viernes, 30 de diciembre de 2016

LA BRUJA DEL SIGLO XXI

La bruja del siglo XXI
Elizabeth Gómez Alcorta, abogada de Milagro Sala, traza paralelos entre la situación actual de Jujuy y las prácticas del terrorismo de Estado. En su primera condena, por un delito que se comprobó no había cometido, Milagro deberá hacer “tarea social” en Cáritas. Una paradoja que desnuda el disciplinamiento que implica la demonización de la líder de la Tupac. Su defensora considera que está presa por ser mujer, ya que ese es el rasgo “que subvierte todos los órdenes”.
(Imagen: Jose Nicolini)
Cuando Elizabeth Gómez Alcorta decidió asumir la representación de Milagro Sala no se detuvo en posibles costos personales. “Soy una militante del campo popular que trabajo de abogada, no soy una abogada que milita. Los costos los pagamos siempre, o corremos riesgos”, responde después de una semana en la que el diario Clarín la descalificó como “una chica de San Isidro”, como una forma de combatir lo que no se puede refutar en los estrados. Porque Elizabeth, antes de defender a Milagro, pidió copia de las causas y corroboró que estaban armadas. Desde su lectura feminista, la persecución a la líder jujeña tiene reminiscencias medievales: “Milagro es la gran bruja del siglo XXI y hay que quemarla en la hoguera. Para Gerardo Morales es la ofrenda, ofrenda la detención, en términos de lapidación pública”, describe lo que pasa en Jujuy, donde Milagro está cumpliendo un año presa. Cuando la líder de la organización social terminó de declarar en el juicio que le siguen por instigar un escrache contra el gobernador de su provincia, se abrazó con su abogada. A los 44 años, Elizabeth tiene un currículum que incluye haber sido cuadro de honor de su promoción en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, haber representado a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en la causa por el encubrimiento del atentado contra la Amia, y haber sido querellante en distintas causas por delitos de lesa humanidad. Fue subcoordinadora del Programa Verdad y Justicia impulsado por el anterior gobierno nacional. Actualmente, es vicepresidenta del “Movimiento de Profesionales por los Pueblos”. Su vocación es trabajar en derecho indígena pero cuando se le pregunta si a Milagro la persiguen por coya, ella está convencida de que lo determinante es que sea mujer. 
¿Por qué decidiste asumir la representación de Milagro Sala?
–En principio porque me parecía que era una causa paradigmática en la defensa de los derechos humanos en esta época, en la época del macrismo, por decirlo de alguna forma. Algo que yo digo siempre es que a mí me dijeron que las causas estaban armadas, que estaban mal hechas, eso es algo que te dicen, pero yo no acepté el cargo hasta que vi las causas. Cuando me vine a Jujuy, la primera vez, me dieron copia, me las llevé de vuelta a Buenos Aires, vi las causas, y vi que efectivamente lo que decían los compañeros –hasta entonces yo no conocía a los compañeros de la Tupac, los conocí acá en Jujuy una vez que vine a eso–, y me pareció que sí, que había una grave violación, que había que denunciarlo, que había que trabajar fuertemente en otro sentido. 
Toda esta situación jurídica irregular se sustenta sobre una demonización pública de Milagro por corrupción… ¿Cómo se trabaja contra eso?
–Primero, el trabajo es muy fuerte porque es un trabajo jurídico pero con un acompañamiento político que es poner de manifiesto todas las maniobras que se llevaron adelante. Y algo que yo digo y esto para mí es importante, es que si hay alguna denuncia sobre corrupción, no me gusta usar el término de corrupción porque me parece que es maniqueo, pero digamos cuando hay alguna denuncia sobre mal uso de los fondos públicos, yo creo que el estado es donde más tiene que investigar. Yo no digo que no haya que investigar todo… pero lo que me parece que es clave acá es que no se investigan hechos sino que se investiga a Milagro.
Incluso le pusieron una fiscal abocada a ella… 
–Lo que investigan es a Milagro, pero… No se investigan personas en nuestro sistema, sino lo que se investigan son hechos. Por eso yo digo, que investiguen todos los hechos. Cuando vos ves que la plata salía de Nación, iba a las provincias, de las provincias iba a los municipios y de ahí iba a las cooperativas, que Milagro no estaba en ninguna de esas cadenas, ni en Nación, que no firmó nada y no recibió ninguna plata, y la única que está detenida es ella y que no está detenido ninguno de los otros de la cadena, uno empieza a pensar que efectivamente lo que necesitaban era convertirla a ella en el chivo expiatorio. Que investiguen lo que tienen que investigar pero que investiguen bien, que investiguen con las reglas del derecho. 
Porque además, primero la meten presa y después van buscando la forma de mantenerla así...
–Cuando uno ve que la detienen por el acampe, que es una monstruosidad, es monstruoso. Es una detención por un acampe pacífico, te das cuenta de que la necesitaban presa. Ese es el punto, que la necesitaban presa. La detienen por lo único que ella estaba haciendo, que era manifestarse. Cuando se dan cuenta de que era insostenible, la causa por corrupción no se inicia antes, se inicia el día previo a que la detengan... con tantas irregularidades, que uno lo que empieza a pensar es que necesitaban mantenerla presa. Después, que investiguen todo, que investiguen bien, que investiguen todo lo que tengan que investigar, pero no éste mamarracho jurídico, que es lo que te mueve a decir que no puede estar pasando esto.
En la causa que terminó con el veredicto de este miércoles, la acusaron de un escrache en el que no participó...
–La imputaron de una incitación a una manifestación, con un único testigo que fue aportado por Morales. Hay una subversión de las reglas del juego, que realmente a lo largo del año se fue viendo en todo…  Creo que el clímax, realmente el clímax del escándalo, fue el proyecto de ley de consulta (presentado por diputados del Frente Primero Jujuy, que responde a Morales), pero ese es el clímax. Uno viene viendo, en término políticos, cómo intentan hacer las cosas, esto llega a un nivel que es inaudito. Cuando fue la presentación de la consulta, yo estaba trabajando en el alegato, y en un momento pensé: “Soy docente hace 30 años, y con esto no puedo dar más clases, cómo le explico a los alumnos las garantías, el derecho constitucional, las reglas del juego del código penal, cuando diputados presentan esto, que es pre estado, pre constitución, pre 1853”. En serio, tuve angustia, no lo podía creer, porque no me había pasado en todo el año, sentí angustia. En un punto hay que quemar la constitución. Es como rompieron todas las reglas del juego. Esto es Jujuy.
¿Al asumir la defensa, te imaginaste que ibas a tener que pagar costos personales, como la nota publicada por el diario Clarín?
–En el tribunal oral que está llevando adelante el juicio, en una de las jornadas, el juez Mario Marcelo Juárez Almaraz me gritó de una forma escandalosa, pero además me denunciaron penalmente, esto fue en el mes de mayo. Una locura, me denunciaron por usurpación de título.
¿Por usurpación de título?
