lunes, 29 de marzo de 2010

QUINO

Quino : del traje a rayas al traje a cuadros
Por Juan Sasturain


Hace un año, a fines de abril de 2009, Joaquín Lavado, Quino, se despedía, manuscrito y sentido, de sus lectores de décadas en la revista de Clarín argumentando con desarmadora sinceridad –como siempre– que ya no se bancaba seguir republicando chistes de otras épocas aunque siguieran vigentes. Que paraba, desensillaba hasta aclararse, hasta ver si tenía qué contar/dibujar y sabía/encontraba cómo. Un maestro.

Tanto rigor no es frecuente en el medio. Quino, el modelo persona/dibujante Quino no lo es. El mismo que en 1973 le dijo chau a Mafalda y su banda en pleno apogeo y tras diez años de apoteosis, y en el pico máximo de su popularidad dejó de dibujarla en Siete Días –y no volvió a hacer la tira nunca más...– es el mismo que hace un año les dijo también adiós a los notables chistes (¿chistes?) semanales en Viva. Por las mismas razones: la fuente generadora no lo convencía ya, sentía que se repetía y no quería hacerlo. Dibujar (y hacer humor) fue siempre un ejercicio riguroso para él. Casi una esclavitud. Literalmente, como lo hemos señalado alguna vez y lo ha dibujado él mismo.

Es tonto o propio de plomazo contar chistes gráficos, pasar a relato verbal la imagen o la secuencia dibujada. Sin embargo, puede ser necesario, incluso útil en ciertas circunstancias ejemplares. Así, se sabe que el primer dibujo publicado por Quino –no en Esto es sino en la revista Dibujantes, en la sección “Futuros profesionales”– es una tira muda de cuatro cuadritos: el esquemático y amargado preso con traje a rayas pica piedras en el primero, se alegra de salir en libertad en el segundo, entra optimista a la agencia de empleos en el tercero y se amarga otra vez picando piedra en el último. Sólo ha cambiado el uniforme.

Uno de los últimos dibujos originales de Quino –o por lo menos el que él eligió para dar la cara en la tapa de la antológica exposición de hace un tiempo, Quino 50 años– es un autorretrato de sentado en alta banqueta de trabajo, las manos en las rodillas y la mirada entre absorta, culposa, disculposa y triste vuelta al lector: está vestido curiosamente de preso pero, en lugar de ser a rayas, el traje es de cuadritos de historieta. Historietas propias, claro.

El primer dibujo es de 1954; el segundo, de medio siglo después.

Tal vez no sea forzar demasiado el sentido si decimos que la melancolía de la mirada del dibujado dibujante –del que se expone y del que se dibujó así expuesto– supone una vuelta de tuerca y muchas vueltas de la vida respecto de la esquemática visión de la primera secuencia.

Si el preso no tiene opción porque no elige su vida, cuando sale está también condenado por no tener vocación –proyecto propio: el reproche cruel de Mafalda a su mamá– y depender del mercado alienador. Condenado a hacer lo que no quiere porque no sabe (o no quiere) qué ser, está siempre como preso. En ese contexto –el del creador ilusionado que ha “encontrado su camino” vocacional en la profesión asumida como espacio de libertad– la elección se confunde con el sentido, le da sentido a la vida, más precisamente.

Medio siglo después de vida privada e historia pública, el creador siente que las trabas para el acceso a la plenitud, felicidad o como se llame, están mucho más allá del coraje para usar la libertad individual o las opciones vocacionales: no hay sólo condicionamientos sino simple condición humana, a secas. Y esa condición asumida sin trampas viste para Quino un traje a rayas, a cuadros en su caso, un feroz pero siempre elegante estilo de escéptica melancolía que traspasa todas las modas.

Con el tiempo, la visión/obsesión incluso se fue oscureciendo aún más. Ya no dibujaba cosas nuevas, pero entre sus últimas entregas originales, hace unos años, hubo una reveladora en su página semanal de Viva. Quino planta un inusual dibujo único y a toda página, copado por el negro: un desolado viejo de ojos hundidos, de aspecto desprolijo, que sin inmutarse ni ironía aparente formula su programa de vida: “Pues yo no pienso dejar este mundo sin antes hacerme un test de orientación vocacional para averiguar de qué otra forma podría haber desperdiciado mi vida...”.

