entrevista, anuncio que acabo de separar a Pablo y a otras 16 personas. Por las dudas, para que quede todo prolijo”, subraya desde la cocina de Alejandra. A pocos metros se ven fotos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández y una réplica en miniatura de la Pirámide de Mayo que le regaló la presidenta y ella le cedió a su hija. “No me arrepiento de haberle dado una oportunidad”, le dice a Tiempo Argentino sobre Schoklender.
-Sueños Compartidos le cambio la vida a mucha gente, ¿qué es lo que más valora de la misión? ¿Después de las denuncias contra Sergio Schoklender se arrepiente de haber llevado adelante este proyecto?
-No, para nada porque es un proyecto que involucra a miles de personas, a 5000trabajadores, una cantidad enorme de viviendas entregadas, otras en ejecución, hospitales, escuelas. Vamos a hacer gimnasios y polideportivos. El proyecto sigue, es un proyecto de mucho ejemplo porque los trabajadores están en blanco, agremiados, porque trabajamos con gente a la que no se tuvo en cuenta en muchos años, es la gente más marginada gente que cartoneaba con sus hijos de noche, que no sabía lo que era levantarse temprano para ir a trabajar. Con el primer sueldo que cobró una chica vino y me dijo, sabe Hebe ahora el carnicero me fía. “Mirá lo que la pone contenta”, yo pensaba en la casa. Nosotros le damos trabajo a esa gente. No es que se hacen la casa para ellos. Ellos edifican viviendas, en algún momento les va a tocar una, se va haciendo de a poco en los terrenos que nos da el municipio. Tenemos una forma de trabajar con la gente, si hay comunidades indígenas afuera les hacemos un lugar donde rezar, los respetamos en sus necesidades.
-¿Cuándo inauguraron las primeras casas?
-Con Néstor, en 2009. En 2010 inauguramos casas especiales para discapacitados. El proyecto nació hablando con las Madres, pensamos cómo queremos que nos recuerden. Y a mí me dolía tanto que sólo nos recuerden por la persecución a los milicos. Ya teníamos imprenta, universidad, pero la gente siempre asocia para ese lado. Y pensábamos a ustedes cómo les gustaría que nos recuerden, conversábamos. Entonces empezamos a hablar y hablamos con Sergio y surgió Sueños Compartidos, que primero parecía algo muy loco pero que se puso a funcionar muy rápido. Primero con el gobierno de la Ciudad, pero luego con Macri fue imposible porque es una máquina de impedir. Y el gobierno es el que pone el dinero, con certificados que se cobran a medida que se va construyendo y después de ahí se saca el sueldo de los trabajadores, que se paga con tarjetas. Luego fue creciendo y teniendo solidez. Al punto que Uruguay y Brasil también nos han pedido. Cuando yo fui a Ciudad Oculta y vi tanto carro, tanta mugre, tanto niño caminando, me preguntaba cómo no se nos ocurrió antes. Cómo hemos perdido tanto tiempo, con tantos años de trabajo en las Madres. Pero había que ir a dar. 
-¿Cómo se hace para seguir adelante con el proyecto, en este contexto de acusaciones?
-Las acusaciones son contra el apoderado, que era Sergio, y contra su hermano, y si cometieron delito tendrán que pagar. Acabo de separar a Pablo y a otras 16 personas más. Por las dudas, para que quede todo prolijo. Todos los imputados están separados, porque no vamos a poner en riesgo todo, sabemos lo que hacemos, cómo podemos responder pero la cosa está muy seria. Creo que las cosas van a andar bien.
-¿Nadie le advirtió sobre Schoklender, no le habían avisado que había algo raro en su forma de llevar adelante el proyecto?
-Y, no… porque Sergio era un tipo que trabajaba 30 sobre 24 horas, le pagaba a la gente y las construcciones se hacían.
-¿Y qué fue lo que la puso en alerta?
-Hace un año empecé a tener discusiones con él porque quería convertir a la fundación en una empresa. Y yo le decía “mirá, Sergio, esto no es una empresa, somos un emprendimiento, somos soldados de este proyecto nacional y popular”. Y le decía “vos, con este proyecto que tenés, de las casas que caminan, que están y que existen, y que es cierto que son un invento impresionante, querés convertir a la fundación en una empresa. Y yo no tengo ningún interés en que esto sea una empresa. Quiero que siga siendo una fundación, como está”.