–Yo me río. La denuncia fue archivada inmediatamente, pero yo además denuncié penalmente a los denunciantes en el Consejo de la Magistratura. Los costos que están pagando todos los abogados del equipo son muy altos. Inicialmente, yo no tenía conciencia, porque en el mes de febrero uno en lo que estaba pensando era en dos causas, una no iba a suponer que la escalada de violencia en Jujuy iba a tener los ribetes que en su momento tuvo ni tampoco podíamos tener idea de que Milagro iba a estar presa un año, que es lo que se va a cumplir en unos días. De todas formas, soy una militante del campo popular que trabajo de abogada, no soy una abogada que milita. Los costos los pagamos siempre, o corremos riesgos. Cuando vamos por un desalojo en Capital, que este año fuimos a varios, y la policía está por reprimir y voy como abogada, ahí hay un costo que estoy dispuesta a pagar. Igual… lo de Jujuy... Digamos... A mí no me amedrenta, no me amedrenta que me denunciaran,  no me amedrenta que me grite el presidente del tribunal, no me amedrenta la nota de Clarín. Creo que cada una de esas acciones habla de Jujuy, del poder político de Jujuy, de los métodos que tiene. Pero sí cada una de las cosas las hacemos saber a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque es importante que se vea al cuadro general. 
Algunos medios hicieron hincapié en el contraste entre Milagro y vos ¿cómo es tu relación con ella?
–La conocí cuando ella ya estaba presa, así que es una relación que fuimos construyendo a lo largo de este año, cada vez que la vine a ver. Al principio yo iba siempre con Luis Paz, que es el abogado, y en determinado momento decidí ir sola a verla, porque no quería mediatizar el vínculo. Y el vínculo se construyó. La verdad que tengo un vínculo personal muy fuerte con Milagro, y creo que ella lo tiene conmigo. No quiero hablar por ella, pero... Como no la conocía antes a Milagro, sabía de su obra, pero no tenía vínculo o relación en particular. Me parece que es una relación muy llana. Ella siempre me dice que soy muy clara. Ella me dice: “Vos nunca me mentís”. Y a mí me parece que eso es muy significativo. Le explico cada uno de los pasos jurídicos a seguir. Soy docente pero además me parece que a Milagro le sirve, le hace bien. Incluso, cuando ella terminó de declarar, yo la abracé. Tengo un vínculo muy fuerte, y ella ha pasado momentos difíciles. Ahí la veo a ella como una mujer, como una madre, como una abuela, porque ella me habla desde ese lugar también, es una abuela que me está contando qué le pasa a un nieto con la Navidad. Yo le puedo hablar de un lugar de una mujer, madre, que tiene un niño chiquito. Le cuento cosas de mi hijo, tengo una relación.  
Este año estuviste además mucho tiempo en Jujuy, ¿cómo te cambió la rutina? 
–Estuve en Jujuy, viajé bastante, pero además estuve en un caso que realmente para mí es muy importante en términos de mi vocación. Representé a Facundo Jones Huala, que es un lonco indígena, de una comunidad mapuche de Esquel. El estado chileno lo quería extraditar con un pedido de pena de 26 años de prisión en Chile. Hicimos un juicio en Esquel con Sonia Ivanoff, que es una colega y amiga, y logramos la primera nulidad en un juicio de extradición en la historia de la Argentina, porque estaba vinculado con tareas de inteligencia ilegal, torturaron para que declarara a un joven mapuche, todo esto lo pudimos demostrar en el juicio. Para mí, que trabajo temas indígenas, y es un tema que me apasiona, que hago por militancia. De hecho, presentamos por correo, mientras yo estaba acá, una petición por este caso a la CIDH. Fue un año intenso. En general,  nunca viajé más de dos días, estoy separada, traté siempre de viajar los días que no me tocaba estar con él. Pobre mi hijo, también, le tocó una madre así, y un padre que también trabaja en casos similares, así que está acostumbrado. 
A partir de tu vasta experiencia en juicios por delito de lesa humanidad, ¿ves una similitud con esta representación de Milagro Sala?
–Sí, enorme. Me invitaron a dar una charla por la noche del apagón, y comparar el caso con el de Milagro, en la Facultad de Filosofía, entonces me detuve a pensar y trabajar en patrones comunes entre los dos casos y vi que hay una cantidad de prácticas terroristas, porque no hay que decirlo de otra manera, en términos del estado con prácticas de terror en los dos casos, salvando todas las diferencias del mundo. Sí, por ejemplo, en términos de la detención para delación, en el caso de Milagro, en cada uno de los casos, se detiene o se presiona a una persona para que declare en contra, y en caso de que no declare en contra, cae en las garras del sistema penal. Así lo demostraron las notas que escribió Alejandra Dandán para PáginaI12 en el caso de Alberto Cardozo. Es muy paradigmático, pero también está el caso Mabel Balconte, en cada una de las causas tenemos una situación así. La aplicación desmedida de la violencia… En abril hubo una serie de allanamientos, hubo 60 allanamientos, pero hubo un día muy particular, que fue el día que se hizo la marcha del 1° de mayo en Capital, que se hicieron 25 allanamientos en el Alto Comedero, con un nivel de violencia, con grupos especiales, de la policía, que además tiene una implicancia que todos los que trabajamos temas de lesa humanidad sabemos, que el terror no cae directamente, no es el único destinatario la familia o la víctima directa, sino que en un barrio, esto tiene una implicancia muy fuerte de generar temor. De hecho, el 11 de junio tuvimos un congreso refundacional de la Tupac y un viejo dirigente, un tipo grande de la Tupac, dijo: “Yo nunca pensé que iba a llegar el día que iba a tener miedo de salir a la calle y ese día llegó”. Y para mí fue muy fuerte escuchar eso en democracia. Que un tipo tenga miedo de salir a la calle a militar. Hoy pasa eso, el que tiene algo de la Tupac es detenido, es demorado, hay casos de violencia institucional al por mayor. La persecución a los abogados, porque a Luis Paz lo detuvieron y está imputado en la causa, los multaron a Paula Álvarez Carreras y a Ariel Ruarte... La persecución a los abogados es prototípico de las prácticas del terrorismo de estado, porque es el modo de dejar indefensas a las víctimas y que nadie reclame por ellas. Hay demasiadas similitudes, sobre todo en esto, en distintas prácticas del estado de hoy de Jujuy al estado terrorista de los 70. 
¿Crees que si Milagro fuera blanca habría el mismo ensañamiento?
–Creo que la principal característica que subvierte todos los órdenes y que es imposible de sostener para el poder político, económico, para el poder fáctico es que ella es mujer, más que coya. Si uno lo piensa, todos los estereotipos de mujer para una sociedad oligárquica, machista, clasista, conservadora como la de Jujuy los desafía Milagro. Que una mujer desafíe al poder en todo sentido: es negra, es pobre, es coya. Tiene todo... No hay un solo estereotipo con el que ella cumpla, es una mujer a la que se ve aguerrida, combativa. Efectivamente, en una charla por el día Contra la violencia hacia las mujeres, el 25 de noviembre, dije que Milagro es la gran bruja del siglo XXI y hay que quemarla en la hoguera. Para Gerardo Morales es la ofrenda, ofrenda la detención, es una ofrenda en términos de lapidación pública. Llevarla, trasladarla, no dejarla hablar, ponerle un bozal, que cada vez que se mueva esté rodeada de 75 policías, fuerzas especiales. Eso es, hay que ofrendársela, hay que ofrendársela ¿a quién?, a esta sociedad que se siente pacificada. Si uno lee la historia de la persecución a las brujas es… Milagro. Para mí es absolutamente reivindicatorio decir que Milagro está presa por ser mujer. No está presa solamente por ser mujer, pero no hay ninguna duda de que es un rasgo que ninguno puede dudar cuando habla de Milagro. 
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martes, 20 de diciembre de 2016

