lunes, 16 de junio de 2014

POLITICA EN LA PROVINCIA DE BS AS

Juegos de hegemonía política en la provincia de Buenos Aires

(Publicada originalmente aquí)
Luego de la resonante victoria de 2013, recién en 2015 se sabrá si el Frente Renovador liderará una nueva hegemonía peronista en la PBA. Las claves y los números finos.
El hecho político electoral más relevante del año pasado fue, sin duda, la victoria de Sergio Massa en “la provincia”. La pregunta es si esta victoria marcará el fin de una hegemonía y el inicio de otra en la provincia de Buenos Aires. Hay ciertos paralelos entre la elección del 2013 y la del 2005, cuando el kirchnerismo venció al duhaldismo. Ciertamente, esta es la imagen que el massismo quiere presentar: la fuerza de lo nuevo y lo joven derrotando inapelablemente a un orden anquilosado. A su vez, antes el FPV había sido lo nuevo y joven derrotando a otra “vieja” hegemonía peronista provincial, encabezada curiosamente, por otro ex intendente.
¿Marca la victoria de Sergio Massa un cambio inexorable de hegemonía como lo marcó para el duhaldismo la elección de 2005? ¿Es la victoria de Sergio Massa una simple derrota para el FpV o marca el comienzo de un nuevo orden político en la PBA? Comparando los resultados electorales de esos dos momentos de presunto quiebre, vemos que la respuesta es “puede ser, y también lo opuesto”.
EL CAMBIO DE UNA HEGEMONIA
En el 2005, Néstor y Cristina Kirchner tomaron una decisión que sorprendió a muchos: romper abiertamente con quien los había llevado al poder, Eduardo Duhalde, y enfrentarlo en lo que hasta ese momento había sido su bastión inexpugnable, la provincia de Buenos Aires. Este enfrentamiento puede sintetizarse en quienes representaron este duelo en las urnas, Hilda “Chiche” Duhalde y Cristina Fernández de Kirchner como candidatas a senadoras nacionales. La base de esta decisión (que muchos juzgaron suicida) estaba una certeza: un gobierno argentino viable no podía admitir el poder de veto de un liderazgo opositor en el Gran Buenos Aires, como el que Duhalde había tenido en los últimos años de Menem y durante el gobierno de Fernando De la Rúa (Figura 1).
Elección a diputados nacionales en la PBA (2005)
figura1
En el 2005, el FpV derrotó a Duhalde por 25 puntos de diferencia, incluyendo una victoria en Lomas de Zamora, terruño del ex intendente y gobernador. El duhaldismo nunca pudo recuperarse y, a partir de esta elección, el kirchnerismo construyó una nueva hegemonía en la PBA. Gracias a dos gobernadores, Felipe Solá y Daniel Scioli, más afines o al menos no opositores, al armado inicial de Alberto Balestrini y una relación directa del Ministerio de Planificación y Obras Públicas con los intendentes, el kirchnerismo logró, no el control, pero sí eliminar el poder de veto del gobernador de la PBA y construir una base electoral fuerte.
Esto no significa que “la provincia”, un país dentro del país, haya votado siempre unánimemente por el kirchnerismo. De hecho, desde el 2005 hasta aquí la PBA le ha dado grandes victorias pero también grandes derrotas al Gobierno Nacional (Figura 2).
Resultados de elecciones a senadores, presidente y diputados a la provincia de Buenos Aires del 2005 a 2013 (*)
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No incluimos en este dato a los votos de De Narváez ya que, por una parte, en la elección anterior se presentó como aliado de la UCR y, por otro, algunos de los miembros de su lista son cercanos o funcionarios del sciolismo.
(*) Fuente: Blog de Andy Tow.
La primera conclusión, analizando estos datos, es que el kirchnerismo alternó victorias en la PBA con una derrota de medio término sin que esta última resultara en un cambio de hegemonía permanente. De Narváez se dio el gusto de ganarle una elección a diputados, nada más y nada menos, que a Néstor Kirchner sin que ello derivara en cambios de fondo en la provincia. A fin de ver si la victoria de Massa en 2013 tomará el camino de Cristina de Kirchner en 2005 o la de Francisco De Narváez en 2009, miremos algunos datos más detallados (Figura 3).
Elección a diputados nacionales en la PBA (2013)
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El primer dato es que la victoria de Massa en el 2013 fue inapelable y se extendió a todos los extremos de la provincia. Sin embargo, el margen obtenido fue de nueve puntos, menos de la mitad de la cifra por la que el FpV derrotó al PJ (denominación que usó el duhaldismo) en 2005. Asimismo, el FpV logró mantener algunos partidos clave en el suroeste del conurbano y en el corazón agrícola de la provincia. En su primer elección al frente de su armado, Massa no logró hacer que el FpV perforara su piso electoral, que fue igual al obtenido en el 2009 (32%). Hasta ahora, la pregunta sobre si será esto el inicio del control massista de la PBA, debe contestarse con un, “parece probable, pero no seguro”.
La amplitud de la victoria de Massa en el 2013, sumado a que no va a haber un Kirchner en la boleta para traccionar a los de abajo en las próximas elecciones, podría inclinar la balanza en favor del ex jefe de Gabinete. Sin embargo, el kirchnerismo maneja aún los recursos asociados a ser gobierno, los que podría accionar en su contra. Además, el hasta ahora principal candidato en las PASO del FpV es el actual gobernador de la provincia, con lo cual la competencia territorial va a ser fuerte. Más aún si le sumamos que su contendiente pareciera ser Florencio Randazzo, otro bonaerense.
MIRANDO EL TERRITORIO
Tal vez si miráramos datos territoriales más detallados, a nivel municipal, podríamos responder mejor esta pregunta. Los mapas dominados por un solo color esconden un detalle no menor para determinar la penetración del Frente para la Victoria en 2005 y el Frente Renovador en 2013. En 2005, el Frente para la Victoria obtuvo 20 puntos porcentuales por encima del segundo en el 61% de sus victorias. En 2013, el Frente Renovador logró hacerlo sólo en 21,5% de ellas y la mitad en su bastión, el norte del Gran Buenos Aires.
Uno de los elementos centrales de lo que queda del camino hacia 2015 parece ser la disputa por “fichar” intendentes del adversario o, inversamente, mantener los propios. Massa, por caso, ha manifestado que apunta a incorporar un buen número de intendentes a su oferta, con particular ojo en los partidos con más de 100.000 habitantes.
Haciendo un primer experimento con los datos, hemos armado un mapa con la pertenencia política de los y las intendentes de la PBA. En rojo están las intendencias a manos de la UCR y aliados, en azul las que pertenecen al FpV, en negro las del Frente Renovador, en amarillo la intendencia del PRO, el verde es para Nuevo Encuentro y en gris están las liderados por partidos vecinalistas. Este mapa se constituyó a partir del seguimiento de diversas fuentes periodísticas. En el caso de los vecinalistas, sus orígenes son diversos y sus presentes, también (Figura 4).
Mapa intendentes PBA (mayo) 2014
figura3