En fin: “He cometido el peor de los pecados...”, dijo uno que sabía de qué hablaba. Apaga y vámonos.
PAGINA 12

martes, 16 de marzo de 2010

REFLEXIONES

Por Eduardo De la Serna *PAGINA 12

1. Pelusa, el Padrenuestro y la “hermana creación”

El otro día celebré misa en uno de los barrios de la parroquia. La capilla, como es lógico, es pequeña. En el momento del Padrenuestro, como es habitual, todos se dieron la mano, y en ese momento Pelusa se estiró y tocó las manos de Mirta y Jesica que se la estaban dando entre ellas. Pelusa tiene un año, y es de raza “callejero”, “perro de la calle”, que le dicen. Viendo el gesto, también ella quiso participar y no soltó sus patas hasta que ambas “humanas” se soltaron a su vez. Yo había visto perros que se acercan a la comunión detrás de toda la fila, y hasta perros que saludan en “la paz”, pero nunca un perro que diera “la mano en el padrenuestro”.

Darse las manos pretende ser un signo de fraternidad frente a Dios al que reconocemos como “Padre” que nos hace hermanos y hermanas. ¿Y un perro podría serlo? Obvio que no, parece la respuesta fácil y rápida. Pero recordé en seguida la insistencia en el título “hermano/a” que pone Francisco de Asís en su oración a la creación, celebrando al hermano aire, y al fuego, y la hermana agua o “hermana madre tierra”.

Cuento una anécdota de Aparecida: cuando se empezó a redactar el capítulo sobre ecología, yo propuse la cita de Francisco que alaba a la “hermana, madre tierra”, y en seguida fue aceptada pero en cada redacción eliminaban “madre”, y yo reincidía. Finalmente, cuando el texto es llevado para pulir definitivamente –y adulterar, como es el caso– tuvieron que poner “madre tierra”, porque así lo dice el santo. Parece que los obispos, no sólo no conocían a Francisco, sino que el miedo a la religiosidad indígena y a aparecer “pegados a la Pachamama” los hacia negar incluso lo evidente.

Lo cierto es que la “hermana madre tierra” nos urge. ¿Tratamos como hermana” a la “madre tierra”’? Pelusa me recordó que somos hermanos de la creación. A la que somos incapaces de “dar la mano”. Mientras tanto, no sólo la “embasuramos”, sino que, además, la llenamos de glifosato, transgénicos y demás cosas que nos exige el dios dinero, pero matamos, envenenamos y “profanamos” a la “madre-hermana”, aunque nos dé la mano en la oración. Quizá muchas “Pelusa” nos harían bien para refrescar la fraternidad con la “madre tierra”, y aunque desde Roma nos hablen de liturgias solemnes, casi inmaculadas y divinas, una perrita nos enseñe “humanidad”.

2. Los casos de abuso y la jerarquía

Las denuncias por casos de abusos de curas a menores no son nuevos. Y tengo claro que “denuncia” no quiere decir “abuso”, sino sólo sospecha. Pero como ahora le toca el turno a la “perfecta” y “superior” Alemania, me parece interesante comentar algo. En realidad, tengo presente el caso de un cura argentino –religioso él– al que –ante el caso Grassi, condenado por abuso– un superior le dijo que “no podía juzgarlo y debía recordar que todos somos pecadores”. Cuando me lo contó, herví. Claro que soy pecador. Pero nunca abusé de un menor, nunca cometí un crimen aberrante. ¿Que merece misericordia? Claro. Como todos. ¿Que debe hacer tratamiento? Claro, como todos los enfermos. Pero siendo un criminal, debe tratarse desde la cárcel, no desde un “traslado pastoral”, que disimule o “tape” lo aberrante. Hoy sabemos que Juan Pablo II no era tan firme en estos temas, como el silencio ante los abusos de Marcial Maciel lo evidencian (Maciel es el fundador de los Legionarios de Cristo, importante congregación derechista de origen mexicano... “la obra” debe trascender, parece decirse, y conviene “silenciar” los “deslices” del fundador). Pareciera que J. Ratzinger es más rígido como la condena a Maciel lo revelaría, aunque habrá que esperar que se aclaren con justicia las últimas denuncias sobre el silencio del actual Papa en un caso cuando era obispo de Munich. Lo cierto es que en la estructura eclesiástica parece que muchos no lo ven como un hecho aberrante sino como “caída”, “debilidad”. Es más, creo –y sería espantoso– que varios en la jerarquía miran con peores ojos que un cura esté en pareja heterosexual –clandestina, obvio– que el hecho de que un cura abuse de menores. ¿Será que muchos en la Iglesia no consideran realmente “delito”, “criminal” la pederastia? Sería gravísimo que no lo hicieran, sería complicidad. Barrer bajo la alfombra no es meritorio ni prudente ni diplomático. Es sucio.