-Shocklender quería armar una empresa…
-Claro, él quería hacer una empresa porque para hacer esas casas, y que caminen, hay que poner una fábrica nueva, hay que poner mucha plata. Pero yo no estaba dispuesta.
-¿Y con qué argumento Schoklender le decía que había que crear una empresa?
-El argumento era que había que hacer más casas pero si el gobierno no lo necesitaba, ¿para qué? ¿Para qué abrir más fábricas? Pero a mí nunca me gustaron las empresas. Las empresas funcionan de otra manera. Y después de esa discusión empecé a ver cosas que no me gustaron.
-¿Qué cosas no le gustaron?
-El manejo de la situación, sobre todo, porque eso significaba pedir proyectos para que tales o cuales fueran considerados. Yo no quería.
-¿Y usted confiaba plenamente en él?
-Sí, porque las obras se hacían. Si el gobierno a mí me decía “mirá, Hebe, acá falta plata, esto no se hizo”… pero eso no pasaba. Si no yo hubiera actuado antes. Pero nunca hubo una desconfianza ni nadie me avisó que faltaba plata.
-¿Y su relación con Sergio Shoklender influyó en este tema?
-No. Yo soy muy terminante. Para mí es primero y único lo que representan mis hijos. La Fundación de las Madres y mis hijos están primero que todo. Y mis hijos están primero que todo en este contexto, y los voy a defender a capa y espada. No voy a defender nada ni voy a esconder nada. Y mi sentimiento es una cosa personal que no tengo por qué contar. 
-Durante estos últimos días, lo que se estaba poniendo en juego era eso, que usted tenía una relación tan estrecha con Sergio Shoklender…
-¿Y a usted le parece que es la primer familia en la que suceden estas cosas? ¿O la primer madre a la que un hijo le hace una cagada? No soy ni la primera ni la última, no le quepa la menor duda.
-¿Qué recibió de la gente?
-Afecto, apoyo. Me llaman y me llaman y me llaman. Amigos y gente, y hasta jueces. Hay convocatoria de gente que incluso se quería convocar para venir a La Plata. Y llamados que me dicen que están para lo que yo necesite, “acá estamos para vos” y que se preocupan porque me vieron enferma. De la gente del gobierno, de afuera, de adentro. Eso ni hablar. De las provincias. Porque la gente sabe que nosotras tenemos una conducta, sabe cómo vivimos. Y nosotras, las Madres, nos pagamos hasta el agua. Porque además yo quiero recordar que nosotras, las Madres, no cobramos plata, no cobramos la reparación (la indemnización que fijó el Estado por los desaparecidos, NdR). No cobramos sueldo, como algunas versiones dijeron por ahí.
-Hubo varios dirigentes políticos que dijeron en los últimos días que, además de la investigación de los hechos, también se está dando una operación mediática para perjudicar a Cristina y a las Madres de Plaza de Mayo. ¿Está de acuerdo?
-Sí, eso está claro. Eso es así. Clarín está con la soga al cuello, La Nación. Y todos los politiquitos a los que nosotras siempre hemos jodido, como Duhalde. Y además los medios. Porque nosotros tenemos dos diarios, 678, un canal y poco más: y sin embargo mire todo lo que podemos hacer: dar vuelta el pensamiento de la gente, que la verdad cuesta.
-También está el ataque al valor simbólico de lo que significan las Madres.
-Claro, el ataque a las Madres. Por eso lo mencionamos en el discurso. Pero a mí me preocupa que la ataquen a Cristina, porque por rebote se la agarran con ella, por su relación con las Madres.
-Como que el gobierno le está dando dinero sin control…
-Pero nunca fue así, porque el gobierno nunca nos dijo “mirá, Hebe, que falta plata”.
-¿Y quién se va a hacer cargo de la misión Sueños Compartidos tras esta decisión que acaba de tomar?
