lunes, 6 de julio de 2015

Excelente carta de Norberto Galasso

SOBRE LAS ELECCIONES EN LA CAPITAL 
FEDERAL
Recordamos una excelente carta de Norberto Galasso* a 
Fito Paez:

Estimado Fito: Comprendo tu reacción, tu bronca, tu explosión en caliente, propia de un artista. Pero así como la comprendo no la comparto. No me da ese asco ese 47 por ciento de votos macristas. Me da pena.
En todas las grandes ciudades de América Latina y de cualquier otro país dependiente, las minorías privilegiadas utilizan todo su poder para dominar a los sectores medios, para ponerlos de su lado, para infundirle falsedades. Arturo Jauretche lo llamaba la "colonización pedagógica". Igual que a vos le provocaba grandes broncas, pero distinguió entre los promotores de la mentira y los engañados. Quizás los primeros le dieron asco igual que a vos, los otros le daban pena y trataba de desazonzarlos.
El fenómeno es semejante en Buenos Aires, como en Lima o Guayaquil y otras grandes ciudades. Hay que disputar la influencia sobre los sectores medios y destruir los mitos con los que quieren dominarlos.
Desde los letreros de las calles y los nombres de los negocios (bastar darse una vuelta por la Av. Santa Fe), desde los cartelitos de las plazas y las estatuas de los supuestos próceres, desde las grandes editoriales y los "libros de moda", convertidos en best sellers por los comentarios pagos, desde la prédica liberal en Economía y la prédica mitrista en Historia, desde las geografías exóticas y los literatos que cultivan la evasión y lo fantástico, desde la TV farandulizada y superficial, con mesas redondas de bajísimo nivel político alentada por los dueños del privilegio, desde gran parte de los periodistas vendidos al mejor postor, y académicos y catedráticos tramposos, todo ese mundo domina el cerebro de amplios sectores medios que se suponen cultos, se suponen radicalmente superiores a los "oscuramente pigmentados", se suponen ejemplo de moral (aunque evaden impuestos, se roban ceniceros de los bares y toallas de los hoteles). Sobre ellos recae también la literatura que Franz Fannon llamaba de "los maestros desorientadores". Vos los conocés, los Marcos Aguinis, los Asís, los Kovaddloff, y las peroratas con latines de aquel viejo comando civil que se llama Mariano Grondona y tantos otros.
Pobre gente, Fito. Con todo eso que le tiran encima a la clase media, una buena parte de ella termina votando a Macri. Están presos de un engaño enorme: creen que Macri gestiona (cosa que hace mal o simplemente no hace) y que Macri no tiene ideología (la tiene y bien de derecha). Por otra parte fue el responsable del contrabando de autos cuando dirigía empresas de su padre, además de las escuchas telefónicas, eliminación de becas y subsidios escolares, negociados con empresas constructoras (única explicación de las bicisendas), lo mismo que su molestia porque los hospitales de la ciudad atiendan a gente "morocha" del conurbano bonaerense.
Se trata además, que cierta parte de la clase media vive su pequeña vida: asegurarse las vacaciones para el verano, lavar el auto los domingos con más ternura que la que le dedica a la esposa, han mejorado su nivel de vida con los Kirchner y no quieren olas, que nada cambie y creen que algo habrá hecho Macri para esa mejoría que tuvieron. No les importa que el hospital público no funcione porque tienen medicina prepaga y han sido formados en el individualismo. No les importa que en el Borda se mueran de frío porque tienen estufas de tiro balanceado, no les importa que en las escuelas públicas falten materiales porque sus hijos van a escuelas privadas donde, como "el cliente siempre tiene razón", aprueban. Además, creen en el dios Mercado -no obstante que el mercado libre del menemismo a muchos los dejó deteriorados o fundidos- pero no comprenden a los sindicalistas y les eriza la piel cuando lo ven a Moyano. Y bueno, son así, Fito. ¿Qué le vas a hacer? Lo que no justifica su asco sino en un momento de bronca.
En la vida es necesario a veces tener asco y tener odio también. Eso me lo enseñó el confesor de Eva Perón, el sacerdote Hernán Benítez. Me decía: "Mire m`hijo. Hay que odiar. Hay que odiar a todos los que frustraron el país, lo entregaron, provocaron miseria y represión. Yo, todas las mañanas, me doy un baño, me tomo una taza de café caliente y después me siento en mi sillón y odio"... Yo me asombraba y le decía: "Pero, Padre, usted es un cristiano..." Y él seguía: "Sí, odio, (no asco, Fito). Odio a la oligarquía (ya lo dijo también ese talento que es Leonardo Favio en una canción), odio a Bernardo Neustadt, odio al almirante Rojas... Sabe después que bien me siento para el resto del día". Así hablaba un cristiano de la Teología de la Liberación. Por eso no hay que confundir al enemigo, Fito. Si hay que tener asco, tengámoslos a los responsables del aparato mediático y cultural, los que tergiversaron la Historia y la economía, los que robaron la capacidad de razonar a muchos compatriotas, no a éstos.
A estos hay que convencerlos. Con la modestia que usaba Jauretche: Usted tiene que avivarse (...). Se lo aconsejo yo -decía-, que no me creo un vivo, sino apenas "un gil avivado". Hay que ganarlos, Fito. No ratificarles que pertenecen al bando del privilegio donde está la Sociedad Rural (¿cuándo vieron una vaca esos que votaron a Macri? ¿qué saben de la renta agraria diferencial?), y decirles cómo operan las grandes multinacionales y ciertas embajadas y las corporaciones mediáticas.
Los necesitamos, Fito. Comprendo tu bronca, la de un artista; Comprendeme a mí, desde la historia y la política. Te mando un fuerte abrazo.(...)
*Corriente Política Enrique Santos Discépolo
Más Pensamiento Nacional en: www.labaldrich.com.ar