Si, como se ha mencionado en los medios, la estrategia del Frente Renovador es sumar alianzas con intendentes que gobiernan municipios con más de 100.000 habitantes, el campo es limitado. Los municipios de estas características totalizan 35 en toda la provincia y de ellos 29 forman parte de la RMBA (Región Metropolitana de Buenos Aires) y 6 están dispersos por la provincia (Pergamino y San Nicolás al norte, Olavarría en el centro, Tandil, General Pueyrredón y Bahía Blanca al sur). Sumados alcanzan casi 13 millones de habitantes y, en 2013, eran algo más de 9 millones de electores (casi el 80% del padrón provincial y, esperamos que estén sentados, 30% del nacional). Hoy, casi la mitad de los intendentes aliados al FR (12) gobiernan este tipo de partidos. El resto se dividen entre FpV-PJ (16), vecinales (3), panradicalismo (2), Nuevo Encuentro (1) y Pro (1), como se percibe en la Figura 5.
Cantidad de intendencias con más de 100.000 habitantes y población total por partido, o tipo de partido.
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Observando todo el territorio, vemos que, aunque no puede dudarse de la presencia del Frente Renovador, no se produjo (aún) la avalancha de intendentes que muchos presagiaban desde el FpV al massismo (lo que los medios llamaban “la garrocha”), y los que se sumaron, exceptuando Merlo, son de localidades chicas. Es difícil calcular con precisión cuántos intendentes son massistas, porque las marchas y contramarchas, así como los rumores periodísticos, abundan. Calculamos que el massismo cuenta hasta hoy con 22 intendentes propios, es decir, una cifra igual al de Frente Amplio UNEN.
Estas cifras tienen una segunda lectura hacia el FAUNEN. Por un lado, todavía controla varios municipios pero, sin embargo, estos son de mucha menor población. Los partidos en manos del panradicalismo se alzan con una población de sólo 629.080 habitantes. Con el mismo número de intendencias, el Frente Renovador gobierna sobre algo más de 4 millones de personas. Para poner estos datos en perspectiva: la totalidad de los municipios en manos del panradicalismo tienen una población levemente superior a los dos controlados por el PRO (Vicente López, 269.420) y Nuevo Encuentro (Morón, 319.934).
Si Sergio Massa no logra sumar a su propuesta un número importante de intendentes del FpV, y dado que el oficialismo parece tener un capital asegurado de votos en torno al 30%, deberá necesariamente dirigirse a captar intendentes de las opciones no peronistas. Sin embargo, aunque logre sumarlos a todos, están en distritos de mucha menor población. Un factor que habrá que mirar con mucha atención es qué oferta electoral logra armar el campo panradical a fin de contener a su espacio. Nuestra hipótesis es que si la dirigencia provincial del FAU no le otorga “voz” a los intendentes para el armado de listas competitivas a nivel provincial, se arriesga a empujarlos a la salida, como destacamos en “La Provincia de Buenos Aires y el Panradicalismo, una relación difícil” (el estadista No 97).
Entonces, para lograr una victoria que habilite una nueva hegemonía provincial, Massa tiene que ampliar su ya importante piso de votos en la provincia hasta poder ampliar aún más su diferencia (superar el 50% o ganar por 20 puntos, por ejemplo). Para esto debe optar por una de dos vías: o apuntar a erosionar definitivamente ese 30% de votos kirchneristas (y sus intendentes), o dirigirse a quedarse con la totalidad del voto panradical (y sus intendentes), más la eventual cuota que obtenga del PRO. En un caso se trata de operar al interior de la identidad peronista, con sus peculiares códigos y estilos, y en el otro operar al interior de la identidad opositora republicana. Es esta disyuntiva, aún no resuelta, la que explica las oscilaciones discursivas de Massa entre “dejar lo bueno y cambiar lo malo” y ser un opositor sin matices.
Agregamos: y todo esto sin un menú de candidatos a gobernador consolidado por parte de ninguno de los partidos.