-Bueno, hay un grupo con el que ya estábamos trabajando. Es gente que está con nosotros y siempre estuvo. Porque el proyecto sigue trabajando. Nada paró. Todo sigue igual, los que dirigen la universidad, los que dirigen la radio, los que dirigen la librería, la biblioteca. Todos siguen trabajando, nada se paró. No se paró el mundo porque hay un montón de hijos de buena madre todo el tiempo hablando sobre Schoklender.
-Usted dijo recién que tuvo un encontronazo con Sergio porque él tenía otros proyectos que usted no compartía. ¿Usted había detectado que existían irregularidades?
-No, porque si no enseguida hubiera tomado la decisión.
-¿Y cómo surgió todo esto entonces de un día para otro?
-No sé, querida, porque empezaron a investigar… En realidad, porque él (por Schoklender) se fue. Él presenta su renuncia en diciembre, que nunca se había puesto en práctica. Y a partir de ahí lo separamos de la Fundación.
-¿Y cómo le cayó a usted que Sergio le diera una entrevista a Clarín?
-Eso es lo que pasa cuando una persona está acorralada. Cuando le pasa algo así, suele hacer este tipo de cosas. Y va a cualquier lado, se mete en cualquier cueva. Porque ir a esos medios es meterse en una cueva.
-¿Entonces hace meses que él no estaba trabajando con la Fundación?
-No, hasta diciembre estaba. Desde diciembre empezaron a haber diferencias, empezó a estar menos tiempo, porque estaba dedicado a ese proyecto de hacer más casas. A mí me parece que siempre a las Madres se las ninguneó. No hablemos de los medios. Nunca mostraron los libros que nosotros sacamos. Salvo ustedes y Página/12, los demás diarios no los sacaban. Libros que tienen peso. Nadie sabe cómo laburamos, los premios que tiene la radio, los programas premiados, el curriculum que yo tengo a mí me da vergüenza mostrarlo. Los premios, los doctorados. El doctorado más importante que a mí me dieron, el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Bolonia, creado especialmente para una mujer que casi no había ido a la escuela, por lo que significó para la formación y la educación. Y no lo sacó ningún medio. Por algo nos ningunean tanto. Y lo bueno de esto, sin embargo, es que sí lo sabe el pueblo.
-¿Cuál fue el gesto de solidaridad que más la conmovió en los últimos días, desde que las denuncias llegaron a la tapa de los diarios?
-El gesto que más me conmovió tuvo que ver con esa cosa de creatividad: unos pibes, unos músicos, nos mandaron una torta a las Madres, y para envolverla eligieron una carta, que estaba dirigida a nosotras. Me dio una ternura impresionante. Y otra señora, el otro día, en Cocinando Política, cuando vino Amado Boudou, me trajo un bizcochito de naranja, con gelatina de naranja y cascaritas, muy bien hecho, todo rodeado con cartitas de sus hijas. Y la convocatoria de la CGT también me llamó la atención.
-¿Y por qué no dejaron pasar el otro día, en el programa, cuando estaba Boudou, a los periodistas de Clarín y La Nación?
-Porque nosotras tenemos derecho a dar paso a los amigos. Y ellos decían, “ay, el ministro, no nos deja pasar”, y no era el ministro: éramos las Madres las que no los dejábamos. En la Plaza de Mayo no, claro, porque es un espacio abierto. Ahí podían sacar lo que quisieran, pero no me importaba. Porque yo no desayuno mierda, yo a la mañana me tomo el mate cocido.

TIEMPO ARGENTINO

sábado, 4 de junio de 2011

Contra las Madres

Por Luis Bruschtein
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Hay un punto sensible en el tejido social de este país que le permitió detectar el peso moral, el paradigma ético que representaban las Madres de Plaza de Mayo. Al mismo tiempo, desde hace más de treinta años se ha buscado su flanco débil, el punto vulnerable, para destruir esa influencia, pero cada cosa que se inventó –como cuando las llamaron las Locas de la Plaza– las fortaleció y se revirtió en contra de sus detractores.