MILAGRO. POR RAUL ZAFFARONI

MILAGRO 
Si es verdad que para ser filósofo no debe perderse la capacidad de asombro, quien quiera ser filósofo debería vivir en nuestro país. El realismo mágico –como denominación– se inventó en otro lado, pero como realidad florece aquí con singular entusiasmo. 
El balance de hechos sobre el “caso Milagro” lo verifica: 1) El Superior Tribunal está integrado por los diputados oficialistas que horas antes votaron su ampliación. 2) En el penal asesinan al sobrino de otro preso que denuncia que se lo torturó para obligarlo a declarar contra Milagro. 3) En una noche se allanaron 21 domicilios particulares de gente humilde. 4) Se reactivó un proceso contra Milagro por una agresión al actual gobernador en 2009, sin prueba alguna de su participación. 5) Se intentó impedir la publicidad de las audiencias de debate. 6) Se sanciona y amenaza a los defensores, hasta por apelar. 7) Un fiscal y un juez “no diligentes” contra Milagro, en curso de remoción. 8) Un fiscal dedicado a la persona de Milagro, como una sección del Ministerio Público. 9) El desopilante proyecto de consulta popular de 13 insólitos legisladores jujeños, que agravian a todos los organismos internacionales, borrando de su memoria la visita de la Comisión en 1979.  
Más asombro provoca la cobertura mediática de esto: 1) Noticias falsas: retiro de dinero del banco, destinado a pagar sueldos, mostrado como corrupción. 2) Una “clonación” de procesos en que se inventan hasta homicidios. 3) Se le atribuye “riqueza”. ¿Acaso Milagro tiene cuentas extranjeras y empresas panameñas? Vive como todo argentina merece, decentemente, pero nada más. 4) Se secuestran 12.000$ a una compañera de Milagro, que son parte de su sueldo, y se fotografían los billetes en los diarios oficialistas. 5) Un enemigo imputa a Milagro maltrato a niños, cuando ha criado a varios “hijos del corazón” como ella los llama y todos lo saben. 6) Clarín publica un artículo discriminatorio contra la abogada de Milagro, pintándola como una niña de doble apellido, rubia y distinguida. A “contrario sensu”: ¿Sólo los pobres pueden defender a los pobres? ¿Los demás seríamos “traidores de clase”? ¿Acaso “Clarín” se volvió trotskista?    
Esa cobertura mediática oculta que los comedores, escuelas e instalaciones deportivas creados por la “Tupac Amaru” están siendo desactivados, como también las condiciones de detención de Milagro. Es una presa “preventiva” y, no obstante, controlan su correspondencia, escuchan sus llamadas telefónicas, cortan su comunicación con un periodista, prohíben las fotografías. 
Lo único que podría ser viable es averiguar si hubo una eventual administración desprolija, lo que se prueba con documentos, prueba que Milagro no podría impedir ni dificultar después de casi un año de detención preventiva. No debe haber en el país otro preso preventivo imputado de administración fraudulenta, que es un delito excarcelable, como cualquier abogado sabe. 
Es clara la explotación de prejuicios racistas, de clase y de género contra Milagro. Pero eso solo no explica su detención “a disposición del poder ejecutivo”, porque el Gobernador lo reconoció: “A esta mujer no la voy a soltar”. Lo que realmente horroriza a quienes quieren una sociedad de 30% incluido y 70% excluido, es que una mujer pobre, militante, india y morena, organice a los excluídos y los desafíe.
Pero el nivel de asombro rompe el termostato, porque la Argentina del realismo mágico hizo crecer a Milagro: de una digna dirigente local pasó a ser un nombre central en el panorama nacional y trasciende hoy a lo internacional: se ocupan de ella la Comisión Interamericana, el secretario general de la OEA, el Comité de la ONU, el papa Francisco, el Premier de Canadá, el presidente del Uruguay, y lo insólito llega dicho o sugerido por la cobertura mediática: son todos “kirchneristas”. 
Alguien dijo que lo espantoso no está allí en beneficio propio, sino que genera espacio para que lo grande pueda hacerse. Y Milagro no lo buscó, no quiso ser figura de dimensión regional y hasta mundial: lo espantoso la colocó en ese lugar. 
Un poder local perdió de vista la dimensión de sus actos, cegado por prejuicios, irritado y con pánico a la organización y al desafío de los humildes, comandados por una mujer, india, militante, morena. Y ahora nadie sabe qué hacer. 
La canciller, que conoce de organismos internacionales, balbucea que es una cuestión provincial, cuando sabe de sobra que no es cierto, que ante el derecho internacional responde el Estado nacional. 
Quizá encuentren la salida: tal vez una decisión de la Corte Suprema que le reconozca a Milagro los fueros parlamentarios, o tal vez una cautelar interamericana, aunque eso no resuelve el problema de los otros compañeros presos. 
Pero el temor es fuerte: Milagro expresa no sólo el discurso de los excluidos, sino el de nuestros originarios, de la Pachamama, de la religiosidad popular, de 500 años de sometimiento. ¡Qué miedo! ¡Tienen hasta un discurso! ¿Cómo los negros pobres excluidos e indios pueden tener un discurso que armoniza con fuertes corrientes de reclamo mundial? 
¿Y Milagro? ¿La Milagro de carne y hueso? Primero se deprime, no entiende bien qué pasa. Y luego se debate en el drama de quien se vuelve líder. No lo buscó, pero lo espantoso la puso en ese lugar. Su inconsciente se resiste a aceptar que son muchos más los que dependen de ella, que ya no son sólo sus compañeros jujeños. Es una carga pesada: es el peso de su propio discurso, que encarna el reclamo de muchísimos más, que le exigen “no aflojar”. Y su resistencia inconsciente va cediendo, empieza a aceptar que pierde parte de su espacio existencial, porque un colectivo gigante y nunca imaginado, le reclama asumir el rol en que la puso lo espantoso. 
Y se la ve fuerte en ese rol, lo va asumiendo, supera la depresión del desconcierto, sale de a poco del asombro, con la resignación de quien no lo buscó, pero lo determinó con su conducta, aunque el resto lo haya hecho la Argentina del realismo mágico, con la que no había contado, como nadie podía hacerlo hasta hace unos meses. ¡Como para no ser filósofo en nuestro país! ¡Qué grande es nuestra Argentina, incluso en sus mágicas mezquindades! PAGINA12
* Profesor Emérito de la UBA.

lunes, 19 de diciembre de 2016

PAGINA 12 17 DE DIC. 2016

Y EN ESO LLEGO UN EMPRESARIO
Todas las encuestas coinciden: más del setenta por ciento de los argentinos desaprueba la administración del gobierno de Cambiemos, pero la mitad confía en Mauricio Macri. ¿Cómo es posible? ¿Qué explicación tiene? Los mismos profesionales aseguran que Cambiemos tiene un techo de aceptación del veinticinco por ciento, al que llaman el núcleo duro. Es entendible. La cuarta parte de los argentinos vive bien, mejor o igual bajo el neoliberalismo. Además se suman al apoyo subjetividades ideológicas y sociales. Habrá alguno que descendió un escalón, pero comparte la ideología del actual gobierno. Pero ¿y la otra mitad? Veinticinco puntos en la estadística significan millones de argentinos y argentinas. Está claro que esos veinticinco puntos de diferencia provienen de sectores de la clase media, la clase media baja y de los obreros, muchos de los cuáles la están pasando muy mal. Componen lo que los especialistas denominan “mayoría silenciosa” y  elevan su caudal  a un treinta por ciento de la población. No son mayoría pero son muchos; un tercio de los argentinos. No deben ser pocos los que apoyan al gobierno de Macri.
¿A quiénes ubicamos dentro de ese magma llamado mayoría silenciosa cuando hablamos de política? Justamente a quiénes la política no les interesa. Más aun, le disgusta. Pero, cuidado, no hay que confundir silencio político con indiferencia social. Muchos silenciosos son personas solidarias dentro de su pequeña comunidad. Capaces de entregar su tiempo al club de barrio o la sociedad de fomento. Un joven solidario dona sangre para un vecino y al día siguiente muele a patadas a un pibe chorro. Sale a la calle por un corte de luz en la cuadra donde vive, pero cuando recupera la energía vuelve a su casa y prende el televisor. Un obrero silencioso hace huelga por un conflicto en la fábrica donde trabaja, pero no se suma a una marcha por un problema de los trabajadores. Me pregunto qué cara pone cuando un militante del FIT le habla de la explotación a la clase trabajadora o le explica lo que es la plusvalía.
En mis tiempos los silenciosos decían  “la política no me da de comer”.   Es decir, gobierne quien gobierne, mi historia personal depende de mí y  no de la política, ni del gobierno de turno. Todo lo que un silencioso pide es seguridad, un buen trabajo y una sociedad sin conflictos. Por eso apostó más de una vez a los golpes militares hasta que descubrió el engaño.
Sospecho que esta aceptación personal de Macri es porque se trata de un empresario, el primero que llega por medios democráticos. Los silenciosos suelen respetar a los empresarios. Piensan que han hecho plata con su trabajo y su capacidad para hacer dinero, sin preguntarse por qué medios logró su fortuna. Nunca vinculan a un empresario con la corrupción. “Tienen plata, no necesitan robar” escuché decir. Y a veces  son agradecidos porque “dan trabajo”. Jamás vinculan los males del país con la conducta de los empresarios. Si unos les explica las consecuencias de llevarse fortunas al exterior dicen “hacen bien; resguardan su plata”. Surge de las encuestas que, si bien se quejan por las medidas económicas del gobierno, los silenciosos “tienen esperanza”. Es decir, le creen a Macri cuando habla de la herencia recibida, explica que estas medidas “dolorosas” son necesarias y que pronto estaremos mejor.
Curioso país éste. En tiempos del neoliberalismo los obreros confían en el Presidente. Los que desconfían son los empresarios.
Fuente: Y en eso llegó un empresario