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martes, 3 de junio de 2014

Club Bilderberg, al que pertenece, entre otras personalidades, la Reina Sofía.

¿ El rey de España renunció por culpa de una organización secreta?


Algo huele mal en Dinamarca". La shakespeareana frase pronunciada por el príncipe Hamlet al enterarse de la muerte de su padre, podría aplicarse a Felipe de Borbón, quien sucederá al rey Juan Carlos, que ayer anunció que abdicará a la corona española. La renuncia de Juan Carlos está íntimamente ligada a la reunión anual celebrada este fin de semana en Dinamarca del Club Bilderberg, una organización secreta de la oligarquía política, económica y militar que es una suerte de gobierno supranacional y al que pertenece, entre otras personalidades, la Reina Sofía.


Por Walter Goobar


Según el periodista ruso-canadiense Daniel Estulin, autor de una serie de libros sobre esta especie de gobierno invisible, secreto y trasnacional que hasta el domingo sesionó en Copenhage, Bilderberg "es un sistema que se perpetúa a sí mismo, una telaraña virtual de intereses financieros, políticos, económicos e industriales entrelazados alrededor de su núcleo, el modelo fondo ultramontano veneciano".
Se trata de un cónclave con 140 participantes de 22 países occidentales (es decir Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá). No hay invitados de Europa Oriental, los Balcanes, Asia, Latinoamérica, África y Medio Oriente (con la excepción de Turquía).
Entre los asistentes de este año figuran también la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding; el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen; y directivos de firmas como Deutsche Bank, Shell, BP, Fiat, Airbus, Alcoa y Goldman Sachs.
El interés de Estulin por el Club Bilderberg se despertó cuando encontró en sus documentos algunos conceptos que ya le eran conocidos. El abuelo de Estulin fue miembro de la KGB (el servicio secreto de la ex Unión Soviética) y gracias a esa tradición familiar, que dice le ha proporcionado fuentes “en los servicios secretos más importantes del mundo”, oyó hablar de la destrucción de la demanda, una idea que volvió a encontrar en informes del Club de mediados de esta década, y que es el objetivo que se han marcado los verdaderos dirigentes del mundo.
Estulin rechaza las ideas conspirativas sobre este selecto club al que algunos han bautizado "Los amos del Universo", y sostiene que “la idea tras cada encuentro Bilderberg es la creación de lo que ellos llaman la aristocracia de propósito, entre élites europeas y norteamericanas, con el objetivo de gestionar el planeta de la mejor forma posible".
Bilderberg es una reunión de personas que representan una cierta ideología, un medio para reunir a las instituciones financieras más poderosas y depredadoras de todo el panorama económico mundial. Y, hoy por hoy, "esta combinación de intereses es la peor enemiga de la humanidad". En otras palabras, Bilderberg es un cártel gigante, más poderoso que cualquier nación de la Tierra, destinado a controlar las necesidades vitales del resto de la humanidad.
Se trata de un club de poder y de saber. Ellos deciden cuándo y cómo aumentar el precio del petróleo, cuándo debe acabar una guerra y dónde debe empezarse la siguiente, quién debe ser el próximo candidato a presidente o por qué conviene provocar una crisis global, como la iniciada en 2008.
Un ejemplo: los miembros del Club conocían desde 10 meses antes la fecha exacta de la invasión a Irak; también lo que iba a pasar con la burbuja inmobiliaria. Con información como esa, se puede hacer mucho dinero en toda clase de mercados.
El objetivo final de estos grupos, es crear una empresa mundial cuyo poder esté por encima de los diferentes gobiernos del mundo. Y para ese propósito hay dos cosas que les estorban. La primera, el Estado-Nación: "Con las instituciones internacionales como la UE y con los tratados de libre comercio, están eliminando todo poder nacional, con lo que evitan intermediarios". La segunda es la clase media.