3. Platón y Aristóteles

Es bastante conocida la famosa pintura de Rafael Sanzio, “La escuela de Atenas” (pueden verla en http://agaudi.files.wordpress.com/2007/11/laescueladeatenasgr.jpg). En ella, caminando entre la gente, se ve a uno –Platón– señalando hacia arriba, mientras otro, Aristóteles, tiene la mano abierta con la palma hacia el piso (se puede ver el detalle en http://www.biografiasyvidas.com/monografia/aristoteles/fotos/aristoteles_5.jpg). Se suele decir que Platón señala el mundo de las ideas, mientras Aristóteles marca “la realidad” (queda para otro análisis la pregunta por qué “las ideas” están arriba y “la realidad” está abajo). Lo cierto es que pareciera que la política de ayer y de hoy se mueve en un “eterno conflicto” entre lo ideal y lo real. No pretendo aclarar nada sobre este tema tan fascinante, pero sí señalo que creo que “realidad” e “ideal” deben ir y venir continuamente del uno al otro en una tensión dialéctica para evitar “pragmatismos” o “idealismos” que no den respuestas sabias al momento presente. Mientras escucho algunos políticos hablando de “pragmatismo” y otros defendiendo “ideas”, me llama la atención y recuerdo a Rafael. Algunos proponen cosas maravillosas, o –al menos atractivas–, pero es evidente que les falta “la realidad”, mientras que otros pretenden mirar la realidad sin moverse hacia un idealismo... Veo discursos más o menos razonables de algunos sectores, pero a su vez veo que son “impermeables” a la realidad y terminan o bien aislados (es obvia la izquierda que se divide una y otra vez en “diluciones homeopáticas”), o bien “pegados” a sujetos detestables. ¿Cómo explicar, si no, a Pino Solanas al lado de Morales-Carrió-Menem? Me niego –por otro lado– al discurso aparentemente “único” de sectores políticos (recuerdo a Carlos Saúl con su “las ideologías y las utopías han muerto”), el discurso único de los economistas (no hacen falta ejemplos, pero no quisiera despegar de esto a la Asociación [pseudo] Cristiana de Dirigentes de Empresa, de la que lo único que me queda claro es que de “cristiana” no tiene nada), y también al “discurso único” en la Iglesia, que contradice la tradición –como si fuera lo mismo Tomás que Buenaventura, e incluso la Biblia, ya que no es lo mismo Mateo que Pablo). Escuchar a supuestos dirigentes inmaculados (y no me refiero a Carrió ya que el circo está de receso y retoma sus funciones en vacaciones de invierno) hablar de “transparencia”, de “proyectos” y notar que la realidad parece ausente de sus discursos, me parece grave y preocupante, por más agradable que aquellos sean. Y si miro la realidad, mirar ciertas caras o apellidos me invitan o al Alzheimer o a la militancia. Y, la verdad, creo que lo primero es enfermedad y lo segundo esperanza.

Coordinador del movimiento de sacerdotes en opción por los pobres Carlos Mugica.

sábado, 13 de marzo de 2010

LOS GORRIONES DE LA CATEDRAL

Por Osvaldo Bayer
PAGINA 12

En una de mis últimas contratapas –desde Alemania– expresé mi alegría porque por fin se hacía justicia en un ámbito donde, por principio, la civilidad no intervenía: la Iglesia. Se habían denunciado ante la Justicia delitos sexuales de miembros del catolicismo en conventos y colegios. Y la prensa se hacía eco de ello y se informaba de hechos que desde siempre se callaban.

Pues bien, esa línea ha continuado y día tras día se conocen nuevas denuncias contra sacerdotes, frailes y así llamados hermanos por el abuso sexual de niños y adolescentes en colegios e internados, lo que ha causado una verdadera conmoción en Alemania. Este es un problema que afecta a la mayoría de los países donde los representantes de religiones están sometidos a reglas de “castidad”, es decir de negación absoluta del sexo, de por vida. Al mismo tiempo de la ola de denuncias de casos de violación y abuso de menores, se ha iniciado una polémica pública acerca de estos temas.

Los hechos se han ido sucediendo uno tras otro. Tal vez el que más conmocionó fue el abuso sexual contra los niños del coro de los llamados Domspatzen, un hermoso nombre que quiere decir “gorriones de la catedral”, de la ciudad de Regensburg. Escucharlos es como recibir los sonidos de un cielo lleno de ángeles niños que nos elevan a esferas de vuelos de palomas y paraísos. Pues bien, se ha comprobado que muchos de esos niños fueron abusados por los religiosos que estaban a su cargo. ¿Y quién fue durante treinta años el director? Georg Ratzinger, el hermano del Papa, quien dice hoy no haber sabido nada de esos abusos. Reconoció, sí, que había castigos para los niños, y como si fuera un chiste, dijo que él también dio algunas cachetadas.