domingo, 18 de diciembre de 2016

DICE CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER


Quiero responder con esta columna al estimado sociólogo Horacio González: sí lo vimos. El "macaneo" del macrismo se vio venir antes de los timbres: con los globos. Con esos globos vacíos. Con esas falsas promesas. Con ese color amarillo copiado del liberalismo conservador alemán (FDP), partido precipitado en crisis. Con ese color amarillo de pro(segur), empresa que vende seguridad privada, ante la crisis de todo lo que provenga de la esfera "pública", de la res pública. Porque ni los colores son casuales: el amarillo (amarillismo) de las radios que promueven en los taxis el sensacionalismo-amarillismo (estigmatización/linchamiento) constante. El no diálogo político.

"Seguramente pasarán muchos menos para que una verdadera movilización de las fuerzas culturales, humanísticas, críticas, analíticas, científicas y tecnológicas del país, reaccione con argumentos novedosos y congregantes ante estos macaneos vergonzosos, al gusto de una nueva clase de lúmpenes-empresarios. Hay que decirles que están secas las pilas de esos timbres que van a apretar", afirma González.

El falso "bus“ donde Macri simula estar con "pasajeros" de verdad, es un resumen de su política comunicacional: demagogia y simulación. Vender mentiras. Puestas en escena. Globos de colores. Mise en Scene: lo único que podemos hacer desde la cultura para contrarrestar esto, estimado Horacio, es apelar a lo único que sabemos hacer: frente al marketing y el vaciamiento de las ideas y los debates (el vaciamiento de la palabra, de la noción de deber civil, frente a la banalización constante del compromiso político, frente a la banalización de la militancia), responder con la cultura, la palabra, la poesía: la política. Volver a situar el discurso político como discurso develador de verdades incómodas y criticas con el verdadero poder, aquel que como dijo Saramago, es invisible, no se muestra, y no va a elecciones. Nadie lo elige y no se hace ver: y no le gusta que lo nombren. Que lo señalen con el dedo. Y eso fue lo que se hizo durante una década: mostrar lo que no podía ser mostrado (el verdadero poder detrás del poder formal), juzgar lo que no podía ser juzgado, decir lo que estaba prohibido mencionar. Volver más democrática la cultura y la sociedad, visibilizando poderes que condicionan nuestra vida, pero no se hacen ver, no se dejan ver, no van a elecciones. Mostrando al país la verdad. Hacerlo tiene un costo. Nada es gratis. Nada es fácil. La gran victoria de la oposición mediática fue precisamente esa: no haber enhebrado un discurso consistente propio (que no tienen), sino haberle quitado valor, espesura, "peso ético" y moral a nuestra palabra. Nos han robado la palabra. Y lo han hecho de un modo muy sencillo, ya estudiado por Ibsen y las neurociencias: la estigmatización. Con la estigmatización lograron proscribir e imponer el silencio, renunciando a todo debate político. (Hay honrosas excepciones en todos los medios, gente digna que aun intenta debatir, dialogar, decir verdades incómodas)

Reemplazando la palabra política (que ponía y puso esos poderes en cuestión, los nombra, los desvela en los dos sentidos de la palabra, en una ambigüedad sugestiva) por el marketing y el "managment", por el "coaching" de ocasión de gurúes extranjeros. González olvida una pata importante de la propaganda pro-amarilla-globos vacios: la estigmatización a priori del que piensa diferente. Una vez estigmatizado todo lo "K", el terreno arrasado queda listo para una verdadera puesta en escena, donde se desdibuja –desdibujada la palabra política- la linea tajante entre mentira y verdad. En el marketing nada es mentira y nada es verdad. En la política sí. En el marketing la palabra no cuenta. No sirve. Se puede contratar actores para que simulen ser pobres pasajeros al costado de un camino en un bus rodeado de guardaespaldas. Esa escenificación es lo que se "ve". Lo que tenemos que hacer, Horacio, como en el caso del Bus, es mostrar el "detrás de escena", donde se esconde lo "falso" (y a su vez verdadero: el verdadero poder, que usa, incluso al presidente, junto a los otros "actores", como genuinos "títeres").
Mostrar dónde están y quién mueve los hilos, incluyendo los hilos detrás del presidente, que es otro actor. Son todos actores. Por eso Durán Barba dice con razón que él "no trabaja para el gobierno ni el Pro". Está por encima. La tarea es descubrir quién es el títere y quién lo mueve. Y para qué. De qué se trata el espectáculo que vemos. A dónde apunta. Dónde termina. A dónde nos conduce. El presidente, en ese bus falso, no es el presidente: es un actor más. Son todos actores: pasajeros falsos y ministros "falsos". Incapaces de decir la verdad. Lo único que nos queda es empezar un nuevo camino político y cultural, donde la palabra (la palabra prohibida, la palabra política, que señala a esos verdaderos poderes, que manejan los hilos) vuelva a contar. Vuelva a nombrar. Vuelva a mostrar. Donde la verdad vuelva a tener un sentido crítico. Donde la mentira y la verdad no sean simples puestas en escenas, meros "relatos".

Durán Barba simplemente, Horacio, vio una oportunidad y la aprovechó. Vio que los medios no generaban debate, no generan conciencia: vio que podían ser funcionales a un candidato vacío, light, anti político. Sin programa. Sin discurso. Donde todo es show. Donde todo es como el bus detenido: algo falso. Una puesta en escena. Un engaño a la sociedad. Una falsa promesa de “cambio” en lo que no se puede cambiar. Para luego hablar de que los pobres son “estructurales”, son “estructura”, y de que todos los planes para sacarlos del pozo y el olvido tienen un enorme “costo” fiscal, que no analizan a la hora de sobreendeudar al país en los centros financieros, que solo especulan, nunca producen nada. Fugan ganancias. Juegan con el hambre.

Los medios tienen la capacidad de revertir esto, de advertirle esto a sus lectores. No lo han hecho. Ni antes ni ahora. Ni en dictadura ni en democracia se han atrevido a cruzar esa linea, a dar ese paso, que supone dejar la banalización, dejar el espectáculo, decir las cosas. (porque hacerlo supondría quedarse sin “lectores”, ese es el “precio a pagar”, dijo Rousseau: quedarse solo)

Pero ser íntegro, tener unos principios. Ettiene de la Boetie ya lo vio en su Discurso sobre la servidumbre voluntaria. Llamar a las cosas por su nombre. De eso se trata la política. El pan y circo no quiere que las cosas lleven un nombre. Prefiere que ciertos mecanismos queden invisibles y que la política sea “distracción”, show, mirar para otro lado. No donde hay que mirar, poner los ojos. No ver. Como con el obelisco de pan dulce, 1979: 30 mil muestras de pan. Eso comieron los paseantes. Eso era el “arte”. Hoy volvemos a re-discutir el número. Pero no lo que pasó. Lo tienen que hacer (nombrar) la cultura y la política. La palabra. La reacción es empezar por asumir el discurso prohibido. No desligarse de él, siendo funcional a la apatía política y la escenificación. Mostrar que lo verosímil (el diálogo de un presidente con pasajeros de un bus detenido en Pilar) puede ser falso. Un engaño deliberado y estudiado minuciosamente: organizar y estudiar la capacidad de mentir. Eso es el marketing. Eso no es la política.
Del Blog: Será Justicia https://gcroxattoblog.wordpress.com

jueves, 1 de septiembre de 2016

CAE DILMA


¡Canallas! ¡Canallas! ¡Canallas!