El Club Bilderberg jugó un papel decisivo a lo largo de toda la Guerra Fría y su cúpula estaba integrada por personajes que salieron del viejo aparato nazi de la Segunda Guerra Mundial como su fundador, el príncipe Bernardo de Holanda, miembro de la SS, y Walter Hallstein, primer presidente de la Comisión Europea y abogado de Adolfo Hitler. El pasado de estos personajes fue ocultado y ellos se convirtieron en el núcleo duro de las estructuras antisoviéticas de la Guerra Fría en Occidente.
"No hay agenda detallada, no hay resoluciones, no hay votaciones, ni declaraciones", señala el portal del club, que describe las discusiones como "privadas e informales". La reunión de este año trató sobre el retorno del mundo bipolar: la búsqueda de mecanismos para neutralizar a Rusia y a Vladímir Putin y la crisis ucraniana, según afirmó Estulin en el canal RT de la televisión rusa. El Club Bilderberg está preocupado por el papel que desempeñe Rusia en el país vecino, dado que Moscú no permitiría nunca que Ucrania "cayera en las garras del poder occidental", indicó Estulin.
De todos modos, diversos observadores coinciden en que en el encuentro de este año surgió una clara escisión entre lo que se denomina el "Bilderberg europeo" y el "estadounidense". El del Viejo Continente pide que Rusia tenga un protagonismo mayor en el tema ucraniano porque considera que sin Moscú "no habrá ningún tipo de cambio importante en Ucrania". Por otro lado, el Bilderberg estadounidense apuesta por buscar otra forma de sacar adelante a Ucrania sin demasiada participación de Rusia.
Si bien la posibilidad de la renuncia de Juan Carlos era desde hace tiempo un secreto a voces en España, fue la reunión del Club Bilderberg en Dinamarca la que terminó por bajarle el pulgar al monarca que desde hace décadas alternaba sus correrías con el papel de lobbysta todoterreno de las empresas y los intereses españoles. Bastaba que el rey levantara el teléfono y se comunicara con algún compañero de juerga de las pertromonarquías del Golfo, para que España tuviera asegurado todo el combustible que necesitaba su capitalismo tardío. Acaso ¿no llamó a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner para terciar en favor de Repsol ante la inminente reestatización de YPF? Basta recordar el "¿Por qué no te callas?" a Hugo Chávez para entender qué papel jugaba el monarca en este lado del Atlántico.
Además de la embajada norteamericana en Madrid, que no ocultaba su preocupación por el desgaste de la clase política y la Casa Real, sacudidas por una seguidilla de escándalos de corrupción, uno de los brazos ejecutores de esta conspiración palaciega fue la propia reina Sofía. El domingo retornó del encuentro de poderosos en Dinamarca y el lunes precipitó la caída de su marido.
La periodista Pilar Urbano, que además de miembro del Opus Dei es una especie de vocera oficiosa de la reina, explicó en una entrevista publicada el 30 de enero pasado; “El reto del príncipe será hacer frente a la demanda de redefinir el Estado, a cómo se distribuye territorialmente España. Esto ya fue apuntado por el rey en su última entrevista. El rey trajo la democracia a España. A lo mejor Felipe tiene que traer la monarquía federal y hacer que la Casa Real sea más transparente. Porque el rey no puede ser un misterio divino. Tenemos que saber donde está". Y a renglón seguido Urbano acotó: “Las monarquías tranquilizan a los poderosos porque dan estabilidad. Todas estas cosas se discuten en el Bilderberg. Un rey en una España en crisis da más garantía de estabilidad que una república, donde puede venir otra persona distinta."
Para entender la referencia al Club Bilderberg hay que recordar que, según documentos desclasificados de la CIA, el club fue, en su época, el lobby más activo que presionó a Franco para que nombrase al entonces príncipe Juan Carlos como sucesor al frente de la Jefatura del Estado, reinstalando la monarquía en España. Ayer repitieron la historia con Felipe, que ya ha mostrado sus dotes como lobbysta de Google y los Juegos Olímpicos 2020, entre otros. 