La relación de las Madres con la sociedad ha sido compleja. Muchas veces han estado muy solas. Otras veces han convocado multitudes. Pero no todo el país ha concurrido a esas convocatorias. Hay un núcleo ideológico, duro, de poder, que las resiste pero no tiene más opción que tolerarlas. Desde allí se ha buscado siempre desplazarlas de ese lugar de consideración especial que las blinda. Si pudieran hacerlo, después destruirían su imagen, difamando, mintiendo, reinventando la historia, porque las Madres son uno de los pocos puntos de referencia ciudadana que no pueden controlar.
Controlar, en el sentido de resignificarlas, de mostrarlas como a ellos les convendría. Se trata de manejar un referente simbólico esencial de estos treinta años de democracia. Pero la sociedad las ha asumido con esa forma de desmarcarse que han tenido. Incluso cuando tienen razón o cuando no la tienen. No se trata de disentir o discutir con ellas. Eso lo puede hacer cualquiera porque, para bien o para mal, el lugar donde están ubicadas no es el del argumento, sino más bien el de la conciencia, el de la consecuencia, el de la valentía y el de la madre que lucha por sus hijos.
Son lugares que la sociedad no regala sino que se construyen en una dialéctica, la mayoría de las veces ríspida, con la misma sociedad hasta que queda instalado. Las Madres buscaban a sus hijos, no buscaban ese lugar. Ese es otro factor que las explica ahora, porque si su motivación hubiera sido ocupar ese lugar de semiprócer o referente moral, nunca hubieran podido hacerlo. Quedaron allí justamente porque no querían.
La cercanía con las Madres permitía compartir una parte irreal de ese prestigio. Muchos se les acercaron a lo largo del tiempo, sobre todo algunos periodistas, para beneficiarse con esa concesión, irreal, porque la historia es de las Madres y no de los que se sacaron fotos con ellas. Pero más de un periodista, uno que otro abogado y algún activista crearon esa ilusión sobre sí mismos.
Esa presencia tan fuerte en la sociedad, a pesar de que su relación con ella siempre fue tan irregular que a veces las aislaba y a veces las acompañaba, selló con una impronta especial estos primeros 30 años consecutivos de democracia en la Argentina.
Es difícil pensar estos treinta años sin la presencia de las Madres. Han sido además lo menos parecido a un fenómeno mediático y no han mostrado esa volatilidad que los caracteriza. Por el contrario, durante muchos años fueron ignoradas por la corporación mediática que se ha convertido en parte intrínseca del poder fáctico. Hasta 1996, los 24 de marzo sólo juntaban a unas 500 o mil personas en el acto que organizaban los organismos de derechos humanos.
Ocupan un lugar que no desearon y hay una calidad de realidad material, concreta, en esa autoridad, que la diferencia de todos los productos mediáticos tan efímeros y aparentes como los falsos superhéroes del periodismo. A diferencia de muchos protagonistas de la actualidad, las Madres son reales, no son una ilusión mediática, no “actúan” ese lugar, simplemente “son” ese lugar de referente. Todos esos materiales que constituyen el lugar de las Madres fraguaron en una especie de casamata hasta ahora inexpugnable. Y se ha buscado, infructuosamente, destruirlas por mil maneras distintas.
Del 2003 en adelante, la política de derechos humanos del kirchnerismo generó, como pocas veces antes, lazos de comunicación entre el Gobierno y los organismos de derechos humanos, incluyendo a las Madres, lo que las puso en una situación más vulnerable. Algunos organismos no estuvieron de acuerdo con esta aproximación al Gobierno y se planteó un debate muy duro entre ellos. Pero no ha sido el primero. En estos treinta años hubo muchos y encarnizados debates entre los organismos. Las Madres se dividieron y muchas veces los organismos confrontaron entre sí desde posiciones casi antagónicas. Esto forma parte de la dinámica del movimiento de derechos humanos. Las discusiones suelen ser implacables pero contenidas en un marco por el cual lo han fortalecido aún más. De alguna manera, en todas esas encarnizadas discusiones, el marco de existencia común ha sido preservado por todas las partes.
Nadie puede tolerar actos de corrupción en el movimiento de derechos humanos, por lo que la denuncia contra Sergio Schoklender tiene que ser investigada hasta sus últimas consecuencias. Pero resulta evidente que detrás de esa denuncia se ha montado una campaña mediática que en algunos casos busca golpear al Gobierno en plena campaña electoral y, en otros, trata de esmerilar la imagen de las Madres y de los organismos de derechos humanos.