Por Eric Nepomuceno

El jueves dos de abril de 1964 otro golpe de Estado, un golpe cívico-militar, se consumaba, liquidando un gobierno elegido por el voto popular y soberano. En aquella ocasión, las mismas fuerzas que ayer triunfaron recorrieron a los cuarteles. Ahora, las tropas son dispensables. Hace 52 años, presidiendo una sesión extraordinaria del Congreso que reunía a diputados y senadores, el conspirador derechista Auro de Moura Andrade decretó vacante la presidencia, afirmando que el presidente constitucional, João Goulart, había abandonado el país.
Era mentira. Goulart estaba en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, intentando reunir fuerzas suficientes para resistir al golpe. Moura Andrade lo sabía. Todos sabían. El entonces diputado Tancredo Neves, conocido por sus maneras suaves y cordiales, apuntó el dedo al rostro de Moura Andrade y disparó, con insospechada voz de trueno: “¡Canalla! ¡Canalla! ¡Canalla!”.
Pasados los años, hace dos días le tocó al nieto de Tancredo, el senador Aécio Neves, uno de los artífices del golpe contra Dilma Rousseff, ver cómo su colega Roberto Requião, del mismo PMDB de Michel Temer, lo miraba en los ojos y disparaba, a él y a su pupilo Antonio Anastasía, las mismas palabras: “¡Canallas! ¡Canallas! ¡Canallas!”.
Ayer, la palabra quedó estampada, de una vez y para siempre, en la frente de Aécio, Anastasía y otros 59 senadores. Siete más de lo que sería necesario para fulminar un mandato popular. Algunos de los 61 votos que destituyeron a la presidenta fueron emitidos por senadores que hasta hace pocos meses eran ministros del gobierno ahora liquidado. En los largos e intensos debates de los últimos días se ha visto de todo: cinismo, farsa, hipocresía, cobardía, traición.
Canalladas.
No hubo una sola prueba concreta que justificase pasar por arribe los 54 millones de votos soberanos logrados por Dilma Rousseff en octubre de 2014. Bajo el manto de las formalidades, se consumó la indignidad.
Lejos del pleno del Senado, lo que se ha visto fue la reiteración de los viejos hábitos de la más baja política brasileña: Michel Temer y sus cómplices ofreciendo el oro y el moro para asegurar votos suficientes para legitimarlo legalmente en el puesto que usurpó a base de traición. Legalmente: moralmente, imposible.
Sobran ejemplos de ese comercio de intereses. Menciono dos.
A las tres de la mañana de ayer, frente a un pleno casi vacío y a una audiencia ínfima, uno de los que se declararon “indecisos”, el ex jugador Romario, leyó, con evidente dificultad, el texto escrito por algún asesor justificando su voto favorable a la destitución de Dilma Rousseff.
Dijo que se convenció gracias a las razones expuestas por los acusadores de la mandataria.
Mentira: se convenció al lograr el nombramiento de algunos de sus apaniguados en el gobierno de Temer.
Idéntica suerte tuvo el también “indeciso” senador Cristovam Buarque, ex ministro de Educación del primero mandato de Lula da Silva: a cambio de su voto, se le prometió el luminoso puesto de embajador brasileño en la Unesco. Cambió una biografía por París.
Ese ha sido el precio de su dignidad, suponiendo que Temer cumpla lo pactado. Y suponiendo que esa dignidad alguna vez existió.
¡Canallas! ¡Canallas infames! ¡Un aquelarre de 61 canallas!
¿Por qué? Por haber asumido una farsa. Por imponer a los brasileños un programa político y económico que fue rechazado con vehemencia por las urnas electorales en las cuatro últimas elecciones. Por entregar el país a una pandilla. Por vilipendiar la historia. Por entreguistas. Por condenar el futuro. Por haber permitido que una mujer honesta sea sustituida por un bando de corruptos.
Por defender la traición.
La historia sabrá juzgarlos. Lo que cometieron ayer, sin embargo, es irreversible. El precio será pago por los humildes, como siempre. Empieza ahora un tiempo de incertidumbre. De expoliación de derechos alcanzados en los últimos trece años.
Tiempo de brumas. Tiempo de infamias. Tiempo de vergüenza.
Tiempo de canallas.
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sábado, 27 de agosto de 2016

UN ALERTA DE LOS CURAS EN LA OPCION POR LOS POBRES POR LA SITUACION SOCIAL

“Este modelo no cierra sin represión”

En su nueva carta, los sacerdotes católicos vuelven a reclamar la libertad de Milagro Sala, denuncian las políticas “regresivas y amenazantes” del gobierno de Macri y advierten sobre el silencio de los grandes medios sobre las revelaciones de los Panama Papers.

Por Washington Uranga


Los curas consideran que las supuestas amenazas a funcionarios parecen excusas para forzar la represión.
Continuando con la tarea de emitir cartas quincenales dirigidas a sus comunidades y a la sociedad en general, el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COPP) dio a conocer un nuevo documento en el reiteran su demanda de libertad para la dirigente social jujeña Milagro Sala “y de todos los presos políticos”, denuncian las “políticas de derechos humanos regresivas y amenazantes” puestas en práctica por el gobierno de la Alianza Cambiemos y advierten sobre la represión de la protesta social y el “silencio” de los medios de comunicación acerca de los llamados “papeles de Panamá” que involucran al presidente Mauricio Macri y a funcionarios de su gobierno. Tras manifestar su preocupación por el “agravamiento progresivo y preocupante de la situación social y económica” los Curas sostienen que “son llamativas las supuestas amenazas recibidas por funcionarios, lo cual parece excusa para reforzar la represión”. Los sacerdotes expresan, una vez más, su convicción de que “este modelo no cierra sin represión”.
“Que el Presidente afirme que Hebe (de Bonafini) es ‘una desquiciada’ (un agravio de quien se arroga contradictoriamente la misión de unir el país) luego de manifestarse desinteresado en el número de desaparecidos y de hablar de ‘guerra sucia’ no hace sino sumar un nuevo repudio a los ya demasiados que nos vemos en la obligación de proclamar”, dicen los Curas en otro parte de su documento.
Sostienen que la diferencia entre el anterior gobierno y el actual “en un tema tan sensible, su colaboración activa en la justicia o su desinteresarse de ella nos parece demasiado grave, aunque el actual Presidente afirme que no quiere ‘tener injerencia en el poder judicial como lo hizo el gobierno anterior’”. Y subrayan los sacerdotes católicos que “lamentamos que se intente conceder prisión domiciliaria a genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad, como el caso emblemático de Etchecolatz” expresando al mismo tiempo “nuestro más firme repudio uniéndonos al reclamo que sobre el tema han formulado organismos de derechos humanos”.
Tras denunciar que en el caso de los “papeles de Panamá” existe un “silencio cómplice” de los medios nos preguntamos, dicen los Curas, “cuánto más debe esperar el Poder Legislativo para interpelar a todos los implicados en ‘la ruta de la corrupción M’”. Y señalan que “lo que revela el material presentado son pistas de posibles maniobras de lavado de dinero, el delito que figura en la carátula de la causa”. Expresan, no obstante, que “la investigación afortunadamente avanza y compromete cada vez más al presidente Macri, lo cual constituye una situación de considerable gravedad institucional que la población debe conocer”.
Otro de los capítulos del texto difundido por los Curas está dedicado a denunciar hechos de represión. Señalan que “Jorge Peña, de Renatea Jujuy fue interceptado en su automóvil en el que viajaba con sus tres hijas”; recuerdan la “grave represión en el Puente Pueyrredón con camiones hidrantes y policía a jubilados y otros manifestantes”; la “represión a quinteros en el Parque Pereyra Iraola (Buenos Aires) con 48 detenidos (7 menores) uno de los cuales, Lautaro Leverato, recibió 13 balazos de goma”; que en Ramos Mejía “balearon el frente de la unidad básica “Los Mismos de Siempre” ubicada en la intersección de las calles Colón y Bulnes en la localidad de Ramos Mejía” y que la Gendarmería y Policía bonaerense reprimieron con balas de goma en la Autopista Buenos Aires-La Plata “a compañeros de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados (CTD) Anibal Verón y otras organizaciones sociales aplicando el infame protocolo elaborado y defendido por la ministra Patricia Bullrich”. A ello se suma a la “represión a azucareros que desde hace 56 días están defendiendo los empleos ya que enfrentan el lock out de la empresa Seabord Corporation a la que pertenece Tabacal Agroindustria que tiene paralizada la planta en El Tabacal, Salta incluyendo balas de plomo a los gases lacrimógenos”.
Los sacerdotes católicos que trabajan en medios pobres adhieren también a las denuncias del Mocase (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) respecto de amenazas a dirigentes campesinos y el ataque de “sicarios” del “agro-narco empresario Orlando Canido” contra familias de la comunidad Iaku Cachi.
En el mismo texto se denuncia “una brutal transferencia de ingresos con una inversión de la ecuación distributiva de la renta nacional” y “un modelo económico que concentra la riqueza en pocos actores y generaliza el desempleo con salarios a la baja”, “un endeudamiento externo usurario y descontrolado”, “un quiebre violento de la protesta y la organización social de base como lo muestra el experimento jujeño” y “una destrucción del aparato productivo, la industria nacional y las economías regionales”. Por todo ello manifiestan su adhesión a la “marcha federal, el 31 de agosto y 1 y 2 de septiembre contra el ajuste, los tarifazos, los despidos y exigiendo la liberación de los presos políticos”.
En el plano teórico el documento de los Curas en la Opción por los Pobres critican “una democracia de baja intensidad” que contradice los intereses de los trabajadores y los sectores populares.
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viernes, 26 de agosto de 2016