Largo sería aquí enumerar las acusaciones de las últimas semanas contra miembros de la Iglesia Católica en el mundo, acusaciones que han sido publicadas principalmente en Alemania, Canadá, Holanda y Austria.

La Iglesia trató de que todo quedara dentro de su jurisdicción. Que los “pecadores” se confesaran ante sus superiores y éstos les dieran la pena religiosa que les corresponde. (Sí, tal vez rezar tres Padrenuestros y tres Avemarías, como castigo.) La ministra de Justicia alemana, Leutheusser-Schnarrenberg, dijo claramente que la Iglesia tendría que ayudar a denunciar todos los delitos, los que serían penados de acuerdo con las leyes que rigen para todos. Por supuesto que eso es lo único justo y no protegerse con autodefensas de cofradías.

Aunque, claro, el problema es más de fondo. Ni rezar ni confesarse pueden dar una solución a este problema. Que parte, en gran medida, del juramento de castidad a que son sometidos los eclesiásticos de esa religión. Y ya han comenzado las opiniones. Una que ha tenido mucha repercusión es la del prior del convento de Andechs, Austria, Anselm Bilgi, quien exige la “apertura de la Iglesia” y salió a criticar al obispo Mixa, quien sostuvo en una rueda de prensa que la culpa de los curas pedófilos y pederastas la tiene “la revolución sexual que ha tenido lugar en el mundo actual”. No es eso, sostuvo el prior, sino que en la Iglesia Católica “necesitamos una franqueza absoluta, claridad y transparencia” y “dejarnos de disimulos y encubrimientos”. Y continuó: “El cardenal Kaspar ha dicho que en la Iglesia hay que ‘limpiar los escombros’ y ‘volver a acomodar’. Sí –continuó el prior–, pero no volver a la vieja moral sexual, eso que la sociedad en general no acepta más”. “Mientras muchos católicos –agregó– sostienen hoy la autodeterminación sexual, la Iglesia como institución está totalmente en contra. Creo que el escándalo de la pederastia y la pedofilia que soportamos actualmente es una gran oportunidad para la Iglesia, para que comience abiertamente la discusión sobre la vida sexual. Mientras el obispo Mixa exige que la Iglesia se refugie detrás de barricadas y permita sólo sexo en el matrimonio porque lo demás es pecado, lo racional ha terminado con esos conceptos y lo que debe valer es el amor, los sentimientos mutuos y no lo denominado legal.” Y sostuvo esto que es fundamental: “El tema del celibato para los sacerdotes ha llegado a la mesa de discusión de la propia Iglesia, no hay otra salida”.

La Iglesia Católica actual se defiende sólo con la negación absoluta de toda discusión acerca de sus principios.

En televisión, el ex secretario general de la Democracia Cristiana y varias veces ministro, Heiner Geissler, dijo que él quiso llegar a ser sacerdote y estudió en un seminario durante seis años, pero luego decidió salir porque no podía cumplir con dos de los tres votos fundamentales para ser sacerdote: la castidad y la obediencia.

Muy sincero el político conservador. Porque la obediencia puede ser muy peligrosa, la exigen sólo los dictadores, los que no quieren la discusión ante la duda. Y con respecto a la castidad, sólo se basa en la palabra “pecado”. ¿Acaso es pecado acariciar el cuerpo de una mujer? ¿Es pecado hacer uso de la ternura en toda su ilimitada extensión?

Otro de los temas a los cuales se suman las proposiciones de jóvenes católicos es que también puedan ordenarse mujeres como sacerdotes y no sea reservada esa misión sólo a los hombres. ¿Acaso la realidad no ha demostrado que es tan necesaria la mujer como el hombre para la vida diaria, además de que posee la sabiduría natural de traer la vida al mundo desde su cuerpo? ¿Por qué seguir con los preconceptos medievales?

Además, hay otro tema fundamental que la inteligencia humana debe discutir. Un tema constante de la filosofía: la existencia de Dios. Sobre eso es necesaria la realización de múltiples foros, para que se nos acerque más al conocimiento científico. Hace muy poco, el teólogo Ariel Alvarez Valdés escribió, ante las catástrofes de Haití y Chile, que “Dios no podía crear un mundo perfecto porque lo único perfecto que existe es él. Todo lo demás es limitado”. Una frase que hace nacer la duda de: bien, si es el único perfecto, por qué construyó un mundo imperfecto. Hubiera sido mejor, tal vez, no construir algo tan imperfecto como este mundo, donde existen niños con hambre, catástrofes naturales que siempre afectan a los más humildes y guerras donde precisamente no mueren los culpables de la violencia.