Por ejemplo: se ha dicho en una columna de opinión en Clarín que esto le sucede a Hebe de Bonafini por acercarse al kirchnerismo. Si la denuncia es contra Schoklender, no se entiende el motivo de centralizar en las Madres o el kirchnerismo. En todo caso, de esta forma queda expuesta la intención clara del artículo de utilizar la denuncia para atacar a las Madres. Esta línea de acción editorial se reprodujo en los grandes medios.
En otro caso, un columnista del amarillista diario Libre, de la editorial Perfil, de visita en el programa A dos voces del Canal TN, agregó que la corrupción en los organismos de derechos humanos comenzó a mediados de los noventa, en el gobierno de Carlos Menem. Es una afirmación audaz, porque ningún organismo de derechos humanos ni siquiera se acercó al gobierno que había declarado los indultos. Por el contrario, fueron sus más encarnizados opositores. En forma malintencionada, el periodista de Libre hacía mención a las reparaciones materiales que el Estado debió pagar a ex presos y familiares de desaparecidos. Hacía un abordaje burdo y amarillista de una problemática compleja.
En su caso, ya no se trata de encharcar solamente al kirchnerismo y a las Madres, sino a todo el movimiento de derechos humanos, incluyendo a quienes han sido víctimas de la represión. Hay una intención ideológica que va en consonancia con el esfuerzo histórico de los grandes medios por destruir o socavar a un movimiento que les ha sido tan difícil de controlar y que tiene fuerte incidencia en la sociedad.
Algunos de estos periodistas se han sacado en su momento la foto con las Madres para el carnet de “independientes” o “combativos”. Siguiendo la línea de pensamiento que ellos esgrimen ahora contra las Madres, se los podría acusar de que se han pasado de bando por dinero. Ahora trabajan para la corporación de los grandes medios, sintonizan con sus posiciones ideológicas y, en este caso, los usan para hacer el trabajo sucio. Aunque es posible conceder también que haya coincidencia ideológica, que han cambiado de posición por convicción y no por dinero.
En ese mismo bando, el ex presidente Eduardo Duhalde, a cuyos actos asisten los amigos de los represores y la dictadura, atacó a la Asociación de Madres y la diferenció de Madres Línea Fundadora, que emitió un comunicado para repudiar las declaraciones del candidato de la derecha peronista. Otro columnista de La Nación, en los antípodas del movimiento de derechos humanos, atacó a las Madres, pero destacó a una de ellas por no ser kirchnerista.
Parte de esta campaña desde los grandes medios consistió en buscar voces que se hayan mostrado, como algunos de estos periodistas, cercanos en otro momento al movimiento de derechos humanos. Se suma así Raúl Castells, que no da tantas vueltas para decir lo que quiere decir: “Las Madres han canjeado a los 30 mil desaparecidos por una empresa de construcción”.
El contenido real de esta campaña de viejos y nuevos enemigos está resumido en las palabras del puntero supuestamente de izquierda aliado al duhaldismo. Se trata de filtrar en el imaginario ciudadano esa idea de corrupción: las Madres que pusieron en riesgo sus vidas cuando la mayoría se callaba aterrorizada o se iba del país, las mismas Madres que fueron tan intransigentes en sus planteos a lo largo de treinta años, ahora se han vendido por dos pesos, o por veinte, los que sean. La corrupción explica sus posiciones. En todo caso, la intención es que la denuncia de corrupción disuelva la imagen referencial de las Madres. Y tras las Madres irán contra el resto de organismos del movimiento de derechos humanos.
Se habla de las Madres, de los organismos de derechos humanos y del kirchnerismo, cuando la denuncia no es contra ellos sino contra Sergio Schoklender, y se lanza esta campaña en un momento en que el país entra en pleno proceso electoral.
Hay un dato de la realidad que no respalda esta campaña de difamación: la democracia en este país hubiera sido mucho peor sin las Madres. Y eso no podría ocurrir si la motivación de las Madres hubiera sido la corrupción. Por eso, más allá del resultado de la investigación, tampoco podrán esta vez con las Madres.

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