JUICIO A DILMA

Brasil ya no será igual

Por Emir Sader

Cualquiera que sea el desenlace inmediato de la más profunda y prolongada crisis que el país ha vivido, Brasil no saldrá igual, nunca más será el mismo que fue. Será mejor o peor, pero nunca más el mismo. La crisis devastó la credibilidad de todo el sistema político, liquidó la legitimidad del Congreso, propagó la falta de confianza en el Poder Judicial e hizo que el pueblo aprendiera que no basta votar y ganar cuatro elecciones para que el mandato presidencial sea respetado. En resumen, lo que se creía que el país tenía de república, se terminó. Lo que se decía que era un sistema político democrático ya no sobrevivirá. O Brasil construye una democracia sólida –para lo cual el Congreso actual, este Poder Judicial, este monopolio de los medios de comunicación no podrán seguir existiendo como ahora– o el país deja realmente de vivir en democracia.
La derecha brasileña muestra su cara sin eufemismos. Al principio alegaba que se trataría de un proyecto para “reunificar el país”, supuestamente dividido por los gobiernos del PT. Se valían de la pérdida de popularidad del gobierno de Dilma, así como del Congreso más conservador y descalificado que el país jamás ha tenido, y también del rol escandaloso y ya sin ningún pudor de los viejos medios, para destruir la democracia política que hemos tenido y promover un gobierno antidemocrático, antipopular y antinacional.
Muy rápidamente fue posible constatar que se trata simplemente de lo que se denunciaba por toda la región: el proyecto de restauración del modelo fracasado en los años 90, con Fernando Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso, por un gobierno golpista y minoritario, contra el pueblo, contra la democracia y contra el país.
¿Cómo se va a pronunciar el Supremo Tribunal Federal sobre cualquier tema, si ha callado frente al golpe puesto en práctica bajo sus narices, encabezado en el Senado por su presidente, que apoya todas las brutales ilegalidades que se practican? ¿De qué sirve un Poder Judicial, un STF, si no es para impedir que un crimen en contra de la democracia sea perpetrado por el Congreso? Lo que hay es un silencio cómplice, mezclado con un vergonzoso aumento del 41 por ciento de sus salarios, concedido públicamente –con fotos en los periódicos– por Eduardo Cunha, el político más corrupto del país, cuya impunidad sólo existe por la complicidad de los que debieran condenarlo, así como a tantos otros miembros del gobierno, incluido el presidente interino. Ya no habrá democracia en Brasil sin un Poder Judicial elegido y controlado por la ciudadanía, con mandatos limitados y poderes circunscriptos.
No habrá democracia en Brasil sin un Congreso efectivamente elegido sin financiamiento privado, sin que represente a los lobbies dirigidos por el poder del dinero. Un Congreso democrático tiene que estar fundado en el voto condicionado, por el cual los electores controlen a aquellos a quienes han votado y que se comprometen con un programa y con un partido determinado.
En una democracia todos tienen el derecho a la voz, por eso la opinión pública no puede ser fabricada por algunas familias, que imponen su punto de vista al país como si pudieran hablar en nombre de todos, aun cuando han perdido cuatro elecciones presidenciales consecutivas. Nadie debe perder el derecho a hablar, pero todos deben tener el derecho a expresarse, si no no se trata de una democracia sino de la dictadura de una minoría oligárquica.
En una democracia, un impostor no podría haber asumido la presidencia, aunque interina, por un golpe e imponer el programa económico derrotado cuatro veces sucesivamente (dos veces ese golpista estuvo en la lista vencedora, con un programa radicalmente opuesto al que ahora lleva adelante). Si ello ocurre, es porque la democracia fue herida de muerte, la voluntad de la mayoría fue desconocida.
Si el golpismo triunfa en el Senado brasileño, será necesario hacer que pague duramente el precio del atentado que está perpetrando. Que sus proyectos fracasen, que la vida de sus componentes se vuelva insoportable, que su banda de ladrones sea víctima de la ingobernabilidad. Que se ocupen y se resista en todos los espacios del gobierno ilegítimo, antidemocrático, antipopular y antinacional.
Es parte indisoluble de la resistencia democrática impedir cualquier acción en contra de Lula, que representa los anhelos mayoritarios del pueblo brasileño, conforme apuntan las mismas encuestas que los golpistas han utilizado para buscar legitimidad popular. Esta será la señal de si sobreviven espacios democráticos o no. Si lograran blindar de tal forma su gobierno y lograran hacer constitucional el gobierno del neoliberalismo, habrán soterrado definitivamente cualquier señal de democracia en Brasil. En ese caso ellos tendrán el mismo destino de sus antecesores: serán derribados, derrotados, execrados y un nuevo tribunal de la verdad los juzgará y los condenará por crímenes contra la democracia. Serán derrotados por el pueblo, por la democracia, por el país, por los que construirán una democracia de verdad en Brasil.
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jueves, 25 de agosto de 2016