sábado, 4 de julio de 2015

ENCICLICA PAPAL sobre nuestro planeta


No va más

Por E. Raúl Zaffaroni *

La encíclica de Francisco sobre el cuidado de la “casa común” provocó algunas declaraciones histéricas de voceros de la derecha norteamericana.
Se dijo: que no es político, lo que no es cierto, porque todo el que ejerce algún poder en el mundo (espiritual, económico, cultural, etc.) es ridículo que se diga que no es político; que no es científico, porque subestimó los panfletos negacionistas de los “científicos” pagados por ellos; que no es economista, menos mal, porque en tal caso nos aconsejaría seguir aumentando la renta hasta el infinito; que no respeta “lo que es del César”, lo que no parece que pueda llevarse al extremo de entenderlo en el sentido de “a Hitler lo que es de Hitler”.
Se ha llegado a decir que es un papa marxista. ¿Por qué? Porque se permite valorar la dimensión económica de un fenómeno de poder mundial. ¿Acaso todo el que al explicar un fenómeno de poder toma en cuenta su dimensión económica es un marxista? ¿Para no ser marxista no hay que tomarlo en cuenta? Si la respuesta fuese afirmativa el mundo se dividiría entre marxistas e idiotas.
Se ha dicho que es un populista latinoamericano, lo que podría ser verdad (y ojalá lo fuese), teniendo en cuenta que de todos los movimientos políticos mundiales del siglo pasado, el populismo latinoamericano fue el menos letal, pues prácticamente sólo tuvo víctimas, asesinadas masivamente por los personeros de intereses financieros y colonialistas, a cuyo amparo hicieron sus negociados y quebraron nuestras economías.
Lo más curioso es que se lo acusa de querer obtener el respeto de sus enemigos. Ante todo, es necesario observar que los que lo difaman no parecen ser precisamente sus amigos, pero, al margen de eso, les molesta que Francisco hable a todos, cristianos, creacionistas no cristianos, agnósticos.
Y sí, Francisco lo hace así. Los cristianos deberían meditar toda la encíclica, los creacionistas pueden dejar de lado las citas bíblicas que quieran, los agnósticos todas esas consideraciones, porque al final del camino, con el resto del texto, llegarán a la misma conclusión por vía de la razón. Y para cristianos y creacionistas, será lo mismo, pues deberán pensar que también la razón humana es obra de la creación. ¿O pretenderá alguno que no lo es?
Sí, Francisco les escribe a todos, y obsérvese que no lo hace usando el “Nos” mayestático, sino el humilde “yo” del singular. Es el Papa que se despega de toda “papalatría” y que desde una posición que, guste o no, es de poder, es política en el buen sentido, y por eso mismo es angustiante para todo buen hombre, escribe para todos los seres humanos.
No se basa en la autoridad de ningún dogma, sino que lo hace desde la ciencia en su verdadero lugar, donde no hay incompatibilidad con ninguna fe. Obsérvese que, discretamente, como al pasar y en una cita, aparece nada menos que el nombre de Pierre Teilhard de Chardin.
¿Y qué nos quiere decir Francisco? Creo que se podría sintetizar en tres palabras: “Esto no va más”.
Dice claramente que no va más un mundo donde menos de una cuarta parte engorda y se le tapan las arterias y derrama lo que a las tres cuartas partes les hace falta para sobrevivir. No va más con la técnica y la política al servicio de corporaciones que buscan una renta infinita como único objetivo, incluso produciendo sus propias crisis, exigiendo dinero para salvar sus bancos, en sumas que alcanzarían para salvar la vida de millones de personas, que explotan o consideran “descartables” a los países débiles y a sus propias clases excluidas, que buscan renta a expensas de hambre y muerte, de destrucción de la biodiversidad, de contaminación, de extinción de especies, de maltratamiento de humanos y animales, de desertificación, de calentamiento atmosférico, de erradicación de cultivos tradicionales, de apropiación de semillas, de crecientes intervenciones biotecnológicas irresponsables y un largo etcétera.