 Tiempo Argentino 

lunes, 2 de junio de 2014

Agricultura familiar en tiempos de peronismo


El rol del Estado

Los datos censales indican que en el período de mayor regulación de los mercados agrícolas en la Argentina (1946-1955) fue cuando se alcanzó el mayor registro histórico de unidades agropecuarias.

Por Silvia Lilian Ferro *

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Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón (1946-1952) el Estado controló parte significativa del comercio internacional de commodities agrarios a través del IAPI (Instituto Argentino de Promoción para el Intercambio, 1946). Esto le permitió transferir capital de origen agropecuario con muy bajo valor agregado y altamente concentrado en un puñado de estancias asociadas a empresas multinacionales, hacia el desarrollo de una incipiente pero necesaria producción industrial.
Parte de la renta agroexportadora fue captada por el Estado que concentró y controló el comercio internacional estableciendo precios mínimos y máximos a todos los productores, tanto a pequeños y arrendatarios enrolados en la Federación Agraria Argentina, como a los altamente capitalizados integrantes de la Sociedad Rural Argentina. También se construyó la flota mercante argentina de 150 buques que permitió ahorrar millonarios recursos pagados en fletes por transportes de ultramar.
El control estatal del intercambio externo a través de la acción institucional directa se concibió como la válvula necesaria para compatibilizar intereses nacionales. Estos últimos protagonizados en cada caso por distintos actores del agro, los que a su vez planteaban distintas necesidades y demandas sectoriales que había que integrar en objetivos nacionales: por una parte, la provisión alimentaria suficiente a precios razonables a un creciente mercado interno, y por otro lado la obtención de divisas de la venta de los excedentes de la producción agraria al mercado internacional.
Si bien el Instituto Nacional de Colonización Agrícola se creó a partir de la Ley 12.636, sancionada durante el gobierno conservador de 1940, la mayor adjudicación de tierras fue en los gobiernos peronistas. Se dio en una importante “reforma del agro”, íntimamente vinculada a procesos de recuperación de tierras por parte del Estado, con diversas estrategias, como compras a privados (por ejemplo a la Compañía Azucarera de Tucumán) y también expropiaciones, aunque esta modalidad fue más anecdótica que lo que expresaba el temor de las oligarquías. También se redistribuyeron tierras fiscales mediante ventas a precios promocionales facilitadas por créditos accesibles de la banca pública. Así, más de 450.000 hectáreas de tierras de pequeñas dimensiones se orientaron hacia actores agrarios vinculados a la pequeña producción familiar. Una significativa acción crediticia estatal incorporó más compradores en los mercados de inmuebles rurales.
Los datos censales indican que en el período de mayor regulación de los mercados agrícolas en la Argentina (1946-1955) fue cuando se alcanzó el mayor registro histórico de unidades agropecuarias. El mayor registro de unidades agropecuarias que se registró en esa etapa, según datos extraídos del CNA de 1952, fue consecuencia de las políticas de precios sostén y de políticas públicas activas de redistribución de la tierra. En el mismo censo se registra un elevado número de explotaciones agropecuarias pequeñas de entre 1 y 100 hectáreas: superaron las 370.000 explotaciones agropecuarias, representando el 65 por ciento del total. Esto cobra notoriedad si lo comparamos con los valores promedios del CNA 2002 donde el tamaño promedio en la superficie de las explotaciones agropecuarias se calculó en 538 hectáreas.