GENOCIDIO CULTURAL

Genocidio cultural. A propósito de
la editorial de La Nación titulada
“La utilización populista de los
pueblos originarios”
Quien controla el pasado controla el futuro…”
George Orwell, 1984.
Frente a la editorial publicada por el diario La Nación el 21 de agosto pasado
(ver http://www.lanacion.com.ar/1930090-la-utilizacion-populista-de-los-
pueblos-originarios) uno puede preguntarse, en primer lugar, si vale la pena
analizar un tipo de discurso colmado de resentimiento y desprecio, de
prejuicios e incitación al odio. O bien si, por el contrario, quizás resulte
preferible no atender a esta clase de expresiones, para evitar conferirles
alguna (no deseada) suerte de legitimidad.
En este dilema nos encontramos. Por ello, lo que aquí propongo no es
discutir los argumentos (falaces) desarrollados allí, sino complejizar,
problematizar estas expresiones con el auxilio de la academia
internacional especializada en Estudios de Genocidio, dando cuenta
de su gravedad en el contexto de la sociedad de la información en la
que vivimos, donde las palabras tienen un peso que no debe ser
minimizado.
Discursos como el de la editorial de La Nación renuevan las
humillaciones sufridas por los miembros de las comunidades
originarias aniquiladas, a la vez que pretenden dar una solidez
narrativa a estos pactos sociales negacionistas en tanto
representación simbólica de lo ocurrido.
Como se verá, estas expresiones no son novedosas ni originales,
pero no por ello dejan de ser graves.Del cúmulo de epítetos y
adjetivaciones injuriantes del texto, simplemente voy a referirme
a dos cuestiones centrales en la conformación de un discurso
proclive a la perpetración de genocidios, que por sí solas podrían
tratarse de conductas incursas en la Ley antidiscriminación:
1) La referencia a la inexistencia del “valor de la dignidad humana”
en la América de las comunidades originarias;
2) la referencia a la “animalización”, como método comparativo
entre la invocada presunta escasez de pueblos indígenas y de
animales en la región (“…tampoco había vacunos, ni cerdos,
ni perros, ni aves de corral”). Comparación prototípica de las
diversas experiencias históricas genocidas: el nazismo al calificar
la otredad de los judíos y las restantes minorías durante la
Segunda Guerra Mundial como “insectos”, como así también
la de los armenios por el imperio otomano, a los tutsis en Ruanda,
maya-achí en Guatemala, etc.
Pero no sólo ello.
Los expertos en Estudios de Genocidio nos enseñan que en los
procesos de negación de las diversas experiencias históricas
genocidas, pueden observarse similitudes en sus metodologías,
objetivos, estrategias cognitivas y “patrones de negación” que
se repiten y cuyo análisis comparado se presenta como una
herramienta útil para la prevención de genocidios.
La academia especializada (entre otros, Adam Jones, Andrew
Woolford -actual presidente del IAGS- International Association
of Genocide Scholars-) ha estudiado los argumentos (y lugares
comunes) de quienes pretenden negar los genocidios de los pueblos
indígenas a nivel global. De ellos, los más importantes son:
1) Justificación legal utilitarista: se sostiene que las comunidades
originarias no tienen derecho al territorio que habitan por tratarse
en verdad de territorio inhóspito o la remisión al concepto del
“vacuum domicilium”;
2) el argumento de superioridad moral que implica la necesidad
de exterminio o de asimilación cultural;
3) genocidio entendido como producto inevitable del progreso.
Como vemos, la editorial de La Nación no escapa a ninguno de
los criterios señalados, lo que podría resultar curioso si no fuera
trágico y vergonzoso para un país que quiere respetar los estándares
mínimos en materia de Derechos Humanos. En efecto, el texto
hace referencia al “desplazamiento de pobladores que no se
encontraban desde siempre”, se sostiene la existencia de un “avance
ético” por parte de quienes “expandieron la cultura occidental” y se
rescata el “legado de la modernidad y el progreso” como justificación
de las políticas genocidas sobre los pueblos indígenas.
Finalmente, señalar que lo que la Editorial define como un “conflicto
de culturas” no hace más que reforzar la idea de genocidio cultural,
sobre el que Raphael Lemkin se inspiró para acuñar el término
genocidio en la Convención para la Prevención y la Sanción del
Delito de Genocidio de 1948 (más allá de la redacción legal final
adoptada en torno a los grupos protegidos). Y que recientemente
ha sido expresamente reconocido por Canadá, a través del informe
final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (TRC), de junio
de 2015, con posterior ratificación judicial, al sostener el genocidio
cultural sobre las comunidades originarias implementado en Canadá
durante el siglo XIX y XX por el sistema IRS (Indian Residential
Schools).
Mientras países que seguramente podrían ser calificados de
“civilizados”, aún en la propia perspectiva de La Nación, avanzan
en el reconocimiento de las responsabilidades por los crímenes
perpetrados contra los pueblos indígenas, calificándolos de
“genocidio cultural”, aquí asistimos a un retroceso cultural
inadmisible en un estado de derecho respetuoso de los derechos
humanos fundamentales.Retroceso que puede ser analizado en el
contexto de otras editoriales del mismo diario, con idéntico sesgo
(entre otras “No más venganza” del 23/11/2015 que generó el repudio
generalizado de los propios trabajadores de La Nación) y respecto de
los cuales debemos permanecer alertas.
Porque como bien sabemos, en lenguaje se perfila el mundo que
deseamos habitar. Las palabras pueden incidir en la moral, en las
costumbres y sobre todo en el sustrato prejuicioso del que emanan
las violencias. En la posibilidad de incidencia en este último nivel
radica su fundamental importancia.
*Abogada, Magister en Derecho Internacional de los Derechos
Humanos- UBA. Vicepresidenta del Movimiento de Profesionales
para los Pueblos (MPP)
Referencias bibliográficas:
JONES, Adam, “Genocides of Indigenous Peoples”, Genocide:
A comprehensive Introduction, Routlegde, New York, 2010,
pp- 105-148.
WOOLFORD, Andrew, “Introduction” y “Settler colonial
Genocide in North America”, This Benevolent experiment:
Indigenous Boarding Schools, Genocide and Redress in
Canada and the United States, (University of Manitoba, 2015).
WOOLFORD, Andrew y BENVENUTO Jeff, “Canada and Colonial
Genocide”, Journal of Genocide Research, 17, 4 (2015).
Foto: argentina.indymedia.org

lunes, 22 de agosto de 2016

MEMPO Y SU REFLEXION SOBRE EL FORO LITERARIO EN CHACO


El Foro en el Chaco y una breve reflexión sobre el odio

Por Mempo Giardinelli

El viernes terminó, en Resistencia, el 21º Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura. Un encuentro ya clásico al que asisten escritores y poetas, educadores, promotores, especialistas en mediación lectora y pedagogos de todo el mundo. Este año de una docena de países y de todas las provincias argentinas.
Es sencillo encontrar información y comentarios en las redes sociales y en el Facebook de nuestra Fundación, organizadora de este acontecimiento cultural y educativo del que este año participaron más de 2500 personas durante los debates, y algunos miles más entre abuelas cuentacuentos de varias provincias, alrededor de 40 diálogos de autores en escuelas, y tertulias literarias multitudinarias. Todo eso constituyó, como cada año, a esta ciudad en Capital Nacional de la Lectura.
La conferencia inaugural estuvo a cargo de Tununa Mercado y la de clausura la dictó Tito Cossa. Los debates, extensos, riquísimos y apasionantes, estuvieron a cargo de las narradoras Daniela Palumbo (Italia) y Ye Duoduo (China), el portugués Afonso Cruz, el colombiano Jairo Buitrago y el novelista chino Cun Wenxue, junto con ponentes argentinos como Luisa Valenzuela, Horacio González e Inés Garland, y destacados educadores como Eliseo Valle Aparicio (España), Laura Guerrero Guadarrama (México), María Elvira Charría (Colombia), Miguel Valladares-Llata (director de la biblioteca jeffersoniana de la Universidad de Virginia, Estados Unidos), el ex ministro Daniel Filmus y los rectores Delfina Veiravé (Universidad del Nordeste) y Nicolás Trotta (UMET).
Todo terminó, festivamente, el sábado al mediodía con una mesa de periodistas (Miguel Russo, Carlos Bosch, Natalia Páez y Carlos Aletto) en un contexto entusiasmante y de gran nivel intelectual, que, sin embargo, estuvo a un tris de ensombrecerse cuando algunos pocos asistentes cuestionaron que este congreso, ya entrado en su tercera década, ahora les parecía “un Foro K” por, entre otras cosas, la sobreabundancia de referencias a “todos y todas”.
La sorpresa no fue demasiado grande, y el incidente se superó en un par de minutos con una intervención serena y el aplauso cerrado del auditorio repleto. No obstante lo cual esta columna entiende que quizás el lema de este año (“La lectura como práctica social en emergencia”), más la generalizada referencia al mismo por parte de los ponentes, acaso pudo ser factor de disgusto para esos concurrentes, a los que se respondió con absoluto respeto.
Como sea, ese episodio, observado con posterioridad, permite reflexionar sobre sentimientos que se han instalado en nuestra sociedad y que parecen llevar a una parte de la ciudadanía a cuestionar ideas, interpretaciones y posturas con inusitada dureza. De hecho esta columna suele ser cuestionada, en forma anónima y casi siempre soez, por la supuesta dureza con que trata o se refiere al presidente Macri. Lo que hace pertinente esta reflexión puesto que si bien este columnista no tiene Twitter, sí está al tanto de acusaciones acerca de supuestos odios que impregnarían lo que aquí se escribe.
Es oportuno declarar entonces que si bien es muy grande el desagrado frente a las políticas antinacionales y antipopulares del macrismo -que son casi todas-, no hay en estas columnas una sola idea, consideración o palabra gobernada por sentimientos personales.
El odio, como ya se ha expresado aquí, es un sentimiento menor, innoble y propio de personas mediocres e impotentes. Odiar, por eso mismo, en realidad degrada al que odia, no al odiado. A éste sin dudas lo puede incomodar, e incluso atemorizar, pero es el odiador el que está enfermo, por lo menos de resentimiento.
En estas columnas -y está claro que en el espíritu mismo de este diario- no interesa en lo más mínimo odiar a nadie. El odio no tiene función periodística.
De donde la obsesión esmerilante de los grandes grupos multimediáticos y de algunos colegas que inculcan desde hace años sentimientos mediocres con el puro objeto de manipular a la sociedad -objetivo que, hay que reconocerlo, desdichadamente vienen consiguiendo- sí evidencia cargas larvadas de odio.
La verdad es que la persona del Presidente no tiene la menor importancia y sería inferiorizante odiar a su persona o su investidura. Pero sí corresponde la lectura e interpretación de lo que hace o puede mandar a hacer una persona insensible que es cabeza de una ideología profundamente contraria a los intereses nacionales y populares. Lo ha expresado mejor una distinguida académica universitaria platense en un mail personal: “Los pueblos son los que votan, sí, pero entonces la pregunta que me hago es por qué la señora que limpia en mi casa y ahora tiene una moto, su marido que trabaja en astilleros y le iba mucho mejor de acuerdo a lo que ella contó al volver de sus vacaciones el año pasado, y su suegra que obtuvo la jubilación que ni soñaba tener, votaron a Macri. ¿Qué imaginaron que iba a cambiar cuando un publicista les dijo ‘cambiemos’? ¿Por qué creyeron y algunos todavía siguen creyendo en periodistas que les mienten descaradamente por televisión? ¿Qué es lo que ven, y sobre todo lo que no ven en Mauricio Macri?”
No hay odio, ni debe haberlo, en lo que podría llamarse “nuestro lado”. Eso permite, además, entender y sosegar las expresiones inflamadas e insultos seriales vacíos de ideas y sobrados de resentimiento. Que devienen de las creencias chiquititas que propagandiza la tele y que infortunadamente siguen muchos y muchas personas de buena fe. Ésa es la pobre inocencia de la gente de la que abusan, miserablemente, figuras icónicas de la telebasura argentina. Los Legrand, Tinelli, Giménez y ex periodistas al servicio del odio. Que ellos sí odian. Militantemente, lo sepan o no.
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lunes, 15 de agosto de 2016