Esto nos abre la puerta para demostrar que lo único valedero es la investigación, perseguir el saber para llegar, tal vez, a desentrañar el misterio de la vida.

En esa discusión, pues, que debe iniciar la Iglesia Católica a pedido de sus teóricos, estudiosos y exploradores, como principio, se debe dar fin a la versión de la divinidad de Jesús nacido de una virgen, tema que más pareciera ya de una telenovela que producto de un análisis ético que debe significar la Vida. Y llevar a cabo precisamente eso, que Jesús fue un ser humano como todos pero con principios que buscaban la paz, la igualdad, la bondad como fundamento de las relaciones humanas, para poder llegar por fin a terminar con la violencia en la vida de los pueblos. Si la Iglesia Católica logra que sus adeptos lleven a cabo los principios que movieron a Jesús, ya podría darse por satisfecha, realizada, y gozaría del infinito agradecimiento de los pueblos. Al mismo tiempo que aconsejara el camino de la ciencia para llegar a saber más, cómo es el principio de la vida y para qué estamos en la Creación.

Sólo así podrían borrarse palabras como “pecado”, “Inquisición”, “infieles”, “esclavitud”, “explotación” y otras palabras de nuestra así llamada civilización occidental y cristiana.

Ojalá principalmente los eclesiásticos jóvenes aprovechen este momento en que ha caído tanto el concepto católico para descorrer la cortina e iniciar un amanecer que intente resumir todas las enseñanzas sabias que nos ha dejado esta cruel historia del ser humano que hemos llevado a cabo hasta ahora.

Será el momento en que los “gorriones de la catedral” volverán a cantar como ángeles.

sábado, 6 de marzo de 2010

Por un Banco Central independiente"


Por un Banco Central independiente" Partidos y personalidades de la política respaldan a Marcó del Pont a través de una solicitada 06-03-2010 / “Respaldamos calurosamente la designación de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, convencidos que su trayectoria indeclinable a favor de una Patria pujante, garantizará una conducción eficiente y patriótica", expresa el texto que se publicó hoy en un matutino porteño.
Mercedes Marcó del Pont recibió el apoyo de amplios sectores políticos y sociales. Una solicitada publicada hoy en un matutino porteño, firmada por diferentes partidos políticos y personajes de la vida política y social del país, se pronunció en apoyo a la designación de Mercedes Marcó del Pont al frente del Banco Central.

"Por un Banco Central independiente" reza el título, y agrega que la entidad debe ser "verdaderamente independiente de los grupos concentrados del poder económico".

"Los abajo firmantes abogamos por una Argentina productiva, soberana, con inclusión y justa distribución de la riqueza", expresa la solicitada.

"Abogamos por un Banco Central al servicio de esa Argentina. Por ese motivo respaldamos calurosamente la designación de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central, convencidos que desde su trayectoria indeclinable a favor de una Patria pujante y justa y su incuestionable calidad académica y de gestión, garantizará una conducción eficiente y patriótica" en la entidad.

Entre los firmantes figuran Juan Manuel Abal Medina, Tati Almeyda, Nilda Garré, Gabriel Fucks, Ricardo Foster, Julio Piumato, Alejandro Rofman, la Confederación General de Empresarios de la República Argentina (CGERA) y Héctor Valle, entre otras adhesiones.

También firman asociaciones y agrupaciones de Derechos Humanos, el Partido Comunista, mutuales de diferentes puntos del país, cooperativas y comedores comunitarios.

La solicitada aclara que las firmas se recolectaron en sólo 24 horas y pide disculpas "por no incorporar las que no llegaron a tiempo".

En tanto, el presidente del Partido Justicialista de la Ciudad, Juan Manuel Olmos, también respaldó la designación de Marcó del Pont al frente del BCRA argumentando "la calidad técnica y la visión económica".

"La calidad técnica y la visión económica de Mercedes Marcó del Pont, no puede ser puesta en duda y mucho menos por los responsables del endeudamiento de los noventa, del megacanje y del blindaje", indicó el titular del PJ porteño.

Olmos remarcó que "es la primera vez en décadas que una economista que sostiene las ideas del desarrollo productivo y no la ideología del ajuste, está al frente del Banco Central. Esto hay que defenderlo por el bien de todos los argentinos".

Finalmente subrayó su pedido de no boicotear "al país, que no detengan a quienes iniciaron la recuperación de la Argentina; no van a sacar tajada si le va mal a este gobierno; los que no pueden diferenciar la pelea política del boicot liso y llano a la patria, no merecen ser representantes del pueblo".