No va más una especie que se está suicidando, que destruye las condiciones de habitabilidad humana del planeta, que al módico precio del consumo ha perdido hasta el instinto de supervivencia de los otros animales, que para continuar consumiendo se fabrica cada día nuevas “necesidades”.
La metáfora de que nos estamos disputando el mejor camarote del Titanic ya no es válida, porque lo que estamos haciendo es fabricar febrilmente nuevos camarotes, para disputarlos, mientras enfilamos a toda máquina hacia el iceberg.
Durante medio siglo todo se quiso ocultar ideológicamente bajo la polarización “capitalismo/comunismo”, “Oriente/Occidente” (aunque Marx era occidental, claro). Cuando con la implosión de las burocracias del “socialismo real” la polarización ideológica perdió toda base, el mundo pareció quedar “patas arriba”, como diría Galeano.
Pero contra los que quisieron parar la historia, ésta siguió moviéndose y hoy la obsoleta polarización ideológica viene a ser reemplazada por una opción real y urgente: vida o muerte, Eros o Tánatos, habitabilidad del planeta o extinción de la especie.
Un cambio paradigmático de esta magnitud no se produce súbitamente, sino que las aguas van dividiendo sus corrientes, hasta que por fin se opera la separación, precipitada por algo, un peñasco, una catarata, un grito, una revolución, o también un texto, o todo eso junto. Son los hechos fundamentales y fundacionales, que hacen eclosionar un nuevo paradigma.
No me cabe duda alguna acerca de que el texto de Francisco pertenece a esta categoría de hechos históricos. La reacción histérica lo demuestra.
No obstante, cabe tener en cuenta que los histéricos no son los dueños del poder, sino sólo sus muñequitos de ventrílocuo en la política-espectáculo. Los dueños del poder son los que manejan las corporaciones: no confundamos al payaso –y menos al mono– con el dueño del circo. Y éstos saben de poder y de cómo ejercerlo. No son tan tontos como para enfrentarse a Francisco abiertamente y polemizar con él. Eso lo dejan para los mercenarios de la política e incluso los mandan callar.
Me parece que la táctica de los poderosos es ningunear la encíclica, no darle espacio en sus medios monopolizados u oligopolizados, matarla con el silencio. No mencionarla. Dejarla pasar como la veleidad de un cura populista. Los monopolios mediáticos crean e inventan la realidad, y lo que molesta a las corporaciones de las que forman parte lo hacen desaparecer con sus juegos de prestidigitación.
Pero la encíclica se dirige a todos los humanos, en especial a los jóvenes, a quienes les legamos un mundo en vías de destrucción. Ya no está en peligro una nación, un pueblo, sino la especie humana misma. Deben leerla, es conceptualmente densa pero es clara.
Cuidado, pibes, que no es la palabra de un cura de estampita y medallita; si quieren pueden dejar la estampita y la medallita de lado, pero lean lo que les escribe un hombre que desde una posición que le permite visualizar el conjunto de la humanidad, lo hace con angustia, no por su propio destino, sino por el de todos los humanos.
Quizá sea este el siglo más peligroso de los muchos que el ser humano haya caminado por la superficie del planeta, pero por eso mismo, es también el más fascinante. En este siglo se decide si somos un extremo de complejidad e inteligencia cósmica o si, por el contrario, somos una aberración condenada a desaparecer. Probar lo primero es tarea de valientes, ayudados por la fe o por la razón, por lo que sea. Apoyemos la apuesta de Francisco. Probemos que no somos un cáncer del planeta.
* Ex juez de la Corte Suprema. Juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
pagina12.

jueves, 2 de julio de 2015

Cristina visitó la Villa 20 de Lugano junto a Mariano Recalde





Si Norma Colombatto , que tanto trabajó con los chicos de la 

villa 20, viera éste video, !!!que emoción!!!. 

FELICITACIONES A "PROYECTO COMUNIDAD"