"guerra sucia"

Cuando el Señor Presidente se va de boca

Por Mempo Giardinelli

Cierto que surgió a la política como presidente del Club Atlético Boca Jrs. Y que desde el fútbol se proyectó cuando casi nadie apostaba por él. Aquel tonto menosprecio del gobierno kirchnerista, según sostuvo siempre esta columna, lo estamos pagando ahora por sus acciones como jefe del Ejecutivo, y también por sus palabras.
Como todo escritor/ora sabe, y seguramente también el psicoanalista del Sr. Macri, las palabras tienen un inmenso valor. No sólo por su uso con propiedad, corrección y precisión, sino y sobre todo porque lo que se pronuncia es la expresión verdadera del pensamiento o las creencias de una persona. Y en el caso de este hombre, por más publicistas, asesores y hasta militantes inteligentes que lo acompañan, es por su boca (y no su afición deportiva) que se define políticamente como lo que es: un hombre poco inteligente, flaco de ideas, repetidor de lugares comunes, ultraconservador y naturalmente manipulable.
“No sé si fueron 30 mil o 9 mil, es una discusión en la que no voy a entrar”, fue su perla de la semana que pasó, frase completada con: “Yo hace rato que no le contesto a Hebe de Bonafini porque para mí está desquiciada”. O sea “loca”, y de Plaza de Mayo, como definieron Videla y Massera.
En su mejor esfuerzo inconsciente por mantener la grieta que inventaron sus patrones periodísticos, la boca presidencial también calificó de “guerra sucia” a la represión ilegal y confesó que “no impulsa los juicios” de lesa humanidad para “no interferir”.
Pero ésa es la misma boca que en los últimos años sentenció, definió y mintió a mansalva. He aquí un sintético recuento de lo que es capaz el presidente que medio país quiso que esté donde está, cuando abre la boca:
- “El mejor intendente que tuvo la ciudad fue Cacciatore”.
- “La detención de Pinochet es un disparate, es alterar el orden internacional”.
- “Es una enfermedad, no es una persona ciento por ciento sana. Mi opinión es que es una desviación no deseada... ¿Qué voy a pensar?, ¿que lo que hacen está bárbaro? ¿Usted festejaría que su hijo fuera homosexual? Por favor. El mundo nos ha hecho para que nos juntemos con una mujer. ¿Por qué nos vamos a juntar con un hombre? Está bien que es más cómodo. Se puede ir a jugar al tenis y después se puede ir a… Todo con el mismo tipo. ¡Por favor!”.
- “Yo siempre voté a la UCeDé, pero ahora votaría por Menem”.
- “Si no te aburre una sesión en el Congreso, sos un anormal”.
- “Tenemos al policía más condecorado de los últimos años. El Fino es un excelente policía”.
- “En el fondo, a todas las mujeres les gustan los piropos. No hay nada más lindo que te digan qué lindos ojos, aunque esté acompañado de una grosería. Que les digan qué lindo culo tenés, está todo bien”.
- “Soy conservador y pragmático, me ubico ideológicamente en la centroderecha”.
- “Vamos a construir 40 kilómetros de subte”.
- “Yo no voy a hacer publicidad oficial”.
- “Vengo de una familia machista. En una familia machista, una mujer no tiene otro destino que el de estar educando a sus hijos”.
- “Las Malvinas serían un déficit adicional para el país”.
- “No vine a la política a hacerme rico ni famoso”.
- “Queremos que los argentinos se levanten cada día con la alegría de saber que tienen un gran futuro por delante”.
- “Carlos Menem fue un reconstructor del país”.
- “El caso Patti es un disparate. Nosotros tenemos claramente una posición: Patti tiene que asumir.”
- “Los cartoneros les roban el trabajo a los recolectores de basura. Están haciendo hechos delictivos”.
- “Querido Rey (...) Los ciudadanos de 1816 seguro tuvieron miedo y angustia”.
- “A nuestros trabajadores les digo que tenemos que alejarnos del ausentismo, la licencia y las jornadas reducidas”.
- “Me parece que no me consta hasta ahora que el gobierno de Peña Nieto no haya defendido como corresponde los derechos humanos”.
- “Estamos bajando la inflación que es este cáncer que tantas veces nos golpeó en esta historia. Y estamos trabajando para tener el gas y la energía suficiente”.
- “En estos siete meses hemos aprendido a escucharnos y dialogar más. Falta mucho, pero lo importante es que cada día estemos un poco mejor”.
- “Si están en sus casas en remera y patas, están consumiendo energía de más”.
- “Nicolás Caputo no licitó una sola obra en mi gestión de la Ciudad”.
- “¿Por qué siempre ponemos el eje en los militares? Acá hubo dos lados. El terrorismo y el terrorismo de Estado”.
- “Vamos por el camino correcto. Vamos rumbo a un increíble futuro”.
Cuando el Sr. Presidente se va de boca, la verdad es que da vergüenza. No ajena, sino propia. Su pensamiento es típico de “señoras gordas”, como las bautizó Landrú en la inolvidable revista Tía Vicenta. Y de señores gordos también, muchos de ellos buena gente, sin dudas, pero la mayoría indisimuladamente racistas y discriminatorios.
Se dice en la así llamada Justicia, por mandato de viejos códigos, que “a confesión de parte, relevo de prueba”.
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