Durante dicho período, se habían mantenido congelados los arrendamientos por las tierras agrícolas, a través del Ente Regulador de los Contratos de Arrendamientos (1940), disminuyendo el costo para el acceso a la tierra de quienes no eran propietarios, los que accedieron a pequeñas parcelas a la par que se regularon los precios de los principales cultivos. Se proyectó para el segundo plan quinquenal un Instituto Nacional de Promoción Agraria, antecesor del INTA, acción que promovió el peronismo, pero que fuera desestructurado después del golpe de Estado de 1955. Todo este proceso de redistribución de las oportunidades de acceso a los factores productivos, y entre ellos a la transferencia tecnológica y a incidir en las agendas de investigación agropecuaria financiada por el Estado, que fortaleció la producción familiar agraria se vio detenido. Por decreto de la dictadura de Pedro E. Aramburu e Isaac Rojas a fines de 1956 fue recreado ese organismo bajo el nombre que hoy conserva: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, y fue puesto en funcionamiento por Frondizi en 1958, pero con un fundamental cambio de orientación en su misión institucional respecto de sus diseños precedentes de la etapa peronista.
La nueva configuración implicó que la investigación agropecuaria y la transferencia tecnológica a través de la extensión se dirigiría a fomentar un cambio de comportamientos y expectativas de quienes se identificaban como agricultores familiares, para pasar a asumirse empresarios agrarios inducido como meta de realización deseable por vía de la racionalidad emergente de la modernización agraria. Así, bajo este nuevo paradigma se seleccionaban los actores agrarios más aptos para ser sujetos de transferencia tecnológica de acuerdo a una lógica de racionalidad tecno-empresarial. De esa forma, quienes pudiesen incorporar y adquirir los paquetes tecnológicos asociados a la Revolución Verde y así orientarse hacia la producción agraria exportable y agroindustrial, en detrimento de aquellos actores socioagrarios que orientaban tradicionalmente su producción a los mercados alimentarios locales y regionales practicando una agricultura bajo otras modalidades, lógicas colectivas de uso de los factores productivos y con otra visión del desarrollo rural deseable, como comunidades campesinas y los pueblos originarios acentuándose su invisibilización y subalternización en las políticas agropecuarias de la etapa y en la acción selectiva de las instituciones estatales como la señalada.
Esta etapa de reconfiguración de las políticas agropecuarias por vía autoritaria a través de sus diferentes instrumentos devolvió el predominio de los sectores concentrados del agro y de sus objetivos como parte de las políticas de Estado, consolidando el retiro del Estado del control directo del intercambio externo de la producción agraria. Y por ende creó las condiciones para la acentuación de las inequidades en el acceso a los factores productivos por parte de los diferentes actores socioagrarios, resultando en un desdibujamiento de la importancia estratégica de la Agricultura Familiar en la definición de un modelo de desarrollo rural inclusivo y sostenible para nuestro país.
La evidencia histórica señalada aquí muestra que la redistribución del ingreso agrario y una mayor democratización del acceso a los factores productivos en beneficio de los actores socioagrarios que integran el sector de la Agricultura Familiar son metas que sólo se pueden lograr a través del Estado con vocación regulatoria, interviniendo sostenida y decididamente para establecer parámetros de equidad y sostenibilidad en la producción agraria. Y que asegure un cumplimiento efectivo de estas metas soberanas sobre todos los actores agrarios y también recuperando su lugar en el intercambio externo.
Hoy, que la Agricultura Familiar vuelve a ser considerada como sector estratégico no sólo para la provisión adecuada de alimentos a la población del país que permita sostener una alimentación diversificada, inocua, con potencial nutricional, con arreglo a pautas culturales e históricas, con consideración de cuidados ambientales para la conservación del patrimonio natural nacional, sino que es fundamental recuperar y fortalecer a la AF como freno efectivo a la acción predadora traccionada hoy por los oligopolios de la producción agroindustrial alimentaria y especialmente por los eslabonamientos de distribución y comercialización, como lo demuestra la actual coyuntura de alza sostenida de los precios internos de los alimentos en esta nueva etapa de redistribución del ingreso que se intenta realizar en la Argentina actual.
* Doctora en Ciencias Sociales.
silviferro@gmail.com
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